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Uso de f�rmacos Inotr�picos y Vasopresores en el Choque Distributivo, art�culo de revisi�n

 

Use of Inotropes and Vasopressor drugs in Distributive Shock, review article

 

Uso de drogas Inotr�picas e Vasopressoras no Choque Distributivo, artigo de revis�o

Mauricio Javier Gaibor-Verdezoto I
mauro360javi@icloud.com
https://orcid.org/0000-0002-5810-9194

,Daniela Cristina Ord��ez-C�rdenas II
daniord1108@hotmail.com.ar
https://orcid.org/0000-0003-1591-5679
Mar�a Beatriz Jaramillo-Campoverde III
mbjaramilloc95@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-6284-4247


,Michelle Alejandra Carangui-Sarmiento IV
michelle.carangui@hotmail.com
 https://orcid.org/0000-0001-9971-0368
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: mauro360javi@icloud.com

 

 

Ciencias de la Salud �

Art�culo de Investigaci�n

 

* Recibido: 23 de agosto de 2022 *Aceptado: 28 de septiembre de 2022 * Publicado: 01 de octubre de 2022

 

 

  1. M�dico General, Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador, M�dico en Funciones Hospitalarias, Hospital de Especialidades Carlos Andrade Mar�n, Quito, Ecuador.
  2. M�dica General, Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador, M�dica de Consulta Externa �Consultorio M�dico Integral Nueva Vida�, Quito, Ecuador.
  3. M�dica General, Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador, M�dica de Consulta Externa del Centro M�dico Medisur By AXXIS Hospital de Especialidades, Quito, Ecuador.
  4. M�dico General, Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador, M�dica de Primer Nivel de Atenci�n, Centro de Salud La Ecuatoriana, Quito, Ecuador.

 

 

 

 


 

Resumen

La utilizaci�n de f�rmacos inotr�picos y vasopresores en el manejo del shock distributivo es frecuente en las unidades de urgencias y emergencias. El objetivo de la terapia con inotr�picos es minimizar los resultados adversos debido al compromiso cardiovascular; actualmente su uso est� guiado por la fisiopatolog�a subyacente de dicho compromiso. Sin embargo, se ha visto que el uso de inotr�picos no disminuye significativamente la morbilidad y mortalidad asociada a la disfunci�n cardiovascular; lo que nos indica que a�n existen brechas en nuestro conocimiento sobre la circulaci�n y el accionar de las drogas inotr�picas sobre este. Por otro lado, los vasopresores son el tratamiento �ptimo cuando la presi�n arterial no llega a par�metros de la normalidad pese al inicio de l�quidos endovenosos. Materiales y m�todos: Se realiz� una revisi�n de la literatura m�dica en las principales bases de datos acad�micas como lo son: Cochrane Library, Clinical Key, Pubmed, Science Direct, Springer Link, acerca de las diferentes opciones terap�uticas, descartando toda la informaci�n no confirmada o sin referencias bibliogr�ficas actualizadas de los �ltimos 5 a�os. Resultados: El f�rmaco de primera l�nea, por su menor �ndice de mortalidad y su capacidad de no generar arritmias, es la norepinefrina. La dopamina si se puede usar en los casos en los que el paciente no presente arritmias y curse una bradicardia marcada. La utilizaci�n de otros f�rmacos est� relacionada con efectos adversos dependientes del tipo de paciente.

Palabras clave: Shock; Bajo gasto cardiaco; Vasopresores; Inotr�picos; Revisi�n bibliogr�fica.

 

Abstract

The use of inotropic and vasopressor drugs in the management of distributive shock is common in emergency departments. The aim of inotropic therapy is to minimize adverse outcomes due to cardiovascular compromise; its use is currently guided by the underlying pathophysiology of such compromise. However, it has been seen that the use of inotropic drugs does not significantly reduce the morbidity and mortality associated with cardiovascular dysfunction, which indicates that there are still gaps in our knowledge of the circulation and the action of inotropic drugs on it. On the other hand, vasopressors are the optimal treatment when blood pressure does not reach normal parameters despite the initiation of intravenous fluids. Materials and methods: A review of the medical literature was carried out in the main academic databases such as: Cochrane Library, Clinical Key, Pubmed, Science Direct, Springer Link, about the different therapeutic options, discarding all unconfirmed information or without updated bibliographic references from the last 5 years. Results: The first-line drug, due to its lower mortality rate and its ability not to generate arrhythmias, is norepinephrine. Dopamine can be used in cases in which the patient does not present arrhythmias and has a marked bradycardia. The use of other drugs is related to adverse effects depending on the type of patient.

Key words: Shock; Low cardiac output; Vasopressors; Inotropics; Literature review.

 

Resumo

O uso de drogas inotr�picas e vasopressoras no gerenciamento do choque distributivo � comum em departamentos de emerg�ncia. O objetivo da terapia inotr�pica � minimizar os resultados adversos devido ao comprometimento cardiovascular; seu uso � atualmente guiado pela fisiopatologia subjacente ao comprometimento cardiovascular. Entretanto, o uso de inotropes n�o demonstrou reduzir significativamente a morbidade e mortalidade associadas � disfun��o cardiovascular, indicando que ainda existem lacunas em nosso conhecimento da circula��o e da a��o de drogas inotr�picas sobre ela. Por outro lado, os vasopressores s�o o tratamento ideal quando a press�o arterial n�o atinge os par�metros normais, apesar do in�cio de fluidos intravenosos. Materiais e m�todos: Foi realizada uma revis�o da literatura m�dica nos principais bancos de dados acad�micos, como por exemplo: Cochrane Library, Clinical Key, Pubmed, Science Direct, Springer Link, sobre as diferentes op��es terap�uticas, descartando todas as informa��es n�o confirmadas ou sem refer�ncias bibliogr�ficas atualizadas dos �ltimos 5 anos. Resultados: O medicamento de primeira linha, devido a sua menor taxa de mortalidade e sua capacidade de n�o gerar arritmias, � norepinefrina. A dopamina pode ser usada nos casos em que o paciente n�o apresenta arritmias e tem uma marcada bradicardia. O uso de outros medicamentos est� relacionado a efeitos adversos, dependendo do tipo de paciente.

Palavras-chave: Choque; Baixo gasto card�aco; Vasopressores; Inotr�picos; Revis�o da literatura.

 

 

 

Introducci�n

El shock se define como un estado de disfunci�n circulatoria en donde las necesidades de ox�geno por parte de los tejidos son mayores que la capacidad de transporte de el mismo, lo que lleva a la disminuci�n de los niveles necesarios para realizar correctamente sus funciones metab�licas en los diferentes �rganos. Del punto de vista cl�nico su definici�n ha sido m�s dif�cil de precisar y descansamos en la informaci�n que nos aporta la evaluaci�n cl�nica de la perfusi�n (llene capilar, livideces, diferencia de temperatura central versus perif�rica, estado de conciencia, diuresis), par�metros macrohemodin�micos (ej. Presi�n arterial media) y microperfusi�n (ej. Lactato)� (Amanda Shabana, 2020).

Casi la mitad de los pacientes que se admiten a la unidad de cuidados intensivos (UCI), ingresan en shock. De ellos, un 60% corresponde a shock s�ptico, cerca de un 15% a shock cardiog�nico, alrededor de un 15% shock hipovol�mico y finalmente cerca de un 4% obstructivo. A pesar de los avances en medicina, existe un alto �ndice de mortalidad el cual puede llegar hasta un 50%. Hasta el momento la �nica variable que ha mostrado ser consistente en disminuir la mortalidad, independiente de la causa del shock es su detecci�n y manejo precoz (Aditi Shankar, 2021).

En el manejo del paciente con choque tratamos de manipular el gasto cardiaco (GC) y las resistencias vasculares sist�micas (RVS). Cuando existe un predominio de hipoperfusi�n secundario a elevaci�n de RVS hablamos de choque fr�o, cuando la cl�nica es de vasodilataci�n por disminuci�n de las RVS hablamos de choque caliente, ambos pueden tener o no alteraciones en el GC. (Aditi Shankar, 2021)

Los vasopresores inducen vasoconstricci�n perif�rica, aumentando las RVS y por consiguiente incrementan la presi�n arterial media (PAM). Los inotr�picos aumentan la contractilidad cardiaca, incrementando el �ndice cardiaco (IC) y la PAM. Algunos agentes se caracterizan por producir solo una de estas acciones, mientras que otros tienen m�ltiples efectos (Ashley Taylor, 2021).

 

Materiales y m�todos

La presente revisi�n bibliogr�fica se realiz� por medio de una b�squeda y selecci�n profunda de art�culos, en bases de datos acad�micas de la web de alto reconocimiento cient�fico, las cuales direccionan espec�ficamente a archivos con validez, como lo son: Cochrane Library, Clinical Key, Pubmed, Science Direct, Springer Link, utilizando las siguientes palabras clave: (�distributive shock� OR �shock�) AND (�Low cardiac output� OR �heart attack� OR �vasopressors� OR �inotropics�) AND (�Review�). Los criterios de exclusi�n fueron: a) Art�culos con informaci�n no confirmada, que no informan m�todo de estudio o conflicto de intereses, b) Referencias bibliogr�ficas desactualizadas. Se utilizaron para la realizaci�n del mismo 25 estudios entre revisiones bibliogr�ficas, metan�lisis y estudios observacionales en idioma espa�ol e ingl�s publicados en revistas indexadas a partir del a�o 2018. Finalmente, los resultados de la evidencia disponible se han resumido e interpretado en la secci�n de �Conclusiones�.

 

Resultados

 

Shock distributivo

El shock distributivo, tambi�n conocido como shock vasodilatador, es uno de las cuatro tipos de trastornos que provocan una perfusi�n tisular inadecuada. La vasodilataci�n sist�mica conduce a una disminuci�n del flujo sangu�neo al cerebro, el coraz�n y los ri�ones, lo que provoca da�os en los �rganos vitales. El shock distributivo tambi�n conduce a la fuga de l�quido de los capilares a los tejidos circundantes, lo que complica a�n m�s el cuadro cl�nico. Debido a las complejidades de esta enfermedad, las causas y tratamientos del shock distributivo son multimodales (Ashley Taylor, 2021).

 

Etiolog�a

Las causas m�s comunes de shock distributivo en el servicio de urgencias son la sepsis y la anafilaxia. En casos de trauma, el choque neurog�nico tambi�n debe estar en el diferencial. Otras causas menos frecuentes de shock distributivo son la insuficiencia suprarrenal y el s�ndrome de fuga capilar. Siempre se debe considerar la sobredosis o la toxicidad de f�rmacos, en particular los vasodilatadores potentes, como los bloqueadores de los canales de calcio y la hidralazina (Ashley Taylor, 2021).

El shock distributivo como resultado de la sepsis ocurre debido a una respuesta inmunitaria desregulada a la infecci�n que conduce a la liberaci�n sist�mica de citoquinas y la vasodilataci�n resultante y la fuga de l�quido de los capilares. Estas citoquinas inflamatorias tambi�n pueden causar alguna disfunci�n card�aca, llamada miocardiopat�a s�ptica, que puede contribuir al estado de shock �(Aditi Shankar, 2021), (Ashley Taylor, 2021).

Una causa com�n es el s�ndrome de respuesta inflamatoria sist�mica debido a causas no infecciosas como pancreatitis y quemaduras (Ashley Taylor, 2021).

En la anafilaxia, el paciente suele tener antecedentes de exposici�n previa a un ant�geno, aunque esto no es necesario, con la consiguiente formaci�n de IgE para ese ant�geno. Estas mol�culas de IgE luego se adhieren a la superficie de los mastocitos en los tejidos y bas�filos en la sangre. La exposici�n consiguiente al mismo ant�geno da como resultado la liberaci�n de histamina mediada por IgE de los mastocitos y los bas�filos, lo que conduce a la vasodilataci�n sist�mica y la fuga de l�quido capilar (Amanda Shabana, 2020), (Ashley Taylor, 2021).

El s�ndrome de shock t�xico debe considerarse en el shock distributivo. Esta enfermedad es causada por Staphylococcus aureus y exotoxinas de estreptococos del grupo A que estimulan la liberaci�n sist�mica de citoquinas con la vasodilataci�n resultante y la fuga capilar. Hist�ricamente, esto se asocia con el uso de tampones vaginales y nasales (Amanda Shabana, 2020).

El shock neurog�nico cl�sicamente ocurre en casos de trauma que involucran la m�dula espinal cervical. El sistema nervioso simp�tico se da�a dando como resultado una entrada adren�rgica disminuida a los vasos sangu�neos y al coraz�n, causando vasodilataci�n con hipotensi�n resultante y bradicardia parad�jica. El choque distributivo de la insuficiencia suprarrenal ocurre debido a la disminuci�n de la expresi�n del receptor alfa-1 en las arteriolas secundaria a la deficiencia de cortisol, lo que da como resultado vasodilataci�n. Esto se ve en pacientes con esteroides cr�nicos que se suspenden repentinamente (Aditi Shankar, 2021).

El s�ndrome de fuga capilar, aunque es raro, debe considerarse en el paciente edematoso con shock distributivo. Ocurre debido a la alb�mina sangu�nea baja. La disminuci�n de la presi�n onc�tica conduce a la p�rdida de l�quido de la sangre hacia el intersticio (Tuukka Tarvasm�ki, 2018).

 

Fisiopatolog�a de la contractilidad y la vasoconstricci�n farmacol�gica

Conceptualizamos a los agentes vasoactivos como vasopresores, cuyo objetivo es aumentar PAM, e inotr�picos, cuyo objetivo es aumentar IC. Los inotr�picos y vasopresores m�s utilizados estimulan directamente los receptores adren�rgicos y/o mejoran las v�as de se�alizaci�n de los posts receptores adren�rgicos. Aunque las catecolaminas tienen acciones tanto vasopresoras como inotr�picas, esto conceptualizaci�n puede ayudar a los m�dicos a centrarse en los objetivos de terapia vasoactiva y considerar c�mo evaluar si esos se est�n logrando metas. Lo m�s importante que hay que recordar es que el objetivo final en un paciente individual, por supuesto, es no el logro de un MAP o IC dado, sino el logro de adecuada perfusi�n tisular y celular (Bruno Levy, 2019).

Cada uno de estos medicamentos tiene una actividad variable sobre los receptores alfa y beta. Los receptores alfa son vasoconstrictores perif�ricos para aumentar el �ndice de resistencia vascular sist�mica (RVS). Los receptores beta-1 tienen en su mayor�a efectos cronotr�picos (frecuencia card�aca) e inotr�picos (contractilidad) positivos en el coraz�n. Los receptores beta-2 act�an como vasodilatadores en muchos sistemas de �rganos (Jacob C. Jentzer, 2020).

El acoplamiento excitaci�n-contracci�n permite que el potencial de acci�n derive en una respuesta mec�nica. Durante la fase de meseta del potencial de acci�n, la entrada de calcio (Ca2+) a trav�s de unos canales de tipo L dependientes del voltaje permite la liberaci�n de Ca2+ del ret�culo sarcopl�smico (RS) a trav�s del receptor de rianodina; este Ca2+ liberado se une en el citoplasma a la troponina C, lo que induce un cambio conformacional de los miofilamentos finos que desencadena el entrecruzamiento de actina y miosina, con la consecuente contracci�n muscular (Jacob C. Jentzer, 2020).

Durante la relajaci�n disminuye la concentraci�n intracelular de Ca2+ a trav�s de la calcio-ATPasa del RS (SERCA2a), que capta el Ca2+ hacia el interior del RS, y por el intercambiador sodio/calcio (Na+/Ca2+) sarcol�mico, que expulsa Ca2+ fuera de la c�lula. La actividad SERCA2a est� regulada por la prote�na fosfolamb�n, de manera que cuando la proteincinasa A fosforila el fosfolamb�n, se pierde su capacidad de inhibir SERCA2a (p. ej., la estimulaci�n de los receptores β activa la cascada de la proteincinasa A), con lo que aumenta la captaci�n de Ca2+ por el RS y se acelera la relajaci�n diast�lica. La captaci�n de Ca2+ por el RS tambi�n tiene importancia para la funci�n sist�lica normal, que requiere una amplia disposici�n de Ca2+ en el RS para su liberaci�n durante la s�stole. Por lo tanto, el Ca2+ es fundamental durante la s�stole y la di�stole ventricular, y la SERCA2a se encarga tanto de la relajaci�n por captaci�n de Ca2+ en el RS como de la contractilidad, al controlar la cantidad de Ca2+ en el RS. La SERCA2a est� alterada en la IC y resulta en disfunci�n contr�ctil y arritmias (Jacob C. Jentzer, 2020) (Uhlig K, 2020).

El mecanismo de la vasoconstricci�n se produce fundamentalmente por la v�a de los receptores de membrana acoplados a la prote�na G, que al ser estimulados activan la fosfolipasa C, que causa un aumento de inositol trifosfato y finalmente del Ca2+ en el m�sculo liso. Los f�rmacos vasoconstrictores, tanto los adren�rgicos como la vasopresina y derivados, act�an por la v�a de la prote�na G-fosfolipasa C (Tuukka Tarvasm�ki, 2018).

En la literatura es posible encontrar descripciones del uso de f�rmacos inotr�picos y vasopresores en el tratamiento del shock distributivo desde la d�cada de 1950, sin embargo, existen pocos estudios cl�nicos que involucren a este tipo de f�rmacos comparados entre s�, por lo que el uso de uno u otro sigue siendo controvertido. Los autores hacen una compilaci�n de las obras encontradas en literatura con f�rmacos inotr�picos y vasopresores, buscando identificar las indicaciones para el uso de cada uno de los medicamentos (Cruz et al, 2022).

 

Inotr�picos

Son drogas que alteran la funci�n contr�ctil del miocardio, llam�ndose inotr�picos positivos a aquellos que incrementan la contractilidad cardiaca, e inotr�picos negativos a aquellos que disminuyen la misma (Manaker, 2022) (Motwani & Saunders, 2021).

El uso de estas drogas resulta de beneficio para aquellos pacientes que muestran signos cl�nicos de hipocontratibilidad del miocardio, hipoperfusi�n sist�mica y disfunci�n org�nica (Motwani & Saunders, 2021) (Phad & de Waal, 2020).

Existen 5 clases distintas de inotr�picos de acuerdo con su mecanismo de acci�n: (Ginwalla & Tofovic, 2018).

 

Catecolaminas

Descritas a inicio del siglo XX, su actividad se encuentra mediada por la estimulaci�n de receptores adren�rgicos (α1, α2, β1, β2) y dopamin�rgicos (D1, D2), cada uno de los cuales induce una respuesta fisiol�gica distinta: α1 incrementan las resistencias vasculares; β1 y β2 aumenta la contractilidad card�aca, mientras que los receptores D1, D2 producen dilataci�n vascular del terreno espl�cnico y renal (Motwani & Saunders, 2021) (Maack, y otros, 2018).

 

 

Dopamina

Catecolamina end�gena y precursora de la norepinefrina con actividad simpaticomim�tica y neuroend�crina, ha sido ampliamente usada y estudiada en neonatos. Es metabolizada en el h�gado y excretada a nivel renal. Su actividad depender� de la dosis por peso a la que sea administrada, as� (Maack, y otros, 2018):

         A dosis bajas de 0.5�2 mcg/kg/min, act�a sobre los receptores dopamin�rgicos, e induce vasodilataci�n selectiva de los lechos vasculares renal, mesent�rico, cerebral y coronario. Algunos estudios mencionan el incremento de diuresis debido al aumento del flujo sangu�neo renal y por consiguiente la tasa del filtrado glomerular (Maack, y otros, 2018) (Colucci, 2020).

         De 5�10 mcg/kg/min, libera indirectamente noradrenalina y estimula receptores adren�rgicos β1, de manera que incrementa el gasto card�aco y el volumen sist�lico, con efectos variables sobre la frecuencia card�aca y aumentando ligeramente la presi�n arterial media (Manaker, 2022) (Colucci, 2020).

         Dosis mayores a 10 mcg/kg/min, estimulan predominantemente los receptores adren�rgicos α, que producen vasoconstricci�n e incremento de las resistencias vasculares perif�ricas (Sociedad Argentina de Cardiolog�a, 2020) (Devlin, Deutschman, & Neligan, 2020).

Algunos efectos adversos de la dopamina incluyen la disminuci�n transitoria de los niveles de la hormona estimulante de la tiroides, prolactina y hormona del crecimiento; adem�s de una vasoconstricci�n excesiva con efectos negativos sobre la perfusi�n tisular. Se ha visto que tambi�n disminuye la respuesta ventilatoria ocasionando hipercapnia e hipoxia, debido a la estimulaci�n de quimiorreceptores como el glomus carot�deo (Ginwalla & Tofovic, 2018) (Phad & de Waal, 2020).

 

Dobutamina

Catecolamina sint�tica, cuya acci�n predominante es vasodilatadora. Act�a principalmente sobre los receptores adren�rgicos β1 de las c�lulas del miocardio, aumentado el inotropismo, el cronotropismo y la demanda de ox�geno; mientras disminuye la presi�n de llenado del ventr�culo izquierdo. Por otra parte, la dobutamina induce vasodilataci�n mediado por su modesta actividad sobre receptores β2, con lo que disminuye la poscarga. Es metabolizada en el h�gado y excretada por v�a renal, con una vida media de 2.4 minutos. Se usa en dosis de 2-20 mcg/kg/min (Ginwalla & Tofovic, 2018) (Maack, y otros, 2018).

Esta droga es com�nmente usada en la falla cardiaca refractaria y en el shock cardiog�nico, sin embargo, algunos autores desaconsejan su uso en shock s�ptico debido al riesgo de hipotensi�n (Maack, y otros, 2018).

 

Inhibidores de la fosfodiesterasa

Milrinona y Enoximone son inhibidores espec�ficos de la fosfodiesterasa III, enzima encargada de la degradaci�n del AMP c�clico. La acumulaci�n de este metabolito a nivel de las c�lulas del miocardio causa inotropismo, cronotropismo, lucitropismo y dromotropismo positivos, al mismo tiempo que mejora la contractilidad cardiaca gracias a que las concentraciones aumentadas de calcio intracelular promueven la uni�n de los complejos de actina-miosina. Por otra parte, en las c�lulas musculares lisas de los vasos sangu�neos, la acumulaci�n del AMP c�clico ocasiona la salida del calcio de estas, con lo que ocurre la vasodilataci�n (Devlin, Deutschman, & Neligan, 2020).

La milrinona optimiza el uso de ox�geno gracias a que disminuye la precarga y la poscarga, con m�nimo efecto arritmog�nico (Motwani & Saunders, 2021) (Maack, y otros, 2018). Esta droga es indicada en pacientes con bajo gasto cardiaco, particularmente eficaz en los casos con falla del ventr�culo derecho. Sin embargo, estudios aseguran que la milrinona no fue superior al placebo en t�rminos de reducci�n de la mortalidad a mediano plazo, ni de hospitalizaciones por falla cardiaca; por el contrario, si se asoci� significativamente al incremento de la tasa de arritmias e hipotensi�n. La dosis de milrinona es en bolo de 50 mcg/kg en 10 a 30 minutos, e infusi�n de 0.375-0.75 mcg/kg/min (Ginwalla & Tofovic, 2018) (Sociedad Argentina de Cardiolog�a, 2020).

El uso rutinario de estas drogas no ha demostrado ser cl�nicamente �til, por lo que no se recomienda (Ginwalla & Tofovic, 2018).

 

Inhibidores de la bomba Sodio-Potasio

La inhibici�n de la bomba sodio-potasio incrementa las concentraciones intracelulares de sodio, lo que a su vez cambia el flujo a trav�s de los canales de sodio/calcio, aumentando las concentraciones intracelulares de calcio liberado desde el ret�culo sarcoplasm�tico. Como resultado, aumenta la funci�n contr�ctil del miocardio (Ginwalla & Tofovic, 2018) (Maack, y otros, 2018).

 

Digoxina

Esta droga es usada por sus propiedades antiarr�tmicas, ya que exhibe poco o ning�n efecto sobre la presi�n arterial, frecuencia card�aca y demanda de ox�geno del miocardio (Motwani & Saunders, 2021).

Gu�as de pr�ctica actualmente, recomiendan su uso en pacientes con insuficiencia card�aca con fracci�n de eyecci�n disminuida, y que contin�an sintom�ticos a pesar del tratamiento medicamentoso; se ha visto que, en el caso mencionado, disminuye el riesgo de hospitalizaciones por esta causa. Por otra parte, la evidencia sobre su uso en la fibrilaci�n auricular es muy limitada, y existe un debate sobre el potencial riesgo incrementado de mortalidad, que supone su uso en estos escenarios. Se usa en dosis de carda de 1-1.25mg, o 10-15 mcg/kg, con dosis de mantenimiento de 0.125-0.250 mg/d�a (Ginwalla & Tofovic, 2018)� (Devlin, Deutschman, & Neligan, 2020).

 

Sensibilizadores de calcio

Levosimed�n agente sensibilizador de calcio, act�a generando un cambio en la conformaci�n de la troponina C, ocasionando una prolongaci�n en la interacci�n actina-miosina durante la s�stole. Por otra parte, produce la apertura de los canales de potasio sensibles a ATP, lo que genera vasodilataci�n y cardioprotecci�n (Motwani & Saunders, 2021).

Algunos autores consideran esta droga como uno de los inotr�picos m�s ampliamente valorado, ya que est� indicado en insuficiencia cardiaca, infarto agudo de miocardio, y en cirug�a cardiaca. Sin embargo, estudios que han comparado su uso con placebo, aseguran que no existe diferencias significativas en el �mbito de reducci�n de mortalidad a mediano y largo plazo (Manaker, 2022) (Ginwalla & Tofovic, 2018).

Se usa en dosis de carga de 12-24 mcg/kg en 10 minutos, e infusi�n de 0.05-0.2 mg/kg/min �(Motwani & Saunders, 2021).

 

 

 

Potenciadores de la uni�n actina-miosina

Esta clase de inotr�picos a�n est�n bajo investigaci�n, act�an interactuando directamente con la miosina y actina para producir un acortamiento m�s eficiente del sarc�mero del miocardio. Omecamtiv mecarbil es una mol�cula peque�a, que act�a selectivamente sobre la porci�n S1 de la ATPasa de la miosina del m�sculo cardiaco. Este f�rmaco incrementa el n�mero efectivo de interacciones actina-miosina, lo que mejora la funci�n contr�ctil y prolonga la fase de contracci�n del miocardio, facilitando una di�stole m�s larga �(Ginwalla & Tofovic, 2018).

Se han realizado estudios cl�nicos que demuestran la utilidad de este inotr�pico en individuos con insuficiencia card�aca, mejorando la fracci�n de eyecci�n del ventr�culo izquierdo y el volumen sist�lico. A pesar de esto, la evidencia documentada sobre el uso a largo plazo de este medicamento es limitada, por lo que su uso a�n no est� recomendado 13.

 

Vasopresores

Mantener una presi�n arterial adecuada es b�sico e imprescindible para terminar el c�rculo vicioso de la hipotensi�n progresiva y por ende de la isquemia de miocardio. En el caso de que, si la presi�n arterial no llega a par�metros de la normalidad, se considera optima la terapia con vasopresores, ajustada no necesariamente a la presi�n arterial si no tambi�n intentando una mejor�a en los �ndices cl�nicos de perfusi�n y saturaci�n de ox�geno. La administraci�n de vasopresores en infusi�n debe de titularse cuidadosamente en pacientes con shock cardiog�nico, para alcanzar la presi�n de perfusi�n coronaria ideal con el menor incremento de demanda de ox�geno en el miocardio por acci�n inotr�pica (Goldman, y otros, 2021). Adem�s, para decidir que vasopresor usar, es conveniente tener en cuenta el fenotipo del shock cardiog�nico, el momento, as� como el mecanismo de acci�n de cada uno de los f�rmacos que est�n en este grupo �(Zamarr�n L�pez, Ram�rez Guti�rrez, & P�rez Nieto, 2021).

Se debe optar el uso de vasopresores en infusi�n cuando pese a la administraci�n de l�quidos endovenoso existe una persistencia de la presi�n arterial sist�lica menor a 90 mmHg y/o una presi�n arterial media menor a 65 mmHg, con una presi�n venosa central mayor a 8 cm de H2O. Ademas� la adici�n de este grupo de f�rmacos no solo se debe basar en aumentar PAM, si no tambi�n alcanzar una buena perfusi�n hacia los �rganos �(Jim�nez Murillo & Montero P�rez, 2021) (Deutschman & Clifford , 2021).

Los vasopresores generan un aumento de la presi�n arterial media. Sin embargo, sus efectos adversos se relacionan con la mayor cantidad de apariciones de arritmias y como se menciona anteriormente incrementa la demanda de ox�geno. El m�dico debe considerar estos efectos secundarios, por lo cual, se debe la dosis m�nima durante el menor tiempo posible. Debido a esto se considera necesario que el paciente ingrese a una unidad de cuidados intensivos para monitorizaci�n permanente (P�rez Vela, Jim�nez Rivera, & Llanos Jorge, 2020).

El grupo farmacol�gico de las catecolaminas con efectos vasopresores activan especialmente los receptores a-adren�rgicos cuya expresi�n difiere dentro del sistema cardiovascular, por ejemplo, un efecto m�nimo en los capilares con un incremento progresivo hacia las arteriolas y v�nulas (Zamarr�n L�pez, Ram�rez Guti�rrez, & P�rez Nieto, 2021).

 

Noradrenalina (norepinefrina)

En la actualidad esta catecolamina es considerada como el vasopresor de primera l�nea para el manejo de shock cardiog�nico. En diferentes estudios se ha comparado el uso de noradrenalina en relaci�n con la dopamina demostrando que este primer f�rmaco disminuye los �ndices de mortalidad. Dentro del mecanismo de acci�n encontramos que estimula los receptores a-adren�rgicos y en menor cantidad los b-adren�rgicos. Produce un incremento del gasto cardiaco y la frecuencia cardiaca y a su vez la disminuci�n del flujo renal y espl�nico (administrado en altas dosis). Las dosis habituales en esta patolog�a son de 0,05 a 0,5 mg/kg/min con incremento de dosis en pacientes que lo requieran (P�rez Vela, Jim�nez Rivera, & Llanos Jorge, 2020).

 

Dopamina

Este f�rmaco vasopresor se caracteriza porque, seg�n la dosis administrada, se obtiene un efecto diferente: en dosis bajas act�a como vasodilatador renal y espl�nico, en dosis intermedias act�a en los receptores b2-adren�rgicos y en dosis altas en los a-adren�rgicos. El efecto adverso con mayor frecuencia que se asocia al uso de dopamina son las arritmias y por ende mayor riesgo de mortalidad en el subgrupo de shock cardiog�nico (Zamarr�n L�pez, Ram�rez Guti�rrez, & P�rez Nieto, 2021).

Para un adulto con un peso de 70 kilos, la dopamina en ampollas de 200 mg se administra en dosis inicial de 5 mg/kg/min por infusi�n intravenosa, para esto se diluye una ampolla de 200 mg/kg/min en 250 mL de soluci�n glucosada al 5%, a una velocidad de 30 mL por hora (10 gotas/minuto). La dosis mencionada puede ser aumentada de manera progresiva hasta llegar al objetivo de una presi�n arterial sist�lica mayor a 90 y/o una diuresis mayor a 35 mL/hora. Dosis m�xima 20 mg/kg/min, �sea 120 mL/hora (40 gotas/minuto) (Zamarr�n L�pez, Ram�rez Guti�rrez, & P�rez Nieto, 2021).

 

Adrenalina (Epinefrina)

La presentaci�n de este f�rmaco es en ampollas de 1 mg al 1/1000, su administraci�n inicialmente es endovenosa a dosis de 0,05 mg/kg/min. Para el manejo de shock cardiog�nico se opta por diluir 9 miligramos (9 ampollas) en 250 mililitros de soluci�n glucosa al 5%, a una velocidad de 6 mL/hora (2 gotas/minuto), para una persona con 70 kilos. Dosis m�xima 4 mg/kg/min (Jim�nez Murillo & Montero P�rez, 2021).

Adem�s de las catecolaminas, existen otras hormonas end�genas que se han utilizado en la pr�ctica cl�nica. Una de ellas la vasopresina, la cual es secretada fisiol�gicamente cuando existen est�mulos de barorreceptores, quimiorreceptores y osm�ticos. Esta hormona act�a en los receptores del musculo liso vascular y por otro la oxitocina puede intervenir causando vasoconstricci�n (P�rez Vela, Jim�nez Rivera, & Llanos Jorge, 2020).

La Terlipresina es un f�rmaco degradado a lisina vasopresina, principalmente por la peptidasas renales y hep�ticas. Este mecanismo le confiere una duraci�n de acci�n m�s larga tras la infusi�n de un bolo intravenoso, en comparaci�n con la vasopresina. La Terlipresina tiene mayor selectividad para los receptores vasculares (Ronco, Bellomo, Kellum, & Ricci, 2020).

La dobutamina es el f�rmaco que est� indicado cuando no se obtiene los objetivos terap�uticos deseados, pese a la reposici�n adecuada de la volemia, los anteriores vasopresores mencionados se hayan subministrado en dosis m�xima (Montero P�rez, Gracia Gracia, Due�as Jurado, Clemente Mill�n, & Torres Murillo, 2018).

Como ya se mencion� antes, considerando la cl�nica y la hemodinamia del individuo, se puede modificar el tratamiento con vasopresores. En el caso de un shock cardiog�nico de presentaci�n cl�sica se puede optar por la administraci�n de norepinefrina, si tiene arritmias y/o taquicardia. En cambio, en pacientes que cursen con bradicardia y no presente arritmias, es preferible el uso de la dopamina como tratamiento inicial (P�rez-Alva, 2021).

 

Conclusi�n

En general, la clave del tratamiento del shock es mantener la presi�n arterial media y asegurar una adecuada perfusi�n y transporte de ox�geno y otros nutrientes a los �rganos vitales.

A pesar del uso generalizado de las drogas inotr�picas, la base de evidencia cient�fica para su uso est� limitada. Es claro que muchos pacientes no tienen la oportunidad de sobrevivir sin apoyo inotr�pico; sin embargo, existe una variaci�n de respuesta considerable en la pr�ctica cl�nica.

La cantidad de ensayos aleatorizados que comparan los resultados de supervivencia en estos pacientes es peque�a; por lo que el uso actual de estos agentes debe basarse en la evidencia disponible y sus posibles efectos t�xicos conocidos, de manera que es prudente usarlos en sus dosis m�nimas necesarias, hasta mejorar la base cient�fica.

El m�dico debe conocer sobre estos efectos adversos que generan este grupo de f�rmacos y por ende el uso debe realizarse con la menor dosis en el menor tiempo posible. Es por eso que se recomienda que todo paciente con tratamiento de vasopresores deber� ser ingresado a una unidad de cuidados intensivos.

Conflicto de intereses: Ninguno para declarar.

Contribuci�n de autor�a: Todos los autores participaron en la redacci�n, revisi�n y aceptaci�n del manuscrito.

 

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