����������������������������������������������������������������������������������
El n�mero de reproducci�n de base y sus aplicaciones en epidemiologia
The basic reproduction number and its applications in epidemiology
O n�mero b�sico de reprodu��o e suas aplica��es em epidemiologia
![]() |
Correspondencia: eduardo.pozo@espoch.edu.ec
Ciencias T�cnicas y Aplicadas ���
Art�culo de Investigaci�n
��
* Recibido: 23 de mayo de 2022 *Aceptado: 12 de junio de 2022 * Publicado: 28 de julio de 2022
- Facultad de Ciencias, Escuela Superior Polit�cnica de Chimborazo (ESPOCH), Riobamba, Ecuador.
Resumen
El n�mero de reproducci�n de base, R_0, se define como el n�mero promedio de casos que un individuo infectado va a causar durante el per�odo de contagio dentro de una poblaci�n compuesta por �nicamente por susceptibles. Este concepto es importante porque nos permite tener un indicador simple que valora la evoluci�n de una epidemia. Lo m�s importante es que R_0 suele servir como par�metro que proporciona una estimaci�n de un valor m�nimo para predecir si una infecci�n se propagar� o no. En este art�culo damos una breve visi�n general del m�todo Next-generation matrix (NGM) el cual nos permite dar una formulaci�n de R_0 a partir de modelos deterministas y la forma en que las estimaciones de este par�metro epidemiol�gico pueden servir de fundamento para tomar decisiones relativas a las estrategias de mitigaci�n. Adem�s, indicaremos que por s� solo, el R_0 es una medida insuficiente de la din�mica de las enfermedades infecciosas en las poblaciones; hay otros par�metros que pueden aportar informaci�n m�s �til. No obstante, la estimaci�n del R_0 en una poblaci�n determinada es �til para entender la transmisi�n de una enfermedad en ella. Si se considera el R_0 en el contexto de otros par�metros epidemiol�gicos importantes, su utilidad puede consistir en que permite conocer mejor un brote epid�mico y preparar la respuesta de salud p�blica correspondiente.
Palabras Clave: Next-generation matrix; n�mero de reproducci�n de base.
Abstract
The base reproduction number, R_0, is defined as the average number of cases that an infected individual will cause during the period of contagion within a population composed of only susceptibles. This concept is important because it allows us to have a simple indicator that assesses the evolution of an epidemic. Most importantly, R_0 often serves as a parameter that provides an estimate of a minimum value to predict whether or not an infection will spread. In this article we give a brief overview of the Next-generation matrix (NGM) method which allows us to give a formulation of R_0 from deterministic models and the way in which estimates of this epidemiological parameter can serve as a basis for making relative decisions. to mitigation strategies. In addition, we will indicate that by itself, the R_0 is an insufficient measure of the dynamics of infectious diseases in populations; there are other parameters that can provide more useful information. However, the estimation of R_0 in a given population is useful to understand the transmission of a disease in it. If the R_0 is considered in the context of other important epidemiological parameters, its usefulness may be that it allows a better understanding of an epidemic outbreak and the preparation of the corresponding public health response.
Keywords: Next-generation matrix; base reproduction number.
Resumo
O n�mero base de reprodu��o, R_0, � definido como o n�mero m�dio de casos que um indiv�duo infectado causar� durante o per�odo de cont�gio em uma popula��o composta apenas por suscet�veis. Este conceito � importante porque nos permite ter um indicador simples que avalia a evolu��o de uma epidemia. Mais importante, R_0 geralmente serve como um par�metro que fornece uma estimativa de um valor m�nimo para prever se uma infec��o se espalhar� ou n�o. Neste artigo damos uma breve vis�o geral do m�todo da matriz de pr�xima gera��o (NGM) que nos permite dar uma formula��o de R_0 a partir de modelos determin�sticos e a forma como as estimativas deste par�metro epidemiol�gico podem servir de base para a tomada de decis�es relativas. �s estrat�gias de mitiga��o. Al�m disso, indicaremos que, por si s�, o R_0 � uma medida insuficiente da din�mica das doen�as infecciosas nas popula��es; existem outros par�metros que podem fornecer informa��es mais �teis. No entanto, a estimativa de R_0 em uma determinada popula��o � �til para entender a transmiss�o de uma doen�a na mesma. Se o R_0 for considerado no contexto de outros par�metros epidemiol�gicos importantes, sua utilidade pode ser que permita um melhor entendimento de um surto epid�mico e a prepara��o da resposta de sa�de p�blica correspondente.
Palavras-chave: Matriz de pr�xima gera��o; n�mero de reprodu��o base.
����������������������������������������������������������������������������������������������
Introducci�n
Desde la aparici�n del COVID-19, en la ciudad de Wuhan-China, a finales del 2020 ha llevado a los diferentes gobiernos del mundo a tomar medidas nunca vistas. Con la finalidad de hacer frente y desaparecer la epidemia, los gobiernos optaron por recomendar diversos tipos de medidas entre ellas el aislamiento social. Las razones que justifican estas medidas extremas para afrontar la epidemia son la rapidez con que el virus se propaga, lo letal que puede ser en poblaciones vulnerables, el impacto que puede tener en el sistema hospitalario y la falta de medicamentos o vacunas entre tantos otros. Por ende, es importante conocer en tiempo real el impacto que tienen las medidas adoptadas por los gobiernos y las personas en la evoluci�n de la epidemia. Es de singular importancia, saber si las medidas mencionadas generaron un crecimiento o decrecimiento de la epidemia en t�rminos de poblaci�n infectada.
Para
determinar las medidas sanitarias para contrarrestar al COVID-19, los
epidemi�logos centran sus modelos y afirmaciones en cifras. Una de las m�s
importantes, sobre todo al principio de una enfermedad, es el n�mero de
reproducci�n de base, .
En una enfermedad,
�nos
indica la cantidad de personas que pueden ser infectadas a partir de un
paciente, denominado el paciente cero. As�, si por ejemplo un
�nos
indica que un infectado podr� infectar a otro. Si el
�entonces,
hasta cinco individuos podr�n contraer la enfermedad durante el periodo
infeccioso. Esta cifra se calcula a partir de datos emp�ricos, aunque se ve
afectada por otras variables. No existe un �nico m�todo para calcular el
,
sino que este se puede determinar de forma directa seg�n los casos observados
en una epidemia, normalmente, o siguiendo modelos estad�sticos que consideran
diversas variables. Existen diferentes modelos, algunos m�s simples y otros m�s
complejos, para determinar el
.
El
origen de �se
da con los estudios de demograf�a de B�ckh en 1886, Sharp & Lotka en 1911,
Dublin & Lotka en 1925 y Kuczynski en 1928, luego, se estudi� de forma
independiente para las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria
(Ross 1911; MacDonald 1952) y las infecciones humanas de transmisi�n directa
(Kermack & McKendrick 1927; Dietz 1975; Hethcote 1975). Actualmente se
utiliza ampliamente en el estudio de las enfermedades infecciosas y, m�s
recientemente, en los modelos de la din�mica de las poblaciones en el interior
de los hogares. Sin embargo, la interpretaci�n de
�depende
de los contextos antes mencionados. En epidemiolog�a,
�es
el n�mero de individuos infectados por un solo individuo infectado durante todo
su periodo infeccioso, en una poblaci�n totalmente susceptible. Mientras que en
la din�mica del par�sito-hu�sped,
�es
el n�mero de nuevas c�lulas infectadas producidas por una c�lula infectada
durante su vida, suponiendo que todas las dem�s c�lulas son susceptibles.
La
interpretaci�n de �se
deben a los trabajos de George MacDonal (1952) y se sabe que cuando
,
cada individuo infectado produce, en promedio, menos de un nuevo individuo
infectado, y por lo tanto predecimos que la infecci�n ser� eliminada de la poblaci�n,
o el par�sito ser� eliminado del individuo. Si
,
el pat�geno es capaz de invadir la poblaci�n susceptible, que, en t�rminos
generales, cuanto mayor es
,
m�s dif�cil es controlar la enfermedad. Este criterio es donde recae la
importancia y utilidad del concepto
.
As� que, en un proceso infeccioso, podemos determinar las medidas de control, y
su magnitud, para tener m�s eficacia en reducir el
�por
debajo de uno, lo que facilita una importante orientaci�n para las iniciativas
de salud p�blica. Adem�s
�tambi�n
se utiliza para medir el riesgo de una epidemia o pandemia en las enfermedades
infecciosas emergentes.
Actualmente
se han desarrollado distintos trabajos te�ricos que han ampliado la noci�n de �a
una serie de modelos complejos pero el uso pr�ctico de
�se
ha limitado, en su mayor parte, a sistemas deterministas muy simples.
Al
no existir un �nico m�todo para calcular ,
el tema a tratar en este articulo recae en la explicaci�n del m�todo de
siguiente generaci�n o Next-generation, en ingl�s, para la obtenci�n de
.
- El m�todo de next-generation.
Uno
de los primeros intentos para definir �es
a trav�s de la �Funci�n de supervivencia�. Consideremos una poblaci�n extensa y
sea
�la
probabilidad que un individuo contin�e infectado en el tiempo
.
Se denomina a esta cantidad como probabilidad de supervivencia. Si
�representa
el promedio de nuevos individuos contagiados que un individuo infectado
producir� por unidad de tiempo cuando tuvo contacto con los otros individuos en
un tiempo global. Entonces, el n�mero de individuos infectados luego del
contacto con el primer individuo infectado, durante �toda su vida�, es
.
Una
discusi�n sobre generalizaci�n de �a
partir de esta probabilidad la podemos hallar en Baudrot
et al. (2016)
Para
lograr un mejor entendimiento del problema de calcular �comencemos
por recordar que,
,
es el n�mero de individuos infectados por un solo individuo contagiado durante
todo su periodo infeccioso en una poblaci�n totalmente susceptible, entonces una
forma natural de examinar el proceso de infecci�n en t�rminos de generaciones
de individuos infectados consecutivos. Las generaciones posteriores que crecen
en tama�o indican un crecimiento poblacional, es decir, una epidemia y el
factor de crecimiento por generaci�n indica el potencial de crecimiento. De
manera natural este factor de crecimiento es entonces la caracterizaci�n
matem�tica de
.
Como regla los diversos rasgos de los individuos, como el sexo, la edad, la especie, entre otros, son relevantes desde el punto de vista epidemiol�gico, pero nosotros consideraremos el caso en el que estos rasgos dividen a la poblaci�n en un numero finito de categor�as discretas.
Aqu�
el inter�s recae en poder definir una matriz que relacione el n�mero de nuevos
individuos infectados en las distintas categor�as en generaciones consecutivas.
Esta matriz, habitualmente notada ,
se denomina next-generation matrix (NGM); la cual fue introducida por
Diekmann et al. en 1990, quienes adem�s definieron matem�ticamente
�como
el valor propio dominante de
.
Dentro
de los diversos modelos en epidemiologia existen los modelos compartimentados;
los cuales permiten describir con un numero finito de divisiones donde cada
divisi�n est� conectada, por un flujo, a otra divisi�n. Adem�s, la poblaci�n es
asignada a cada divisi�n con letras, por ejemplo, ,
susceptibles;
,
infectados;
,
recuperados. Pero esta asignaci�n tambi�n permite denotar el tama�o
correspondiente de la subpoblaci�n, ya sea en forma de fracci�n o de n�mero
(por ejemplo,
�para
los individuos en estado infeccioso). La din�mica de los modelos en
epidemiologia es descrita por un sistema de Ecuaciones Diferenciales Ordinarias,
en general, no lineal aut�nomo. Donde el sistema nos da una descripci�n de los
cambios del tama�o de cada subpoblaci�n en el curso del tiempo. Para
desarrollar los c�lculos de
,
nos centraremos solamente en los compartimentos de la poblaci�n infectada.
Para
el c�lculo de �procederemos
de la siguiente manera. Identificamos aquellos sistemas de ecuaciones que
describen la din�mica de los individuos infectados y, por ende, trabajaremos
con un subsistema de ecuaciones. Encontramos los puntos de equilibrio del
sistema, que, por regla, existen. Luego, nuestro inter�s recae en punto de
equilibrio libre de enfermedad o Disease-free equilibrium (DFE) y
si el sistema es no lineal procedemos a linealizar el subsistema alrededor del
punto DFE. Notemos que la linealizaci�n del sistema no solo permite una
manipulaci�n m�s sencilla en el estudio de este, sino que, en t�rminos
epidemiol�gicos, la linealizaci�n refleja que
�caracteriza
el potencial de la propagaci�n inicial cuando un individuo infectado es
introducido dentro de una poblaci�n de susceptibles, y, adem�s se asume que el
cambio que se genera, dentro de esta poblaci�n en una etapa inicial, es m�nimo.
Recordemos
que cualquier sistema de ecuaciones diferenciales ordinarias lineales es
descrito por la matriz jacobiana, y, es aqu� donde radica la importancia de
linealizar el sistema cuando �ste es no lineal, y, de enlazar esta matriz con
una interpretaci�n epidemiol�gica. A la par del algoritmo presentado, tambi�n
nos interesa realizar una descomposici�n, particular, del sistema en dos
partes; la parte de la transmisi�n, notada ,
y la parte de la transici�n de los cambios que se presentan en los
estados, notada
.
A continuaci�n, se calcula el valor propio dominante de la matriz
,
m�s adelante indicaremos la importancia del signo negativo en la definici�n de
esta matriz. Donde la entrada
�es
el n�mero esperado de nuevos casos con estado de infecci�n
,
generados por un individuo que acaba de nacer (epidemiol�gicamente hablando) en
el estado de infecci�n
.
- Aproximaci�n formal de la Matriz de Siguiente Generaci�n.
Consideramos
que la poblaci�n est� dividida en �compartimientos.
El n�mero de individuos en el compartimiento
�esta
dado por
.
Suponemos que denotamos les compartimientos de tal manera que los
�primeros
sean constituidos de individuos no infectados, m�s precisamente no
portadores del germen -virus, protozoarios, par�sitos, �-. De hecho, todos los
que no evolucionaron hacia un compartimiento de individuos infectados. En estos
compartimientos podemos asumir que los susceptibles, individuos vacunados, en
cuarentena de manera que no hay una transmisi�n vertical ni horizontal[1].
El concepto fundamental es que estos compartimientos nunca pueden dar transmisores por s� mismos.
Los compartimientos restantes est�n constituidos de los infectados. Por ejemplo, los infectados, latentes, portadores asintom�ticos.
Denotaremos
el estado del sistema.
Figura 1: �Infectados y no infectados�
Fuente: G. Sallet. (2018).
Describimos la din�mica de la enfermedad infecciosa, es decir, la escribiremos a trav�s de la ecuaci�n diferencial siguiente
�
��������������������������������������������������������
�����������������������������������������������
(1)
donde
�es
una funci�n de
�en
�donde
cada componente de esta representa la tasa de cambio de
,
con
.
Adem�s
�
donde
�constituye
la tasa de aparecimiento de nuevas infecciones presentes en todos los
compartimentos. Mientras que la
�se
expresa como
con
�representando
las tasas de transferencia de individuos entre compartimientos y
�es
la tasa de transferencia de individuos fuera de los compartimentos. Mas
espec�ficamente,�
�la velocidad de aparici�n de nuevos infectados, en el compartimiento
. Estos son nuevos infectados, obtenidos por transmisi�n de cualquier tipo -vertical u horizontal-
�representa los flujos entrantes relacionado al compartimiento
�derivados de otras causas (desplazamiento, envejecimiento, recuperaci�n, etc.).
- �
�representa los flujos salientes relacionado al compartimiento
�producidos por cuestiones de mortalidad, cambios de estado epidemiol�gico, etc.
Figura 2: �Infectados y no infectados�
Fuente: A. Perasso. (2018).
Tenemos finalmente
Vamos
a considerar un punto de equilibrio del sistema, al cual se le denomina, punto
de equilibrio sin enfermedad. Es decir, en este caso representa a una
poblaci�n de susceptibles en la cual no hay ning�n individuo infectado (por
ende, tampoco recuperados). De hecho, cada �esta
fijo y es igual a cero para
.
En otras palabras, un punto de equilibrio sin enfermedad,
�es
el punto tal que
.
Un punto de equilibrio de este tipo suele ser llamado un disease-free
equilibrium (DFE). Este punto es dado por
���������������������������������������������
����������������������������
���������������(2)
Recalquemos
que la naturaleza de las caracter�sticas epidemiol�gicas implica tener las
siguientes propiedades para las funciones, ,
antes introducidas (Diekmann et al. (1990) y van den Driessche &
Watmough (2002)):
A. Cada funci�n representa una transferencia dirigida de individuos, estas funciones son todos no negativas lo que implica a tener la condici�n:
Si
,
entonces
�para
.
B. Si no hay nada en un compartimiento, nada puede salir -propiedad fundamental de un modelo con compartimientos-. Entonces tenemos la condici�n:
Si
,
entonces
�para
.
C. Los
compartimientos que tienen �ndices inferiores a �son
los compartimientos de no infectados. Por ende, no puede aparecer en
estos compartimentos infectados. As�,
�para
.
D. Se
asume que no hubo inmigraci�n de agentes infecciosos. Como es �un
punto de equilibrio sin enfermedad (DFE), significa que estamos en un estado en
el que no hay infecci�n por ninguna parte.
�es
una pieza infecciosa de otro compartimento. Entonces esta condici�n se traduce
como:
Si
�es
un punto de equilibrio sin enfermedad (DFE), entonces
�y
�
para
.
E. Si
�para
todo
,
entonces todos los valores propios de la matriz jacobiana del sistema (1)
tienen partes reales negativas.
Esta �ltima supuesto significa sencillamente que cuando no hay enfermedad, la poblaci�n admite un equilibrio localmente asint�ticamente estable, el punto de equilibrio sin enfermedad. Con las hip�tesis precedentes junto con el punto de equilibrio dado en (2), se sigue que
Adem�s,
puesto que las componentes de �de
la funci�n
�son
id�nticamente nulas para
�tenemos
�������
y�������
.
Las
matrices �y
�se
expresan como
�y
donde
.
Tomando en cuenta las cuatro primeras hip�tesis, la matriz
�es
una matriz positiva y como
�es
un DFE entonces por la hip�tesis (A), (B), (C) la matriz
�es
una matriz de Metzler[2].
- Deducci�n de la matriz de siguiente generaci�n.
Vamos ahora a dar las etapas utilizadas para deducir la matriz de siguiente generaci�n. Introducimos una cifra peque�a de individuos infecciosos en la poblaci�n de susceptibles y estamos, tambi�n, considerando que est�n en el equilibrio sin enfermedad (DFE). Para determinar la salida de un n�mero peque�o de individuos infectados en la poblaci�n, entonces la hip�tesis (C) nos dice lo que
�para
y consideramos la din�mica de estos individuos sin que tengan una nueva infecci�n, ya que solo nos interesan los individuos que est�n atenuados por una primera infecci�n y pueden reinfectarse. Con esta consideraci�n, la hip�tesis (D) nos permite obtener:
�para
.
As�
tendremos �para
.
Puesto que deseamos conocer su comportamiento en el futuro, consideremos el sistema aproximado por su linealizaci�n en el punto de equilibrio. Si estemos cerca del equilibrio, el comportamiento del sistema es aproximado por el sistema linealizado.
Como
tenemos que �el
sistema se convierte, con
�igual
a
,
en
,
y este nuevo sistema puede ser utilizado para determinar el rumbo de un peque�o n�mero de individuos infectados introducidos en la poblaci�n sin presencia de la enfermedad.
Sean
�el
n�mero inicial de individuos infectados en el compartimiento
�y
�el
n�mero de estas personas inicialmente infectadas que permanecen en los
compartimientos de infectados luego de un cierto tiempo. Es decir, el vector
�es
la componente
�de
.
La partici�n de
�implica
que
de
donde se observa que .
Por lo tanto,
�lo
que implica
������������������������������������������������������
���������������������������������������������
(3)
La
expresi�n en (3) muestra la trayectoria del paciente cero a trav�s de los
compartimientos de la enfermedad desde la exposici�n inicial hasta la
recuperaci�n o la muerte y �representa
la probabilidad que el paciente cero se encuentre en el estado de la enfermedad
�en
el tiempo
.
Adem�s,
�se
considera como un peque�o n�mero de individuos infectados en el tiempo
.
Al final obtenemos que el tiempo esperado que el paciente cero pasa en cada
comportamiento viene dado por la siguiente integral
���������������������������������������������������
����������������������������������������������
(4)
donde
las entradas �de
la matriz
�pueden
ser interpretadas como el tiempo previsto que un individuo inicialmente
introducido en el compartimiento de la enfermedad
�pasa
en el compartimiento de enfermedad
.
Este grupo de infectados va a generar nuevos casos, as�, el numero previsto de nuevas infecciones producidas por el paciente cero viene expresado por
���������������������������������������������
����������������������������������������������
(5)
donde
la entrada �de
la matriz
�es
la tasa de producci�n de las infecciones en el compartimiento
�para
un paciente cero en el compartimiento
.
Observemos
que si �es
una matriz positiva y
�es
una matriz de Metzler invertible y positiva, con esto podemos decir que
�es
una matriz no negativa.
A
continuaci�n, damos la interpretaci�n de las componentes de la matriz .
Consideremos, ahora, un infectado en el compartimiento
,
entonces la entrada
�de
�es
el tiempo promedio donde este individuo permanecer� en el compartimiento
�en
el transcurso de su periodo infeccioso[3]. Mientras que
la entrada
�es
la rapidez con la cual un individuo en el compartimiento
�produce
nuevas infecciones en el compartimiento
.
Consecuentemente la entrada
�de
�es
el numero promedio de nuevas infecciones de compartimiento
�producida
por un individuo infectado de compartimiento
.
La matriz
�������������������������������������������������������������
��������������������������������������������������
(6)
se
denomina la next generation matrix (o matriz de siguiente
generaci�n) y hemos visto que la entrada �es
el n�mero promedio de individuos infectados de compartimiento
�producido
por un individuo infectado del compartimiento
.
Notamos tambi�n que la matriz
�es
una matr�z cuadrada positiva de dimensi�n igual al n�mero de compartimientos de
infectados.
- Definici�n de
.
Vamos a enunciar las definiciones suplementarias siguientes acerca de los valores propios de una matriz.
Radio espectral. -
Denominamos el radio espectral de una matriz �de
tama�o
,
al valor maximal del m�dulo de sus valores propios.
.
M�dulo de estabilidad. - Denominamos
m�dulo de estabilidad de una matriz ,
la m�s grande parte real de los valores propios de
�
.
Tengamos
en cuenta que las entradas �de
la matriz
�son
los n�meros previstos de nuevas infecciones en el compartimento
�producidas
por el individuo infectado inicialmente introducido en el compartimento
.
Entonces, es natural pensar que
�representar�
la entrada m�s grande de
.
Luego, adaptando el m�todo de matriz de pr�xima generaci�n descrito en
anteriormente, en Diekmann et al. (1990) se establece la siguiente
definici�n:
Definici�n matem�tica del n�mero de reproducci�n de
base �.
� Si
�entonces
definimos el n�mero de reproducci�n de base ligado al punto DFE
�del
sistema (1) como
��������������������������������������������
���������������������������������������������������
(7)
Recalquemos
que la condici�n de tener �nos
permite obtener la estabilidad del punto DFE
.
A su vez la matriz jacobiana del sistema (1) se descompone como sigue
y como �es
una matriz de Metzler invertible entonces
�tiene
valores propios con parte real negativa y si
�tiene
tambi�n valores propios con parte real negativa implica la estabilidad del
punto DFE
�est�
determinada por los valores propios de la matr�z
.
Mencionemos
que la definici�n de matr�z de siguiente generaci�n dada en la secci�n
anterior difiere del signo negativo con respecto a la definici�n presentada por
Van den Driessche & Watmough (2002). Utilizamos las matrices de Metzler
(Berman & Plemmons (1994), Cap. 6), que aparecen de forma natural en
los sistemas de compartimientos, mientras que en Van den Driessche &
Watmough (2002) se utilizan M-matrices[4].
Lo que lleva a Van den Driessche a notar �lo
que entra,
�lo
que sale y tambi�n nota que
con
.
Esto
es absolutamente artificial, pero sirve para mostrar que es m�s sencillo
abordar la invertibilidad de matrices desde el punto de vista de las matrices
de Metzler que desde la teor�a de las M-matrices. Con tal definici�n,
mostraremos un resultado principal que trata sobre la estabilidad del punto
DFE. Tal como se mencion� en las secciones anteriores, una de las
caracter�sticas m�s importantes de �es
el hecho que manifiesta la estabilidad del punto DFE. Hay diversos m�todos para
la derivaci�n, a partir de un modelo determin�stico, de la estabilidad del
punto DFE a trav�s de
�pero
nuestro enfoque fue el estudio de los valores propios de la matriz jacobiana,
asociada al modelo, en el punto de equilibrio libre de enfermedad.
Lastimosamente, para algunos modelos, los m�todos existentes no siempre
permiten garantizar la interpretaci�n o significado de
.
Un ejemplo de esta problem�tica se describe en detalle en Diekmann &
Heesterbeek (2000; ejercicio 5.43).�
- Criterio de estabilidad
El
sistema epidemiol�gico es asint�ticamente estable con respecto al punto DFE �si
�y
es inestable si
.
Este
criterio nos indica que si ,
entonces un individuo infecta en promedio menos de una persona, lo que
significa que la enfermedad desaparecer� de la poblaci�n. Mientras que, si
,
un individuo infecta en promedio a m�s de una persona, es decir, que la
enfermedad puede propagarse en la poblaci�n. La determinaci�n de los par�metros
del modelo permite, as�, calcular las condiciones de propagaci�n de la
enfermedad.
Notemos
que la ventaja de este m�todo radica en el hecho que se trata de un m�todo de
reducci�n dimensional, ya que la determinaci�n de la estabilidad del m�dulo de
la matriz ,
necesario para efectuar el an�lisis de estabilidad del punto DFE
,
es reducido al c�lculo del radio espectral de la matriz de siguiente generaci�n
�que
es de dimensi�n menor.
Por
�ltimo, observamos que en la descomposici�n �s�lo
es imprescindible que
�sea
una matriz no negativa y que
�sea
una matriz de Metzler (Berman & Plemmons; 1994; Cap. 6) con
.
Sin embargo, estas condiciones no determinan de forma �nica
�y
;
sino es la interpretaci�n la que lleva a los
y
�relevantes.
La interpretaci�n decide que eventos, producci�n y cambios de estado, se tienen
en cuenta en
�y
que eventos en
.
Para un ejemplo concreto, nos remitimos a la subsecci�n 6.4.3 del cap�tulo 6 de
Brauer, Van den Driessche y Wu (2008), donde se considera, en particular, un
modelo simple de procesamiento SEIT. Para cualquier descomposici�n, obtenemos
un n�mero de reproducci�n, contando los eventos incrustados en
.
Sin embargo, diferentes descomposiciones conducen a diferentes n�meros de
reproducci�n.
- Ejemplos de aplicaci�n.
Aplicaremos el algoritmo de la matriz de siguiente generaci�n al estudio expl�cito del n�mero de reproducci�n b�sico para algunos modelos epidemiol�gicos. Adem�s, recordemos que, en general, el c�lculo anal�tico del radio espectral como de los puntos de equilibrio no suelen ser f�ciles y es por ello por lo que recurrimos al c�lculo num�rico a trav�s de un logicial (Scilab, Matlab, Octave, entre otros). Sin embargo, en dimensiones peque�as, donde en casos de estructuras particulares podemos dar f�rmulas expl�citas.
Modelo SEIR con una din�mica vital. -
La din�mica vital (nacimientos y muertes) puede sostener un brote o permitir
que se propaguen nuevas infecciones a medida que los nuevos nacimientos
proporcionan individuos m�s susceptibles. En una poblaci�n realista como esta,
la din�mica de la enfermedad alcanzar� un estado estable. Donde π y �representan
las tasas de natalidad y mortalidad, respectivamente, y se supone que son
iguales para mantener una poblaci�n constante. Estas consideraciones se pueden
resumir en el diagrama descrito en la Figura 3.
Figura 3: �Esquema de la infecci�n�
Fuente: Elaboraci�n propia.
En
este modelo, �y
�son
n�meros no negativos. La progresi�n en los compartimientos esta ilustrada en la
Figura 3. Las nuevas infecciones en el compartimiento
�son
debidas a contactos entre personas sensibles e infectadas en los
compartimientos
�e
�con
una tasa
.
Los individuos pasan del compartimiento
�hacia
el compartimiento
�con
un ritmo
�y
desarrollan una inmunidad con una tasa
.
Adem�s, la mortalidad natural afecta a los individuos con una tasa
.
En aras de la simplicidad, el modelo asume una incorporaci�n constante, π,
de individuos susceptibles. Si la incidencia
�y
�es
constante, este modelo se denomina com�nmente modelo de acci�n de masas. De
forma m�s general,
�puede
verse como una funci�n de la poblaci�n total
.
El modelo SEIR se escribe como sigue�
con
condiciones iniciales �donde
.
Notemos
que como �no
aparece en las tres primeras ecuaciones. Podemos entonces descartar la �ltima
ecuaci�n.
Los
compartimientos infectados son �e
,
entonces un punto de equilibrio con
�tiene
la forma
,
donde
.
�El cual se tratar� de un punto DFE.
La
progresi�n de �e
�y
la falla del tratamiento no son consideradas como nuevas infecciones, sino m�s
bien como la progresi�n de un individuo infectado a trav�s de los diferentes
compartimientos. Por consecuencia,
Entonces,
de donde se obtiene
As�, la matriz de siguiente generaci�n es
y
el valor de �es
Ahora
estudiemos la estabilidad del punto DFE .
Para ello, la matriz jacobiana asociada al sistema alrededor de
�es
Consecuentemente, el polinomio caracter�stico viene dado por
Entonces
los valores propios de �son
Vemos
bien que si ,
tenemos que
,
.
As�, el punto de equilibrio DFE
�es
entonces inestables. Mientras que si
�tenemos
que
�son
negativos lo que implica que
�es
asint�ticamente estable.
La inmunidad colectiva es una estrategia de vacunaci�n. � Recordemos que la inmunidad colectiva es una forma de protecci�n contra las enfermedades infecciosas que se produce cuando un porcentaje suficiente de la poblaci�n se vuelve inmune contra una infecci�n, sea por vacunaci�n, sea por infecciones anteriores, lo que reduce la probabilidad de infecci�n en los individuos que no est�n inmunizados.
Para aclarar sobre c�mo la vacunaci�n permite tener una poblaci�n con inmunidad de reba�o, nos centramos en un ejemplo concreto del modelo epid�mico con las siguientes caracter�sticas:
- Sin transmisi�n vertical: No hay paso directo de una enfermedad, un car�cter gen�tico o una condici�n particular, de una generaci�n a otra, ya sea por herencia o por transmisi�n de madre a hijo.
- Periodo de exposici�n: El tiempo que el agente infeccioso est� en contacto con la persona expuesta.
- Sin inmunidad nativa: Hace referencia a la ausencia de mecanismos de defensa no espec�ficos que entran en juego inmediatamente o en las horas siguientes a la aparici�n de un ant�geno en el organismo.
- No hay recuperaci�n posible
Figura 4: �Esquema epidemiol�gico del modelo SEI�
Fuente: Elaboraci�n propia.
La
poblaci�n entonces est� separada en tres categor�as: Los susceptibles, ,
que son los individuos que pueden estar contaminados; los expuestos,
,
que son los individuos ya infectados pero que no est�n todav�a en un estado
contagioso; los infectados,
,
que son individuos infectados que son los individuos infectados que pueden
transmitir la enfermedad a los susceptibles.
Tal
modelo SEI se traduce matem�ticamente por el siguiente sistema de ecuaciones
diferenciales,
cuyo
punto DFE �y
el n�mero de reproducci�n de base
�est�n
dados por
La
pregunta que nos hacemos, ligada al efecto inmunidad colectiva, para
saber qu� proporci�n m�nima de reci�n nacidos debe ser vacunada para evitar la
aparici�n de epidemias. Para estudiar esta situaci�n, introducimos un par�metro
�que
represente la proporci�n de vacunados en el flujo
�de
la poblaci�n susceptible, entonces podemos escribir el modelo con vacunaci�n en
.
As� tenemos el modelo con vacunaci�n siguiente:
Utilizando el m�todo de la matriz de siguiente generaci�n para obtener el n�mero $R_0$ para este nuevo modelo de vacunaci�n, obtenemos:
- El punto de equilibrio DFE
.
- La matriz
�est� dada por
.
�corresponde al radio espectral de
Deseamos
tener �para
erradicar la enfermedad. Entonces
�y
notemos que la cantidad
�es
el umbral de inmunidad colectiva, es decir, el porcentaje de una poblaci�n dada
que est� inmunizada, con la cual, si un sujeto infectado es introducido, ya no
transmitir� la enfermedad, ya que los otros individuos est�n protegidos. Tenga
en cuenta que la tabla, a continuaci�n, muestra que cuanto mayor sea la
proporci�n de individuos inmunes en una comunidad, menor ser� la probabilidad
de que los individuos no inmunes entren en contacto con un individuo
infeccioso.
Tabla 1: �y
el nivel de inmunidad colectiva.
|
||
Enfermedad |
|
Umbral de inmunidad colectiva |
Viruela |
5 |
80% |
Difteria |
5 |
80% |
Polio |
6 |
80 - 85% |
Rubeola |
6 |
80 - 85% |
Paperas |
8 |
85 - 90% |
Tos ferina |
15 |
90 - 95% |
Sarampi�n |
15 |
90 - 95% |
Fuente: (L�vy-Bhrul).
Tomemos en cuenta que la tabla muestra que cuanto mayor sea la proporci�n de individuos inmunes en una comunidad, menor ser� la probabilidad de que los individuos no inmunes entren en contacto con un individuo infeccioso.
A
continuaci�n, mostraremos un ejemplo en donde la descomposici�n �no
es �nica. Para ello consideramos el siguiente modelo SEIT:
La descomposici�n en �y
�no
es �nica: Modelo SEIT
Supongamos
que los individuos infecciosos son tratados con una tasa ,
pero el tratamiento es solo parcialmente efectivo: una fracci�n
�de
los individuos infecciosos tratados se recupera con inmunidad parcial, y una
fracci�n
�vuelve
a una etapa latente de la infecci�n. La ambig�edad de
�se
deriva de las dos posibles interpretaciones del fracaso del tratamiento. El
tratamiento de personas con infecci�n latente, a una tasa
,
tambi�n se incluye en el modelo y siempre resulta en una cura.
La din�mica del modelo se ilustra en la Figura 5
Figura 5: �Progresi�n de la infecci�n de los individuos susceptibles (S) a trav�s de los compartimientos expuestos (E), infectados (I) y tratados (T) para el modelo de tratamiento�
Fuente: F. Brauer, P. Van den Driessche & J. Wu. (2008).
Este
modelo conserva la estructura b�sica del modelo SEIR precedente, pero el
compartimento �se
reemplaza por un compartimento de individuos tratados con
�y
se asume una acci�n est�ndar, en lugar de masiva. Como el tratamiento confiere
solo inmunidad parcial, los individuos tratados se vuelven a infectar a un
nivel de
.
La tasa de reclutamiento constante utilizada en el ejemplo anterior se
generaliza a una tasa dependiente de la densidad, pero todos los dem�s
par�metros conservan sus interpretaciones anteriores. El modelo de transmisi�n
de enfermedades incluye las siguientes ecuaciones diferenciales, as� como
condiciones iniciales no negativas:
������������������������
�����������������������������
(8)
donde
�es
la tasa de tratamiento de las personas expuestas,
�es
la progresi�n del estado infeccioso y
�es
una funci�n que depende de
�y
representa la tasa total de nuevos individuos susceptibles. Luego, vamos a
considerar el t�rmino
�como
la progresi�n de un individuo infectado.
Notemos
que los compartimientos de las enfermedades son �e
.
El t�rmino
�es
la progresi�n de un individuo infectado a trav�s de los compartimientos de la
enfermedad, en lugar de una nueva infecci�n y tenemos en cuenta
adem�s que dada que la poblaci�n total
�es
constante, solo podemos centrarnos en las ecuaciones de
,
�e
.
Con
esta interpretaci�n del t�rmino �vamos
a utilizar el m�todo de la matriz de siguiente generaci�n. Para obtener el
punto de equilibrio libre de enfermedad DFE, resolvemos el sistema de
ecuaciones siguiente:
Recordemos
que para obtener el punto DFE, consideramos que la poblaci�n no tiene
infecci�n, es decir, .
Entonces, del sistema de ecuaciones tenemos:
y
como �se
sigue que
.
De donde, se obtiene
����������������������������������������������������
������������������������������������������������������������������
(9)
As� el equilibrio DFE es dado por:
y
remarquemos que �es
una soluci�n positiva de la ecuaci�n (9).
Ahora, tomemos en cuenta que tenemos la descomposici�n siguiente:
Con lo cual,
y
la matriz inversa de �viene
dada por
y a partir de esta matriz obtenemos
Entonces,
�corresponde
al radio espectral de
:
En
resumen, la cantidad �es
la fracci�n de individuos que abandonan el compartimento
�y
avanzan al compartimento
,
y
�es
la fracci�n de individuos que abandonan el compartimento
�y
regresan al compartimento
.
El producto de ambas fracciones es la porci�n de individuos expuestos que pasan
por el compartimento
�al
menos una vez, y la suma de estos productos es el n�mero esperado de veces que
un individuo expuesto pasa por el compartimento
.
Multiplicando por
,
obtenemos
,
ya que cada vez que un individuo ingresa al compartimento infeccioso
,
pasa un promedio de
�unidades
de tiempo all� produciendo, en promedio,
�infecciones
secundarias.
Ahora
contemplaremos el caso cuando el tratamiento falla y se considera como una
nueva infecci�n. En este caso consideramos que el tratamiento fracasa
entonces ser� considerado como una nueva infecci�n, as�, el t�rmino �no
ser� tomando en cuenta en el compartimiento
.
Por ende, tenemos la descomposici�n siguiente:
Asimismo,
donde
la matriz inversa de �se
expresa como sigue
y esta expresi�n da
Entonces,
�corresponde
al radio espectral de
:
Percibamos
que dado �en
el punto DFE, el t�rmino de reinfecci�n no aparece en ninguna de las dos
linealizaciones y la elecci�n de colocar el t�rmino
�en
�o
�tiene
pocas consecuencias pr�cticas.
Nos
centramos, a continuaci�n, en el estudio de la estabilidad del punto DFE. Para
esto, observemos que la matriz jacobiana asociada al sistema (8) alrededor de �viene
dada por
Seguidamente, el polinomio caracter�stico de esta matriz es
Aqu�,
los valores propios de �son
Si
�y
si
�(o
si
),
entonces
�(o
),
�y
.
El punto de equilibrio DFE
�es
inestable. Mientras que si
�y
si
�tenemos
que los tres valores propios son negativos que implica la estabilidad
asint�tica del punto
.
Tengamos
en cuenta que matem�ticamente, los valores de �y
�nos
dan una estimaci�n del momento donde una epidemia puede o no ocurrir, pero la
diferencia radica en su interpretaci�n epidemiol�gica. N�tese que, en la
segunda interpretaci�n, la tasa de infecci�n es
�y
se asume un individuo expuesto pase
�unidades
de tiempo en el compartimento
.
El error en este razonamiento es que la falla del tratamiento no da como
resultado un nuevo individuo infectado, sino que solo cambia el estado
infecci�n de un individuo ya infectado.
- Persistencia de una enfermedad
Recuerde
que el an�lisis del n�mero b�sico de reproducci�n �radica
en el estudio cualitativo de ecuaciones diferenciales ordinarias. Adem�s,
sabemos que el m�todo de matriz de siguiente generaci�n nos asegura, bajo
supuestos adecuados, que el punto DFE es asint�ticamente estable si
�y
es inestable si
,
y aqu� es donde nos interesa el estudio del comportamiento de las personas
infectadas y su grado de persistencia de la enfermedad, es decir, si las
enfermedades se mantienen inalterables en el tiempo. En esta secci�n,
presentaremos la definici�n matem�tica de la persistencia de la enfermedad.
Nos
interesa estudiar el comportamiento de la poblaci�n infectada a lo largo del
tiempo y su relaci�n con la presencia de la enfermedad y para estudiar la
persistencia ocuparemos el modelo .
Este modelo es un cl�sico en epidemiolog�a matem�tica. Presentamos en esta
parte los resultados del estudio de estabilidad propuesto en Perasso (2018), y
este an�lisis se basa en el principio de invariancia de LaSalle (Varga, 1960).
El
modelo �es
el m�s simple de todos los modelos de enfermedades. Los individuos nacen en la
poblaci�n sin inmunidad (susceptible). Una vez infectados y sin tratamiento,
los individuos permanecen infectados e infecciosos durante toda su vida y
permanecen en contacto con la poblaci�n susceptible. La din�mica del modelo
est� ilustrada en la Figura 6
Figura 6: �Esquema epidemiol�gico del modelo SI�
Fuente: Elaboraci�n propia.
donde
�es
la tasa de infecci�n que controla la tasa de propagaci�n que representa la
probabilidad de transmisi�n de una enfermedad entre un individuo susceptible y
un individuo infeccioso. Mientras que
�y
�representan
las tasas de natalidad y de mortalidad, respectivamente, para el modelo. Por
cuestiones de facilidad, se supone que el modelo tiene un reclutamiento
constante,
,
de individuos susceptibles y para mantener una poblaci�n constante, admitimos
que
.
Por consecuencia, el modelo
�se
escribe como sigue:
��������������������������������������������������
�����������������������������������������������
(10)
Utilizando
el m�todo de matriz de siguiente generaci�n para tener el valor de �para
este modelo, obtenemos:
- El punto DFE
.
- La matriz de siguiente generaci�n viene dada por
.
�corresponde al radio espectral de
Recordemos
que el m�todo de matriz de siguiente generaci�n implica que el punto DFE �es
inestable si
,
pero no estamos seguros si esta condici�n es suficiente para concluir que la
enfermedad es persistente. En este modelo notemos que el punto
�es
la �nica soluci�n del sistema con condici�n inicial
.
Entonces, se tiene que
y se observa que la estabilidad del punto DFE, que es global en este caso, significa que toda soluci�n converger� hacia �l. En cambio, la inestabilidad de este punto significa que existe al menos una soluci�n que no converger� hacia �l. Por consecuencia, decir que el punto DFE es inestable no excluye la convergencia de ciertas soluciones hacia �l, lo que implica que entonces no hay contradicci�n con la inestabilidad del punto DFE, es decir, no implica la persistencia de la enfermedad.
Entonces, la noci�n de persistencia est� ligada al hecho de tener soluciones que se alejan del punto de equilibrio. As�, introducimos la definici�n siguiente.
Definici�n de persistencia. � Decimos que la enfermedad es persistente si se cumple la siguiente condici�n
En
otras palabras, la persistencia significa que la poblaci�n infectada permanece
en el tiempo, con un umbral m�nimo que es uniforme en el estado inicial y
notemos que esta definici�n nos habla de la presencia de otro punto de
equilibrio tal que la poblaci�n inicial de infectados .
Lo que nos conduce a introducir la noci�n del punto de equilibrio end�mico.
Punto de equilibrio end�mico (EE). -
El equilibrio end�mico, denotado ,
es el estado en el cual la enfermedad no puede ser totalmente erradicada, pero
permanece en la poblaci�n.
En
general, para que la enfermedad persiste en la poblaci�n, la clase inmunizada,
susceptible, la clase de las infecciones recientes, la clase infecciosa y la
clase de recuperaci�n no deben ser nulas en el estado de equilibrio. Es otros
t�rminos, si �es
el estado de equilibrio end�mico, entonces
�y
observemos que este punto de equilibrio no debe tener ninguna componente igual
a cero.
En
el modelo �para
que la enfermedad persista, debemos tener un punto de equilibrio que satisfaga
.
A continuaci�n, vamos a determinar el punto EE para este modelo, para ello
resolvemos el sistema siguiente:
de la �ltima ecuaci�n del sistema tenemos que
De
donde, si suponemos que �entonces
Ahora, reemplazando este valor en la primera ecuaci�n del sistema se sigue
El punto de equilibrio end�mico EE viene dado entonces por
Bajo
la hip�tesis de que ,
una realidad biol�gica puede ser asegurada para el punto EE, tenemos entonces
el resultado, a continuaci�n, que implica la persistencia de la enfermedad
cuando
.
Con la definici�n del equilibrio end�mico EE, mostraremos un resultado principal que trata sobre la estabilidad global del punto EE. M�s precisamente tenemos:
- Si
�entonces el punto DFE
�es globalmente estable en
.
- Si
�entonces el punto DFE
�es inestable y el punto EE
�es globalmente estable en el octante positivo
.
Observemos
que para el caso �consideramos
la funci�n de Lyapunov siguiente
donde
�e
�son
las componentes del punto de equilibrio end�mico EE y
�para
todo
.
Adem�s, la derivada respecto a
�de
la funci�n
�viene
dada por
y tambi�n cabe notar que esta derivada es negativa, con lo cual, obtenemos la estabilidad asint�tica del punto de equilibrio EE.
Mientras
que, para probar la propiedad de atractivo global del punto EE. Para ello,
consideramos la funci�n �donde
�que
implica que
�es
nula sobre la recta
�del
octante
.
Como el punto EE
�es
el �nico conjunto invariante del sistema del modelo SI sobre la recta
�entonces,
por el Principio de invarianza de LaSalle se tiene que el punto
�es
globalmente atractivo.
Combinando
este hecho junto a la estabilidad asint�tica del punto EE, tenemos que el
equilibrio end�mico �es
globalmente estable con respecto a
.
Por
otro lado, para el caso cuando �trabajaremos
sobre el conjunto
;
consideremos el punto DFE
�y
la siguiente funci�n de Lyapunov
.
Y su derivada respecto al tiempo viene dada por
la
cual es negativa y as� aseguramos que �es
globalmente atractivo en
,
y finalmente en
cuando
�del
sistema (10).
Recuerde
que si �la
enfermedad desaparece, en cambio si
�la
enfermedad se estabiliza con las prevalencias
donde la prevalencia es la proporci�n de una poblaci�n que todav�a est� afectada por la enfermedad en un momento dado.
Finalmente, podemos encontrar en la literatura varios art�culos de epidemiolog�a matem�tica que examinan la cuesti�n de la extinci�n de enfermedades versus la persistencia de enfermedades para sistemas de ecuaciones diferenciales ordinarias, mediante un an�lisis global. En particular, podemos citar el caso de los modelos SIR, SIRS, SIS y una extensi�n a los modelos SIR y SIS multicepa en Brauer et al. (2008).
- Discusi�n
En
las secciones anteriores se present� el uso pr�ctico de �que
se ha centrado, en gran medida, en la literatura de los a�os, 2002, 2003 y
2004. Adem�s de una cantidad de art�culos incluidos aqu�, y cabe notar que la
revisi�n expuesta aqu�, no fue exhaustiva, pero atestigua la relevancia actual
de este importante concepto. El m�todo utilizado, en este documento, para
calcular
�a
partir de un modelo de compartimientos vuelve relativamente f�cil la obtenci�n
de este valor. Pero para modelos m�s complejos (v�ase G. Sallet. 2010 y et al.
2016) se debe tener en cuenta que, debido a la estructura del modelo, no
podemos calcular expl�citamente los puntos de equilibrio. Entonces, antes de
calcular el n�mero de reproducci�n, se debe hacer simplificaciones al modelo y
as� poder reducirlo a un sistema de dimensi�n menor. Mientras que encontramos
un modelo de vacunaci�n imperfecto en G. Sallet en donde se muestra un corto
an�lisis sobre la formulaci�n �err�nea� de
,
lo cual nos hace caer en cuenta que debemos ser m�s rigurosos al momento de
estudiar el modelo y ver que en efecto est� bien formulado.
El
m�todo jacobiano claramente nos permite derivar un par�metro que refleja la
estabilidad del equilibrio libre de enfermedad. Sin embargo, el par�metro
obtenido de esta manera puede o no reflejar el valor biol�gicamente
significativo de .
Un ejemplo donde el m�todo jacobiano no produce
�se
describe en detalle en Diekmann & Heesterbeek (2000; ejercicio 5.43). A
pesar de esta advertencia, esta t�cnica es popular; los usos recientes de este
criterio est�n presente en diversas literaturas. Pero en un art�culo de Roberts
y Heesterbeek (2003), se sugiere que, si este par�metro de umbral no tiene la
misma interpretaci�n biol�gica que el valor propio dominante de la matriz de la
pr�xima generaci�n, entonces no deber�a llamarse �ndice reproductivo b�sico, ni
denotarse como
.
- Conclusiones
- Encontramos que, en los modelos epid�micos
presentados, los individuos de la poblaci�n pueden estar en varios
compartimentos diferentes, que reflejan diferencias en el estado de
infecci�n. Entre los estados que se aplican a las personas infectadas,
destacamos los estados en los que las personas pueden estar inmediatamente
despu�s de ser infectadas. Estos estados juegan un papel especial en la
definici�n y c�lculo de
, que se define como el radio espectral de la matriz de pr�xima generaci�n asociada con el sistema de ecuaciones diferenciales ordinarias.
Hemos proporcionado un esquema para la construcci�n de la matriz de pr�xima generaci�n para modelos epidemiol�gicos y hemos visto que este esquema se puede implementar f�cilmente en el software matem�tico de uso com�n. �
Referencias
- ANDERSON, MAY., (1982). �Population Biology of infectious diseases.� Springer-Verlag.
- ANDERSON, MAY., (1991). �Infectious Diseases of Humans. Dynamics and Control.� Oxford science publications.
- BAUDROT, PERASSO, FRITSH, GIRAUDOUX, RAOUL., (2016). �The adaptation of generalist predators� diet in a multi-prey context: insights from new functional responses.� J. Theor. Biol., Ecology, 97, pp. 1832-1841.
- BAUDROT, PERASSO, FRITSH, RAOUL., (2016). �Competence of hosts and complex foraging behavior are two cornerstones in the dynamics of trophically transmitted parasites.� J. Theor. Biol., 397, pp. 158-168.
- BERMAN, PLEMMONS., (1974). �Nonnegative matrices in the mathematical sciences.� SIAM.
- BICHARA, IGGIDR AND SALLET., (2014) �Global analysis of multi-strains SIS, SIR and MSIR epidemic models.� J. Appl. Math. Comput., 44 (2014), pp. 273�292.
- BRAUER, VAN DEN DIRESSCHE, WU., (2008). �Mathematical Epidemiology.� Springer-Verlag.
- DE JONG, DIEKMANN AND HEESTERBEEK., (1995). �The legacy of Kermack and McKendrick.� in Epidemic models. Their structure and relation to data, D. Mollison, ed., Cambridge University Press, pp. 95-115.
- DIEKMANN, HEESTERBEEK., (2000). �Mathematical epidemiology of infectious diseases.� Wiley Series in Mathematical and Computational Biology, John Wiley & Sons Ltd., Chichester,. Model building, analysis, and interpretation.
- DIEKMANN, HEESTERBEEK AND METZ., (1990). �On the definition and the computation of the basic reproduction ratio R_0 in models for infectious diseases in heterogeneous populations.� J. Math. Biol., 28, pp. 365-382.
- DIEKMANN, HEESTERBEEK, AND ROBERTS., (2009). �The construction of next-generation matrices for Subject collections The construction of next-generation matrices for compartmental epidemic models.� J. R. Soc. Interface.
- HEESTERBEEK, J., (2002). �A brief history of R_0 and a recipe for its calculation.� Acta Biotheor., 50, pp. 189�204.
- HEFFERMAN, SMITH AND WAHL., (2005). �Perspectives on the basic reproductive ratio.� Interface: pp. 281-293.
- KERMACK AND MCKENDRICK., (1927). �A contribution to the mathematical theory of epidemics�, Proc. R. Soc. Lond. Ser. A, 115, pp. 700�721
- McDONALD, G.,� (1952) �The analysis of equilibrium in malaria�, Trop. Diseases Bull., 49, pp. 813�829
- PERASSO, A. (2018). �Introduction to the basic reproduction number in mathematical epidemiology.� ESAIM: Proceedings and surveys., Vol. 62 : pp. 123-138.
- ROBERTS AND HEESTERBEEK., (2013). �Characterizing the next-generation matrix and basic reproduction number in ecological epidemiology.� Journal of Mathematical Biology, pp. 1045-1064.
- ROSS, R., (1911). �The prevention of malaria.� John Murray.
- SALLE, J AND LEFSCHETZ, S., (1961). �Stability by Liapunov�s Direct Method.�, Academic Press, New York.
- SALLET, G. (2018). �R_0.�
- VAN DEN DRIESSCHE, P. (2017). �Reproduction numbers of infectious disease models.� Infectious Disease Modelling, pp. 288�303.
- VAN DEN DRIESSCHE, WATMOUGH. (2002). �Reproduction numbers and subthreshold endemic equilibria for compartmental models of disease transmission.� Math. Biosci 180 (1), pp. 29�48.
- VARGA, R., (1960). �Factorization and normalized iterative methods.� in Boundary problems in differential equations, R. Langer, ed., University of Wisconsin Press, pp. 121-142.
- VARGA, R., (1962). �Matrix iterative analysis.� Prentice-Hall.
� 2022 por el autor. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).
[1] Transmisi�n vertical se refiere a la infecci�n a trav�s de la madre al feto o beb� en el periodo perinatal o neonatal. Mientras que la transmisi�n horizontal es la transmisi�n de un agente pat�geno, como una bacteria, hongo o virus, entre miembros de una misma especie que no tienen una relaci�n madre-hijo
[2] Matr�z en la cual todas las componentes fuera de la diagonal son no negativas.
[3] Tiempo que se necesita para que se desarrolle una infecci�n despu�s de que una persona se ve expuesta a un organismo que causa una enfermedad.
[4] Matriz cuadrada con entradas reales en la que todos sus principales menores son estrictamente positivos y sus elementos extradiagonales son negativos.
Enlaces de Referencia
- Por el momento, no existen enlaces de referencia
Polo del Conocimiento
Revista Científico-Académica Multidisciplinaria
ISSN: 2550-682X
Casa Editora del Polo
Manta - Ecuador
Dirección: Ciudadela El Palmar, II Etapa, Manta - Manabí - Ecuador.
Código Postal: 130801
Teléfonos: 056051775/0991871420
Email: polodelconocimientorevista@gmail.com / director@polodelconocimiento.com
URL: https://www.polodelconocimiento.com/