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Relaci�n entre la hiperuricemia y la hipertensi�n arterial

 

Relationship between hyperuricemia and arterial hypertension

 

Rela��o entre hiperuricemia e hipertens�o arterial

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: dennys.rodriguez@unesum.edu.ec

 

 

Ciencias de la Salud ���

Art�culo de Revisi�n

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* Recibido: 23 de junio de 2022 *Aceptado: 12 de julio de 2022 * Publicado: 02 de agosto de 2022

 

 

 

1. Universidad Estatal Del Sur De Manab�, Ecuador.
2. Universidad Estatal Del Sur De Manab�, Ecuador.

Resumen

La hiperuricemia y la hipertensi�n arterial son patolog�as que presentan niveles elevados de �cido �rico debido a diferentes causas, entre ellas consumo de alcohol, herencia gen�tica, mala alimentaci�n, entre otros. Es as� como se necesit� establecer de manera �ptima la raz�n de que exista esta relaci�n entre ambas patolog�as, es necesario describir las causas de la hiperuricemia y de la hipertensi�n, en las que coinciden en cuadros de obesidad, por ejemplo. Para ello se hizo uso de la t�cnica de investigaci�n documental bibliogr�fica que, gracias a las m�s de 25 referencias bibliogr�ficas, de m�ximo tres a�os de antig�edad, se ha podido establecer contundentes conclusiones. Adem�s, se ha explicado mecanismos que provocan las condiciones necesarias para que se desarrolle hipertensi�n, como la reducci�n de la concentraci�n del �xido n�trico endotelial, la alteraci�n del trasportador URAT-1, el efecto proinflamatorio ocasionado por el �cido �rico en el medio interno de las c�lulas del m�sculo liso vascular. Finalmente, luego de una completa investigaci�n se puede determinar la posible y estrecha relaci�n entre la hiperuricemia y la hipertensi�n arterial.

Palabras Clave: hiperuricemia; relaci�n; hipertensi�n arterial; �cido �rico; personas.

 

Abstract

Hyperuricemia and arterial hypertension are pathologies that present elevated levels of uric acid due to different causes, including alcohol consumption, genetic inheritance, poor diet, among others. This is how it was necessary to optimally establish the reason for this relationship between both pathologies, it is necessary to describe the causes of hyperuricemia and hypertension, in which they coincide in obesity, for example. For this, the bibliographical documentary research technique was used, which, thanks to the more than 25 bibliographical references, of a maximum of three years old, has been able to establish forceful conclusions. In addition, mechanisms that cause the necessary conditions for the development of hypertension have been explained, such as the reduction in the concentration of endothelial nitric oxide, the alteration of the URAT-1 transporter, the proinflammatory effect caused by uric acid in the internal environment of the vascular smooth muscle cells. Finally, after a complete investigation, the possible and close relationship between hyperuricemia and arterial hypertension can be determined.

Keywords: hyperuricemia; relationship; arterial hypertension; uric acid; people.

Resumo

A hiperuricemia e a hipertens�o arterial s�o patologias que apresentam n�veis elevados de �cido �rico devido a diversas causas, incluindo consumo de �lcool, heran�a gen�tica, m� alimenta��o, entre outras. Foi assim que foi necess�rio estabelecer de forma otimizada o motivo dessa rela��o entre ambas as patologias, � necess�rio descrever as causas da hiperuricemia e da hipertens�o, nas quais coincidem na obesidade, por exemplo. Para isso, foi utilizada a t�cnica de pesquisa documental bibliogr�fica, que, gra�as �s mais de 25 refer�ncias bibliogr�ficas, com no m�ximo tr�s anos, conseguiu estabelecer conclus�es contundentes. Al�m disso, foram explicados os mecanismos que causam as condi��es necess�rias para o desenvolvimento da hipertens�o, como a redu��o da concentra��o de �xido n�trico endotelial, a altera��o do transportador URAT-1, o efeito pr�-inflamat�rio causado pelo �cido �rico no meio interno das c�lulas musculares lisas vasculares. Finalmente, ap�s uma investiga��o completa, a poss�vel e pr�xima rela��o entre hiperuricemia e hipertens�o arterial pode ser determinada.

Palavras-chave: hiperuricemia; rela��o; hipertens�o arterial; �cido �rico; pessoas.

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Introducci�n

El �cido �rico es un producto del metabolismo de las purinas, el cual su medio es de excreci�n en la orina. As� es como, la hiperuricemia es un trastorno de car�cter com�n en la poblaci�n, que se caracteriza por presentar un aumento de �cido �rico en la sangre, desencadenando enfermedades como falla renal, hipertensi�n arterial, gota, entre otras. Es una enfermedad que afecta, sin lugar a dudas, a mucha poblaci�n a nivel mundial y dicha patolog�a ha sido criterio de b�squeda dentro de la comunidad cient�fica. El coraz�n, por su parte, es un �rgano puls�til que constantemente est� bombeando sangre hacia todas partes del cuerpo, y los asistentes encargados por transportan la sangre son los vasos sangu�neos. Las arterias llevar�n sangre oxigenada hacia los tejidos perif�ricos del cuerpo y las venas la traer�n de vuelta y ser� sangre pobre en ox�geno y con productos del desecho del metabolismo como el di�xido de carbono.

En Europa, la obesidad (uno de los factores tambi�n determinantes para la formaci�n de la hiperuricemia) ha llegado a alcanzar magnitudes incre�bles. Los estudios concernientes a la evaluaci�n de los datos recogidos entre 1997 y 2003 confirm� que la presencia de la obesidad, definida como un �ndice de masa corporal (IMC) ≥ 30 kg / m2, se transform� entre 6% y 20%, con mayor prevalencia en pa�ses europeos y los m�s �nfimos resultados estuvieron en Francia, Italia y algunos pa�ses escandinavos.

La hiperuricemia se ha constituido como una variante compleja y com�n que surge como problema de consideraci�n en la salud p�blica y de las principales preocupaciones de los Estados, evidenciando con una relevancia de aproximadamente el 30% en Estados Unidos. Los autores han promulgado m�ltiples definiciones de la hiperuricemia, pero todos se centran en el �cido relativamente insoluble, de esto surge una relaci�n entre la hipertensi�n y las dem�s enfermedades que pueden desencadenarse gracias a estas dos o los or�genes y causas puntuales de las patolog�as antes mencionadas.

En los primeros a�os del Siglo XXI� nuestro pa�s no exist�a investigaciones dentro del territorio que detallaran la relevancia e incidencia de la hiperuricemia relacionada con la hipertensi�n arterial y/o alteraciones metab�licas. Tuvieron que pasar muchos a�os hasta que en el a�o 2000 por fin se pudo realizar en nuestro pa�s los primeros estudios de car�cter nacional, para establecer espec�ficamente la relaci�n de la hiperuricemia y hipertensi�n arterial.�

Tanto la hiperuricemia como la hipertensi�n arterial son enfermedades bastantes comunes que afectan a la poblaci�n en general, y en este art�culo de revisi�n bibliogr�fica se discutir� acerca de sus generalidades, causas y efectos en el organismo humano, pero todo esto con el fin para hallar la relaci�n que existe entre ambos trastornos.�

El objetivo de esta investigaci�n ser� analizar y determinar la relaci�n que existe entre la hiperuricemia y la hipertensi�n arterial, analizando su fisiopatolog�a para hallar un punto vinculante entre ambas, para as� comprender c�mo es que estas enfermedades de caracter�sticas un tanto diferentes, pueden verse vinculadas� y afectar al ser humano que las padece.�

 

Metodolog�a

Al analizar con detenimiento a la hiperuricemia comprendemos que esta patolog�a, como todas las dem�s en diferentes grados y valoraciones, puede llegar a ser muy perjudicial para la salud de las personas en general. A raz�n de ello, pretendemos evaluar lo siguiente: �existe una relaci�n entre la hiperuricemia y la hipertensi�n arterial?�

La finalidad de este art�culo de revisi�n es identificar aquellos factores concernientes a la hiperuricemia y que �stos nos ayuden a comprender su relaci�n dentro de las personas hipertensas, dado que este grupo humano se encuentra encasillado como poblaci�n vulnerable y que, a su vez, deben recibir un trato especial de parte del profesional m�dico que los atiende, de sus familiares y del Estado ecuatoriano.�

No obstante, dentro de este trabajo investigativo de revisi�n se utiliz� el m�todo documental bibliogr�fico, el m�todo deductivo, m�todo descriptivo, el m�todo sistem�tico y anal�tico, todos ellos en su conjunto para recabar la mayor cantidad de art�culos y libros publicados desde el a�o 2018 hasta la actualidad, debido a que, debemos tener conocimientos recientes acerca de los �ltimos avances m�dicos que se van generando. Se destaca que no existe restricci�n de idioma dentro del material bibliogr�fico, porque se considera que de esta manera se puede ahondar m�s no solo en la investigaci�n, sino que en mejora del acervo intelectual de quienes fungen como autores y quienes dirigen su redacci�n hacia sus posibles lectores.

La investigaci�n se ha desarrollado por estudiantes pertenecientes al Tercer Semestre de la carrera de Laboratorio Cl�nico de la Universidad Estatal del Sur de Manab�. El per�odo de b�squeda de parte de este selecto y capacitado grupo de estudiantes quienes direccionaron sus esfuerzos para hallar fuentes confiables empez� desde el 28 de octubre del 2021 y culmin� con claro �xito el 22 de febrero del 2022. Para llevar a cabo todo lo antes expuesto se utilizaron diferentes buscadores y bases de datos como Pubmed, Google Acad�mico, Elsevier, Scielo, entre otras. Para volver m�s precisa la b�squeda y recopilaci�n de la informaci�n necesaria se utiliz� las siguientes palabras clave: presi�n arterial, hipertensi�n arterial, �cido �rico e hiperuricemia, sin perjuicio de las dem�s que hayan ido surgiendo a medida que la investigaci�n iba avanzando. Sin embargo, obtenemos como variable independiente a las patolog�as tanto a la hiperuricemia e hipertensi�n y, como variable dependiente, a la incidencia que se genere de la primera para con la segunda.

Finalmente, resulta importante tambi�n destacar que la recopilaci�n de informaci�n dio como resultado veinticinco referencias bibliogr�ficas (art�culos cient�ficos, libros, p�ginas web, etc) que aportaron con informaci�n en relaci�n a la hiperuricemia, la hipertensi�n, el �cido �rico, entre otros temas complementarios a la investigaci�n, que todos en su conjunto conforman el art�culo de revisi�n que hoy es presentado.

 

 

 

 

Resultados

�cido �rico

Empecemos desde la definici�n de �cido �rico que, seg�n Vel�zquez �vila, ZetinaMart�nez y Duarte-Mote (2018), es un producto final proveniente del metabolismo de las purinas, que son transformadas por el h�gado y los intestinos. Para el pensamiento e investigaciones de estos autores, la eliminaci�n del �cido �rico depende de una adecuada funci�n renal y, esto va en concordancia con la concepci�n que las autoras mantienen sobre el �cido �rico; y que desencadena dentro de un proceso de deducci�n que es necesario recalcarle siempre al paciente que, para evitar alguna afecci�n a su salud, es necesario que se mantenga buenos h�bitos y actividad f�sica.

Partiendo de esta concepci�n podemos arg�ir que habitualmente se presenta con un nivel s�rico comprendido como urato monos�dico, que dentro del estado cristalino no constituye una sustancia dual antioxidante en estado fisiol�gico y pro inflamatorio en niveles s�ricos elevados y/o asociado a otras patolog�as, por otra parte, para otros autores es considerado un bioproducto inerte.

Continuado, el �cido �rico es entendido por los expertos como un �cido relativamente insoluble cuando tiene presencia de un pH �cido o que resulte m�s soluble cuando este est� en forma de sal de urato de sodio en presencia de un pH que puede ser considerado como m�s neutral. Adem�s, debemos de considerar que en los seres humanos este �cido �rico representa el resultado final del catabolismo de las purinas, como ya se lo enunci� en el inicio de esta secci�n donde nos apegamos a lo enunciado por expertos en la materia. Las purinas son entendidas como aquellas bases nitrogenadas o nucle�tidos y provienen de tres fuentes principales, las cuales son: v�as de recuperaci�n, s�ntesis de novo y de la dieta.�

Algunos ejemplos de purinas presentes en la dieta son cerveza, carne, aves, mariscos, champi�ones, espinacas, esp�rragos y coliflor. Por su parte, los tratadistas R�os Barrera,

Pacheco Tena, Alfredo Nev�rez Rasc�n y Martina Nev�rez Rasc�n (2018) afirman que �las purinas tienen funciones fisiol�gicas esenciales, tales como la formaci�n de �cidos nucleicos y metabolitos energ�ticos �en su mayor�a-; por lo tanto, cualquier alteraci�n, directa o indirecta, en su metabolismo repercutir� para que se manifieste el SHU a trav�s de distintas enfermedades adem�s de la Gota� (pp 2).

El �cido �rico se genera a partir de la realizaci�n de una conversi�n metab�lica de purinas ex�genas (enti�ndase comprendida a partir de la dieta) o end�genas (realizadas en tiempos posteriores), principalmente en el h�gado y el intestino, como claramente los previamente citados autores. Definamos ahora al precursor inmediato del �cido �rico que ha motivo de an�lisis en la primera parte de esta investigaci�n, es momento de describir a la xantina, esta es aquella que se metaboliza a �cido �rico por la xantina oxidasa o por su isoforma denominada como xantina deshidrogenasa. El �cido �rico tambi�n puede ser generado por la fructosa, esta comprendida como la que se produce a partir de la renovaci�n de nucle�tidos y debido al aumento de la s�ntesis de los precursores de amino�cidos.

Otra forma de aumentar la cantidad de �cido �rico es a causa de la ingesta de alcohol, esto se debe a el recambio de los nucle�tidos y a la reducci�n de la producci�n de la orina. Debemos comprender en esta parte que el consumo moderado de alcohol no resulta perjudicial para el ser humano, lo que s� resulta contraproducente es que se forme un vicio que a la larga genere consecuencias negativas dentro de la persona, como el desarrollo de la hiperuricemia o, en �mbitos m�s graves, la cirrosis.�

Revisemos los datos de consumo de alcohol en el Ecuador, proporcionados por el Ministerio de Salud P�blica en la denominada Encuesta Steps Ecuador (2018):

De los adultos de ambos sexos, el 23,3% report� ser abstemio en los �ltimos 12 meses (17,8% hombres y 28,7% mujeres), siendo mayor en el grupo de edad de 45 a 69 a�os con 33,1% para ambos sexos, 29,6% para hombres y 33,1% para mujeres. El 83,2% de adultos bebi� alcohol alguna vez en su vida y el 59,8% bebi� alcohol en los �ltimos 12 meses.�

El 37,5% de la poblaci�n report� que dej� de beber alcohol por motivos de salud, siendo 50,1% hombres y 30% mujeres. El porcentaje fue mayor en la poblaci�n de 45 a 69 a�os, con 43,2% en ambos sexos, 55,5% en hombres, y 33,2% en mujeres. En la poblaci�n adulta de ambos sexos, la frecuencia de consumo de alcohol en los �ltimos 12 meses fue la siguiente: el 13,7% consumi� de 1 a 3 d�as por mes, el 76,4% bebi� menos de una vez por mes, y el 1,7% report� que nunca consumi� alcohol.�

Los bebedores actuales, consumen una media de 9,4 bebidas est�ndar por ocasi�n, siendo �sta de 11,4 en hombres y 5,8 en mujeres. La media fue mayor en la poblaci�n de 18 a 44 a�os con 9,7 bebidas est�ndar por ocasi�n en ambos sexos, 11,6 en hombres y 6,6 en mujeres. De la poblaci�n de bebedores actuales, el 23,8% report� haber realizado un consumo nocivo de alcohol, es decir que consumi� 6 o m�s bebidas est�ndar en una ocasi�n en los �ltimos 30 d�as. Este porcentaje fue de 36,3% en hombres y 11,9% en mujeres. Fue mayor en la poblaci�n m�s joven de 18 a 44 a�os con 26,8% en ambos sexos, 40,0% en hombres y 14,5% en mujeres. (pp. 25)

Analizando los datos anteriores podemos discernir que la poblaci�n que ha consumido alcohol en alg�n momento de su vida y esto puede desencadenar o no en una posible adicci�n. Por esta raz�n, no es recomendable un consumo de alcohol excesivo para as� evitar desarrollar la hiperuricemia, la hipertensi�n o la cirrosis. Luego, aproximadamente dos tercios del urato corporal total se produce de forma end�gena, mientras que el un tercio restante se explica por la dieta purinas.

�Es as� como la descomposici�n de las purinas da como producto de desecho del metabolismo a, el �cido �rico, el cual, se filtra a trav�s de los ri�ones y se elimina en la orina.� El �cido �rico se elimina en un 90% por medio de la orina, gracias a la filtraci�n glomerular, espec�ficamente en el t�bulo proximal. Una parte del porcentaje restante se excreta a trav�s de las heces, para posteriormente atravesar un proceso de uricolisis bacteriana. Y, por �ltimo, cuando se est� atravesando un proceso de estr�s oxidativo, el �cido �rico se puede metabolizar en 3 productos que son: alanto�na, aloxano y parabatano.

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Hiperuricemia

Hist�ricamente podemos referir que la influencia de hiperuricemia dentro del foco investigativo en temas de salud ha sido considerada de forma importante, as� lo resaltan Vel�zquez �vila, Zetina-Mart�nez y Duarte-Mote. Ellos enuncian que se mantiene en constante observancia que la hiperuricemia se asocia con condiciones tan relevantes como la enfermedad renal cr�nica y la hipertensi�n arterial �este �ltimo motivo de la investigaci�n actual� as� como de otras patolog�as tan graves como la obesidad, resistencia a la insulina, h�gado graso, entre otras enfermedades de alta consideraci�n para la comunidad m�dica y cient�fica. No obstante, estos expertos refieren lo siguiente que debe ser de sustancial consideraci�n:

De forma cl�sica, la elevaci�n del �cido �rico se hab�a considerado secundaria a estas condiciones, solamente reflejando el aumento de la actividad URAT-1 en el caso de la hiperinsulinemia, o disminuci�n de la eliminaci�n en el caso de la enfermedad renal cr�nica, por mencionar ejemplos, lo que entonces suger�a irrelevante la medici�n de las concentraciones de �cido �rico fuera del contexto de la artropat�a gotosa. (pp. 279)

Conceptualicemos entonces a la hiperuricemia, esta es un desequilibrio homeost�tico por el aumento en la concentraci�n del �cido �rico en sangre. Esto se debe a una acumulaci�n de este producto del metabolismo de las purinas en la sangre. La concentraci�n del �cido �rico en sangre debe ser mayor o igual a 7,0 mg/dL para considerarse hiperucemia de acuerdo a los autores del estudio denominado La ecograf�a en el diagn�stico de la hiperucemia asintom�tica y la gota, no obstante, V�zquez, Mart�nez y Duarte son un poco m�s espec�ficos al dar valores para hombres y mujeres. En el caso de los hombres el valor de la concentraci�n del �cido �rico en sangre debe ser mayor a 7 o 7,5mg/dL, y por parte de las mujeres el valor debe ser mayor a 6 o 6,5 Dl.��

En la circulaci�n sangu�nea humano, el 98% de urato ionizado, es decir, que ese va a estar circulando como urato monos�dico. Un dato importante que resaltar es que el organismo se ha adaptado y evolucionado para que el l�quido extracelular (LEC) se sature a concentraciones superiores de urato, que el intervalo de referencia. Al ser una sal muy poco soluble, en pacientes con hiperuricemia, el urato monos�dico tiende a cristalizarse.�

La prevalencia de esta enfermedad es alarmante, debido a que del total de la poblaci�n general se estima que del 13% al 21% de persona padecen hiperuricemia.� Estos valores expuestos anteriormente se ven en aumento y se postula que una probable causa de este fen�meno es, el cambio en la dieta, porque como anteriormente se trat�, la dieta es un factor importante para definir la producci�n de �cido �rico. Investigaciones han demostrado que las poblaciones con niveles de �cido �rico m�s elevados son los isle�os del Pac�fico y los afroamericanos.�

 

Causas de la hiperuricemia

Puede ocurrir un cuadre de hiperuricemia por una sobreproducci�n de urato o una disminuci�n en su excreci�n e incluso puede darse ambos casos en un mismo paciente. Las �ltimas investigaciones han sugerido que las causas de la hiperuricemia pueden ser: gen�ticas, por la alimentaci�n, consumo de alcohol, s�ndromes metab�licos y f�rmacos.

En las causas gen�ticas, existe un s�ndrome que afecta la descomposici�n de las purinas, debido a la falta de hipoxantinas guanina fosforribosiltransferasa (HGPRT) o sobreactivaci�n de la fosforribosil pirofosfato sintetasa, causando as�, sobreproducci�n de urato. Este es el s�ndrome de Lesch-nyhan. Existen otros casos en donde hay una mutaci�n de la uromodulina, donde se produce una sobre expulsi�n de �cido �rico. A continuaci�n, se presentar� como, seg�n V�zquez, Mart�nez y Duarte, se dan las causas de la hiperuricemia tanto cuando existe una producci�n excesiva (Cuadro 1) y cuando existe una disminuci�n dentro de esta producci�n (Cuadro 2).

 

Cuadro 1. Causas de hiperuricemia por producci�n excesiva

Fuente: Hiperuricemia e hipertensi�n arterial sist�mica: �cu�l es la relaci�n? (2018)

 

Cuadro 2. Causas de hiperuricemia por disminuci�n de la excreci�n de �cido �rico

Fuente: Hiperuricemia e hipertensi�n arterial sist�mica: �cu�l es la relaci�n? (2018)

Como se puede observar en las tablas anexadas, las variantes para el origen de esta patolog�a son variadas e incluso alimentos comunes (como las carnes rojas) tambi�n pueden provocar esta enfermedad. Es meritorio que se tenga en consideraci�n cada una de estas causas para prevenir en nosotros y en nuestros familiares el origen que pueda sucederle a alguno de nuestros familiares.

Consumo de alimentos altos en fructosa y sacarosa, pueden aumentar los niveles de urato, causado por una r�pida fosforilaci�n en los hepatocitos con consumo de ATP (Adenosin trifosfato), la p�rdida de fosfato intracelular y la estimulaci�n de AMP con la generaci�n de �cido �rico. Es aqu� donde se evidencia que la dieta tiene mucho que ver en la prevenci�n de la hiperuricemia que tiene una estrecha relaci�n con la nutrici�n; los autores de Nutrici�n e Hiperuricemia hablan de las purinas que ya fueron tratadas en p�rrafos anteriores, concordamos que la cantidad de estas dentro de los alimentos a consumir pueden ser claramente modificables siempre y cu�ndo se utilice de forma correcta el m�todo de cocci�n y se tenga plenamente identificado el tipo de purina.

Estas modificaciones se pueden producir cuando exista un descenso del contenido de purinas a raz�n de la extracci�n por agua caliente y la progresiva degradaci�n de calor. Este m�todo es usado por muchas familias todos los d�as en nuestra sociedad ecuatoriana, pero son muchos los que desconocen los beneficios de la cocci�n de alimentos, dado que se destaca que aplicar este m�todo es relevante porque es considerado como el m�s efectivo en cuanto a descenso de purinas contenidas en los alimentos se tratase, su efectividad se extiende a aquellos alimentos contenidos por la cocci�n por calor seco.

Otro de los m�todos usados com�nmente, pero de los que desconocemos los beneficios es el de remojo previo, mismo que nos otorga la reducci�n de purinas ya que se difunden al entrar en contacto con el agua y al momento que se realiza luego de utilizar le m�todo descrito en el p�rrafo anterior, el alimento ya posee una proporci�n menor a la que inici�. Se puede arg�ir que a manera que prematura conclusi�n importante es la de reevaluar las indicaciones alimentarias que sugieren a los pacientes con hiperuricemia la aplicaci�n de esta herramienta terap�utica que es de f�cil acceso y que se encuentra disponible para todos. En raz�n de esto podemos adjuntar el siguiente Cuadro 3 en la que se tratar� un breve plan alimentario sugerido para aquellos pacientes con hiperuricemia, donde se debe destacar aquellos alimentos a los cuales se alienta el consumo, los alimentos a los cuales su consumo se ve limitado y los dem�s que se promueve que se evite de consumir.

Cuadro 3. Plan alimentario sugerido para pacientes con hiperuricemia

 

�  Frutas (frutillas, cerezas, c�tricos, ar�ndanos, uvas rojas, tomates, ciruela)�

�  Moderada cantidad (200 cc d�a) de jugo natural�

�  Vegetales (ajo, coles, espinaca, remolacha, aj�, morr�n rojo, brotes de alfalfa).

Fuente: Nutrici�n e hiperuricemia (2019)

 

El consumo de alcohol tambi�n es una causa de hiperuricemia, debido a la rotaci�n del ATP durante la conversi�n de acetato en acetil-CoA como parte del metabolismo del metanol. Adem�s, que el consumo excesivo de bebidas alcoh�licas produce aumento de lactato, generando una reducci�n de excreci�n renal del �cido �rico, porque el lactato es un antiuric�rico. En el caso de las enfermedades metab�licas como la diabetes, causando una reabsorci�n del �cido �rico, a causa del efecto de la insulina. Y en el caso de la hipertensi�n no controlada, se asocia a un flujo renal reducido, facilitando la reabsorci�n de �cido �rico.

Los f�rmacos siempre han resultado como la soluci�n efectiva para curar las enfermedades o para que sirvan de tratamiento para controlar algunas otras; en esta parte seg�n el m�dico de familia Jos� Carlos Bastida Calvo (2019) se debe se�alar lo siguiente en cuanto a los f�rmacos y la hiperuricemia:

Hasta hace poco tiempo, los f�rmacos de elecci�n para el tratamiento de la hiperuricemia eran los inhibidores de la xantina oxidasa (IXO). El alopurinol se encuentra disponible desde el a�o 1963 y febuxostat desde el a�o 2008/2009... Su efecto viene determinado por su capacidad para bloquear la xantina oxidasa, lo que reduce la formaci�n de �cido �rico en sangre� De los uricos�ricos tradicionales, en Espa�a solo est� comercializada la benzbromarona (no as� el probenecid ni la sulfinpirazona). Se administra a dosis de 50-200 mg, por v�a oral, una vez al d�a, tiene una semivida de 3 horas (~30 horas para los metabolitos activos) y se metaboliza principalmente en el h�gado (CYP2C9), siendo las v�as hep�tica y renal las principales rutas de eliminaci�n� (pp. 6).

Por otra parte, hay f�rmacos que pueden causar exceso de �cido �rico en sangre. Uno de ellos son las tiazidas, las cuales aumentar la reabsorci�n del �cido �rico en el t�bulo proximal de la nefrona. Otro caso ser�a la generaci�n de aniones org�nicos por el lactato o el bhidroxiburato, los cuales pueden interferir con la secreci�n de urato en el t�bulo proximal, causando hiperuricemia.�

Encontramos tambi�n que encontramos otro tipo de hiperuricemia, la cual ha sido definida como la hiperuricemia asintom�tica, siendo aquella que consta con la presencia de concentraciones s�ricas en grados elevados de urato y con ausencia de manifestaciones cl�nicas de inflamaci�n articular. Adem�s, los estudios cient�ficos que han sido efectuados con ayuda de la ecograf�a y aspiraci�n de l�quido sinovial han llegado a concluir que el dep�sito de cristales de UMS tiende a brotar inclusive tiempo ante que las llamadas manifestaciones cl�nicas.�

No obstante, en cuanto a la presencia de dep�sitos verificados por alguna de las t�cnicas que constan con la necesaria especificidad, debe ser considerado el diagn�stico de gota en lo que podr�a denominarse su fase pre-cl�nica. A pesar de no haber desarrollado episodios cl�nicos de inflamaci�n aguda, estos pacientes pueden presentar inflamaci�n subcl�nica detectable por ecograf�a. Esto en cuanto lo puede se�alar Fernando P�rez Ruiz a trav�s de la Sociedad Espa�ola de Reumatolog�a.

Existen otros tantos casos, como la ingesti�n de plomo que puede provocar que se reduzca la excreci�n de uratos, acumul�ndose en la circulaci�n. Tambi�n, una intoxicaci�n por plomo causar�a una lesi�n en el t�bulo proximal de las nefronas y a su vez se inducir�a el s�ndrome de Fanconi. Otro escenario de alta producci�n de �cido �rico, ser�a un estado de hipoxia en los tejidos.�

Un factor bastante interesante, es el �tnico, ya que investigaciones han sugerido que las poblaciones ind�genas de Ocean�a tienen mayor tendencia a tener altos niveles de �cido �rico, que poblaciones cauc�sicas. Otra poblaci�n con tendencia a hiperuricemia son los afroamericanos y los isle�os del Pac�fico, los mismo que tienen una incidencia de dos veces m�s de gotas que las poblaciones cauc�sicas.

 

Hipertensi�n arterial

La hipertensi�n arterial sist�mica o com�nmente llamada hipertensi�n (HTA) es aquella condici�n en donde existe una presi�n alterada persistente en las arterias sist�micas que es superior a 120/80 mmHg, considerando que se expresa la presi�n sist�lica sobre la presi�n diast�lica. Cuando se sospecha de este desequilibrio homeost�tico la presi�n debe ser superior a 129/84 mmHg, ya que hasta este rango se considera como normal.

Los autores de la Gu�a ESC/ESH 2018 Sobre El Diagn�stico Y Tratamiento De La Hipertensi�n Arterial, la definen a la HTA como:�

El nivel de PA en el cual los beneficios del tratamiento (ya sea intervenciones en el estilo de vida o tratamiento farmacol�gico) sobrepasan claramente sus riesgos seg�n los resultados de estudios cl�nicos. Esta evidencia ha sido revisada y constituye la base para que no se hayan modificado la clasificaci�n de la PA y la definici�n de hipertensi�n respecto a ediciones anteriores de la gu�a� Esta definici�n se basa en la evidencia de m�ltiples ECA que indica que el tratamiento de los pacientes con estos valores de PA es beneficioso. Se utiliza la misma clasificaci�n para j�venes, adultos de mediana edad y ancianos, mientras que se adoptan otros criterios basados en percentiles para ni�os y adolescentes, ya que no se dispone de datos de estudios de intervenci�n en estos grupos de edad. (pp. 6-7)

Sin embargo, cuando los valores son de 140/90 a 159/99 mmHg, ya se diagnostica con estadio 1 de hipertensi�n, y si los valores aumentan y la presi�n es 160/100 a 179/99mmHg se considera que es estadio 2 de hipertensi�n. Y, por �ltimo, si estos valores son mayores a 179/109 mmHg se denominar�a estadio 3 de hipertensi�n

De acuerdo a la Organizaci�n Mundial de la Salud (OMS), que el 13% de muertes a nivel mundial son a causa de la hipertensi�n arterial sist�mica, y que el 1, 13 mil millones de personas en el mundo que padecen de esta enfermedad

 

Causas de la presi�n arterial

La hipertensi�n en un 90% es idiop�tica, no obstante, existen factores de riesgo que pueden colaborar para desarrollar hipertensi�n tales como la obesidad, el tabaquismo, antecedentes familiares de presi�n alta, e incluso se menciona que podr�an existir influencia multifactorial gen�tica-ambiental. Es necesario destacar que estudios realizados estiman que existe la probabilidad de heredad esta enfermedad entre 30-35% NIH, hipertensi�n.

En el caso de hipertensi�n secundaria, se debe a otra afecci�n que est� causando hipertensi�n, entre ellas, aldosteronismo primario, feocromocitoma, enfermedad renal, diabetes, bloqueo de las arterias, o el uso irracional de ciertos analg�sicos o suplementos

3.4. Relaci�n entre la hiperuricemia y la hipertensi�n arterial.

Antiguamente la hiperuricemia ha estado siendo relacionada con la gota y existen numerosas investigaciones de la causa de aquello, no obstante, estudios recientes demuestran que la hiperuricemia est� relacionada con hipertensi�n, incluso un metan�lisis en el que se incluy� a 55. 607 pacientes, indic� que hab�a una mayor incidencia, esta era de IC 95%: 1,231,58. Todos estos con riesgos cardiovasculares y renales. Los hallazgos epidemiol�gicos han demostrado que el �cido �rico act�a como un antioxidante en el LEC, pero en el interior celular tiene un efecto proinflamatorio.

Existen algunos mecanismos por los cuales la hiperuricemia puede causar hipertensi�n, entre ellos est� la reducci�n de la concentraci�n del NO (�xido n�trico) endotelial, y esto es de forma cr�nica, m�s no de forma inmediata. Adem�s, la hiperuricemia puede causar estr�s oxidativo, debido a que el �cido �rico tiene un efecto proinflamatorio en el endotelio vascular y esto se justifica con estudios que muestran que el �cido �rico incrementa la prote�nas quimiot�ctica de monocitos tipo I (MCP-1) y, adem�s, tambi�n el �cido �rico activa la transcripci�n de FNT K-b, que es una prote�na activadora de tipo 1 y de mol�culas de se�alizaci�n de MAP-K, y asimismo la expresi�n de ARNm de COX-2, provocando as� un ambiente proinflamatorio y por ende se obtienen cambios vasculares asociados a la hipertensi�n y enfermedad vascular.

Por otro lado, la homeostasis del �cido �rico es controlada por el transportador URAT1, que es parte de la familia de los transportadores de aniones org�nicos, necesario destacar que este se encuentra en el t�bulo proximal, pero un estudio demostr� que hubo una expresi�n en el m�sculo liso a�rtico de este transportador, provocando que el �cido �rico ingrese al tejido muscular liso del vaso y puede causar un remodelado vascular que como consecuencia se obtiene una enfermedad cardiovascular.�

Otra relaci�n del �cido �rico con la hipertensi�n ser�a en un contexto de obesidad, enfermedad cardiovascular e hiperuricemia, en donde un estudio realizado en cultivos celulares en c�lulas adiposas que la hiperuricemia generaba una sobrerregulaci�n de gen�mica del SRAA (AGT, ACE1, renina, AT1r, AT2r) y, asimismo, de la secreci�n de angiotensina II (Vazquez). En otro contexto, otro estudio demostr� que existe una correlaci�n entre las concentraciones s�ricas de �cido �rico y la concentraci�n de angiotensina II mostrar�a una correlaci�n positiva lineal, demostrando que existe una relaci�n entre las concentraciones del �cido �rico y un riesgo de hipertensi�n

Por otra parte, otro estudio demostr� que el �cido �rico provocaba una proliferaci�n en las c�lulas musculares lisas en cultivos de c�lulas endoteliales de la aorta, hallando, asimismo, un aumento de endotelina-1 y ROS (especies reactivas de ox�geno), y todo esto podr�a indicar los principales mecanismos que muestran cu�l es la relaci�n entre la hiperuricemia y c�mo puede relacionarse con la hipertensi�n.��

 

Discusi�n

La revisi�n de diferentes literaturas como art�culos cient�ficos o libros de relevancia y sin restricci�n de idioma ha sido fruct�fero, ya que, se lograron establecer los diversos mecanismos por los cuales la hiperuricemia se relaciona con la hipertensi�n, desde alteraciones en factores de transcripci�n hasta efectos inflamatorios en las paredes de los vasos.�

Sin embargo, se logr� establecer la importancia del estilo de vida para mantener la homeostasis del cuerpo y no desarrollar este tipo de trastornos que afectan a gran parte de la poblaci�n ecuatoriana. Una posible justificaci�n de la relaci�n entre la hiperuricemia y la hipertensi�n ser�a que la poblaci�n en principio son hiperuric�micos y luego de un tiempo llegan a desarrollar la hipertensi�n. Los expertos Fessel y Cols, en sus trabajos pasados, validan estos datos al destacar la alta incidencia de la hipertensi�n que se produce en sujetos con hiperuricemia asintom�tica, pero esto no llega a explicar los niveles m�s elevados de �cido �rico de los pacientes con hipertensi�n en relaci�n con la poblaci�n.

En grados elevados se ubica la hipertensi�n en pacientes hiperuric�micos y esa significativa relaci�n que existe entre ellos, a trav�s del �cido �rico con la presi�n arterial sist�lica y diast�lica que podr�a recibir justificaci�n al enunciar una lesi�n intersticial, misma que se rige en un car�cter secundario al dep�sito de �cido �rico que ser�a el encargado de producir una disminuci�n de la funci�n antihipertensora de la m�dula renal. La hiperuricemia ha recibido el car�cter de riesgo en el desarrollo y formaci�n de arteriosclerosis y de enfermedades coronarias. Entonces podemos referir que, nuevamente, que la relaci�n existente entre el �cido �rico y las diversas enfermedades cardiovasculares fueron entendidas por otros autores como un tipo de consecuencia claramente dependiente de otros factores que potencialmente se constituyan como de riesgo, como es la obesidad y que esta enfermedad es la causante de modificaciones dentro de las cifras de �cido �rico el cual ha demostrado que la hiperuricemia es un factor de riesgo propio de aquellas enfermedades cardiovasculares e independientes de la obesidad.

Es necesario destacar las causas tanto de hipertensi�n arterial sist�mica como de hiperuricemia, debido a que, a trav�s de ellas, se puede desarrollar diferentes mecanismos preventivos para poder contrarrestar estas enfermedades en las pr�ximas generaciones.

 

Conclusi�n

La hiperuricemia es una condici�n en donde los niveles de �cido �rico presentes en sangre, son elevados, ya sea por relaci�n a una mala excreci�n de este producto del metabolismo de las purinas, por s�ndromes metab�licos, consumo de alcohol, por ciertos f�rmacos o por causas gen�ticas; causando no �nicamente gota, la cual es la primera relaci�n que se establece, sino tambi�n hipertensi�n arterial sist�mica, la cual a su vez es un problema de salud p�blica.�

La hiperuricemia tiene diversos mecanismos bioqu�micos que la relacionan con la hipertensi�n, desde el efecto proinflamatorio en las c�lulas m�sculos lisas de los vasos sangu�neos, un aumento en la angiotensina II a causa del aumento del �cido �rico, la obesidad a su vez, una expresi�n del transportador URAT-1 en el m�sculo vascular liso a�rtico podr�a ingresar �cido �rico, provocando que las paredes de las arterias tengan una mayor presi�n.�

Todas estas rutas son una consolidaci�n de la gran relaci�n entre la hiperuricemia y la hipertensi�n y demostrando que se deber�a mejorar el estilo de vida para evitar este tipo de factores de riesgo, que podr�an afectar la calidad de vida de un paciente.

Dentro de la evidencia reciente que podemos encontrar que en gran parte de informaci�n proveniente de todas las investigaciones y descubrimientos cient�ficos han contribuido con aquellos nuevos conocimientos con los que se ha podido ampliar el acervo intelectual de los investigadores y los lectores a trav�s de aquellos cuales el �cido �rico tiene un papel importante dentro de la hipertensi�n arterial sist�mica y en las dem�s alteraciones metab�licas. Resulta esperanzador para la ciencia de la salud que, al existir una estrech�sima relaci�n entre la hiperuricemia e hipertensi�n arterial como enfermedad conexa, sea de consideraci�n amplia el poder adoptar medidas en cuanto se tenga en mente disminuir los efectos nocivos del �cido �rico que podr�a llegar a beneficiar a un amplio grupo de pacientes que logren retrasar la hipertensi�n y que mejoren el alcance para causar un exponencial letargo de la progresi�n de alguna enfermedad renal.

Finalmente, se debe reconocer que, pese a que existe evidencia descrita en los trabajos investigativos que respaldan el rol que ejerce el �cido �rico en la aparici�n de estas enfermedades, sigue resultando insuficiente por lo que se considera que se debe desarrollar a�n m�s todos aquellos estudios que tengan como objetivos medir los estrechos lazos entre la hiperuricemia y la hipertensi�n para as� concluir de manera m�s contundente las teor�as que a�n quedan en el aire.

 

Recomendaciones

A lo largo de este art�culo de revisi�n se ha podido evidenciar la profunda relaci�n que existe entre la hiperuricemia y la hipertensi�n. Se han determinado varias enfermedades conexas a ellas e incluso se revel� que la dieta juega un papel muy importante en la prevenci�n de estas enfermedades.

Cabe destacar que el tema, en general, es muy interesante y aporta de manera significativa a nuestra formaci�n profesional; se recomienda que contin�e el incentivo acad�mico hacia toda la comunidad universitaria para que la ciencia siga progresando y la academia jipijapense tome un rol protag�nico dentro de la esfera nacional. Los temas tratados han sido variados y esa es la mejor forma para crear ciencia, con dinamismo investigativo, utilizando todas las herramientas que nos proporciona la nueva y ya asentada era digital. Felices por culminar de la mejor manera una investigaci�n que da para ahondar mucho m�s.

Finalmente, es meritorio destacar la ardua labor de cada una de las personas intervinientes en este trabajo que juntos, como grupo, llevaron a buen puerto la investigaci�n.

Recomendar al cuerpo docente que imparte la c�tedra que siga fomentando esa cultura investigativa que tanta falta le hace a un mundo que cada vez se deja llevar por las cosas banales y deja de lado aspectos hermosos de la vida: como la investigaci�n. Gracias a estas actividades de b�squeda, recopilaci�n y reflexi�n no solo se coadyuva a que el acervo intelectual se expanda exponencialmente, sino que, se puede forjar nuevos lazos amistosos con los integrantes del grupo o fortalecer los ya existentes. Que todas las investigaciones en pro de la academia sean bienvenidas, que los estudiantes tengan siempre esa curiosidad por aprender cada d�a m�s, que la sociedad recompense a todos aquellos que se esfuerzan por lograr un Ecuador digno. Felicitaciones a todos quienes formaron parte de este grupo maravilloso que hoy finaliza la redacci�n de este art�culo de revisi�n. �

 

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� 2022 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)

(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).