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Alternativas de intervenci�n para mejorar el estilo de vida del enfermero y la calidad del cuidado
Intervention alternatives to improve the lifestyle of nurses and the quality of care
Intervention alternatives to improve the lifestyle of nurses and the quality of care
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Correspondencia: kecheverriac@unemi.edu.ec
Ciencias de la Salud ���
Art�culo de Investigaci�n
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* Recibido: 23 de junio de 2022 *Aceptado: 12 de julio de 2022 * Publicado: 05 de agosto de 2022
- Licenciada en Enfermer�a, Mag�ster en Dise�o y Evaluaci�n de Modelos Educativos, Mag�ster en Salud P�blica, Profesora Titular Auxiliar 1 Tiempo Completo, Coordinadora de Pr�cticas Pre Profesionales de la Facultad Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Milagro, Ecuador.
- Universidad de Zulia, Zulia, Venezuela.
- Licenciada en Enfermer�a Mag�ster en Gerencia de servicios de Salud, Universidad Estatal de Milagro Docente Titular Auxiliar 2. Directora de la Carrera de Enfermer�a, Ecuador.
- Licenciada en Enfermer�a, Mag�ster en Gerencia de servicios de Salud, Universidad Estatal de Milagro Docente Titular Auxiliar 2, Ecuador.
Resumen
La investigaci�n tuvo como objetivo proponer alternativas de intervenci�n con un enfoque educativo, de sensibilizaci�n y gesti�n para promover un estilo de vida saludable en el personal de enfermer�a que a su vez mejore su disposici�n para la calidad del cuidado como eje central de sus funciones asistenciales. La propuesta se sustent� en los resultados obtenidos por Echeverr�a, Nucete, Blanco y Escalada (2022), en un estudio de tipo descriptivo y proyecto factible, con dise�o de campo, no experimental y transversal, en el que aplicaron los cuestionarios de Salazar y Arrivillaga (2005) y el Nursing Work �ndex (adaptado por De Pedro-G�mez et at. 2009) a una muestra de 175 enfermeros profesionales del Hospital General Babahoyo, Ecuador. Como resultado se obtuvo que el estilo de vida en los enfermeros es poco saludable y la calidad del cuidado es baja, sustentado en estos hallazgos se plante� una propuesta con alternativas de intervenci�n dirigidas a mejorar el estilo de vida en los enfermeros y la calidad del cuidado. Se concluy� que la propuesta es factible y viable de ser puesta en pr�ctica, est� conformada por talleres te�rico-pr�cticos y estrategias gerenciales para promover en el personal de enfermer�a un estilo de vida saludable necesario para afrontar de forma positiva las complejidades de las tareas desempe�adas y lograr la calidad del cuidado a los usuarios.
Palabras Clave: Estilos de vida; personal de enfermer�a; intervenciones educativas; calidad del cuidado.
Abstract
The objective of the research was to propose intervention alternatives with an educational, awareness-raising and management approach to promote a healthy lifestyle in nursing staff, which in turn improves their disposition for quality care as the central axis of their care functions. The proposal was based on the results obtained by Echeverr�a, Nucete, Blanco and Escalada (2022), in a descriptive study and feasible project, with a field, non-experimental and cross-sectional design, in which the Salazar and Arrivillaga questionnaires were applied. (2005) and the Nursing Work Index (adapted by De Pedro-G�mez et at. 2009) to a sample of 175 professional nurses from the Babahoyo General Hospital, Ecuador. As a result, it was obtained that the lifestyle of nurses is unhealthy and the quality of care is low. Based on these findings, a proposal was made with intervention alternatives aimed at improving the lifestyle of nurses and the quality of care. . It was concluded that the proposal is feasible and viable to be put into practice, it is made up of theoretical-practical workshops and managerial strategies to promote a healthy lifestyle in the nursing staff necessary to positively face the complexities of the tasks performed and achieve quality of care for users.
Keywords: Lifestyles; nursing staff; educational interventions; quality of care.
Resumo
O objetivo da pesquisa foi propor alternativas de interven��o com abordagem educativa, sensibilizadora e gerencial para a promo��o de um estilo de vida saud�vel na equipe de enfermagem, o que, por sua vez, melhora sua disposi��o para uma assist�ncia de qualidade como eixo central de suas fun��es assistenciais. A proposta foi baseada nos resultados obtidos por Echeverr�a, Nucete, Blanco e Escalada (2022), em um estudo descritivo e projeto vi�vel, com um desenho de campo, n�o experimental e transversal, no qual foram aplicados os question�rios Salazar e Arrivillaga (2005) e o Nursing Work Index (adaptado por De Pedro-G�mez et at. 2009) a uma amostra de 175 profissionais enfermeiros do Hospital Geral Babahoyo, Equador. Como resultado, obteve-se que o estilo de vida dos enfermeiros � insalubre e a qualidade da assist�ncia � baixa.Com base nesses achados, foi feita uma proposta com alternativas de interven��o visando a melhoria do estilo de vida dos enfermeiros e a qualidade da assist�ncia. Concluiu-se que a proposta � fact�vel e vi�vel de ser colocada em pr�tica, � composta por oficinas te�rico-pr�ticas e estrat�gias gerenciais para a promo��o de um estilo de vida saud�vel na equipe de enfermagem necess�ria para enfrentar positivamente as complexidades das tarefas desempenhadas e alcan�ar a qualidade de atendimento aos usu�rios.
Palavras-chave: Estilos de vida; equipe de enfermagem; interven��es educativas; Qualidade do cuidado.
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Introducci�n
Puede afirmarse que el desempe�o laboral est� directamente relacionado con el estilo de vida de los trabajadores, las personas con h�bitos y conductas saludables tienen una mayor disposici�n para el desarrollo de las tareas asignadas con adecuados est�ndares de calidad y con menor riesgo a padecer agotamiento por una inadecuada relaci�n entre la carga laboral y la capacidad tanto f�sica, mental como emocional para asumirla. (Henao, 2013; Argibay, 2014, S�nchez, 2014)
En relaci�n con las ideas anteriores, los profesionales que asumen cargos asistenciales en salud como es el caso del personal de enfermer�a, est�n expuestos a diversos factores organizacionales, personales y del proceso mismo de atenci�n a los pacientes, que consumen una parte significativa de su energ�a vital por lo que deben prestar especial atenci�n a los h�bitos de alimentaci�n, actividad f�sica y
autocuidado que deben seguir para compensar el desgaste que experimentan en el desempe�o de sus funciones. (Echeverria et al., 2020, Echeverr�a et al., 2018) Asimismo la calidad del cuidado por parte del personal de enfermer�a requiere de la motivaci�n de los lideres para sobrellevar la labor diaria, as� como el apoyo para tomar decisiones en torno a las acciones de mejora del servicio prestado a los pacientes y cumplir con los protocolos estandarizados en la instituci�n para el alcance de la calidad basado en los objetivos propuestos en los planes y programas de atenci�n a los pacientes. (Febr� et al., 2018, Waldow, 2014)
Con la finalidad de mejorar el estilo de vida y su relaci�n con la calidad del cuidado en el personal de enfermer�a del Hospital de IEES de Babahoyo, Ecuador se plantea en este articulo una propuesta cuya estructura se basa en alternativas de intervenci�n planteadas como actividades coherentes, organizadas e integradas para promover un estilo de vida saludable en el personal de enfermer�a y mejorar la gesti�n de la calidad del cuidado. El articulo se encuentra estructurado en los siguientes apartados: Desarrollo, metodolog�a, resultados, discusi�n y conclusiones.
Desarrollo
La propuesta se alternativas de intervenci�n contribuir� a la adopci�n de un estilo de vida saludable en el personal de enfermer�a, quienes recibir�n a trav�s de talleres orientaciones y recomendaciones para poner en pr�ctica conductas preventivas de enfermedades cr�nicas como diabetes e hipertensi�n y los efectos negativos del estr�s.
Por otra parte, se plantea integrar a la gerencia del hospital en esta propuesta ya que la calidad del cuidado de los enfermeros est� influenciada por diversos factores, tales como el liderazgo, trabajo en equipo, participaci�n en la toma de decisiones y reconocimiento del desempe�o.
Asimismo la motivaci�n del personal es esencial a fin de lograr un entorno propicio para el cuidado. Una personal de enfermer�a satisfecho y motivado por su trabajo ser� capaz de comprometerse en mejorar los procesos de cuidado dirigidos a favorecer el confort, curaci�n y restituci�n de la salud de las personas que cuida.
La propuesta se implementar� en el Hospital IESS Babahoyo, ubicado en la Provincia de Los R�os, cant�n Babahoyo, parroquia Clemente Baquerizo, Ecuador . De acuerdo con la reglamentaci�n del Ministerio de Salud P�blica corresponde al Segundo Nivel de Atenci�n, con un Cuarto Nivel de Complejidad, categor�a del Establecimiento II-5 lo cual se determina como Hospital General, con una capacidad de 122 camas censables y 65 no censables, en el que se labora desde el 1 de marzo del 2013.
Metodolog�a
La metodolog�a aplicada en la investigaci�n desarrollada por Echeverr�a et al., (2022) de donde parte la presente propuesta, fue de tipo cuantitativa, descriptiva, proyecto factible, de campo y transversal. La muestra estuvo representada por 175 enfermeros profesionales del Hospital general del Instituto Ecuatoriano de seguridad Social (IESS) de la ciudad de Babahoyo, Ecuador.
Para obtener los datos en cuanto a la variable estilo de vida se aplic� el instrumento dise�ado por Arrivillaga y Salazar (2005). Para evaluar la calidad de atenci�n se aplic� la escala del Nursing Work Index (adaptado por De Pedro-G�mez et at. 2009) En ambos instrumentos la escala de respuesta se encontr� conformada por cuatro opciones con valores de 1 a 4, de all� se dise�� un baremo para comparar la media aritm�tica con los siguientes rangos: 1,00-1,74, 1,75-2,49, 2,50-3,24, 3,25-4,00; de forma que �sta pueda calificarse en niveles bajo, muy bajo, moderado y alto, facilitando as� el an�lisis e interpretaci�n de los resultados.
Resultados
En el gr�fico 1 se representan los resultados de las dimensiones del estilo de vida de los profesionales de enfermer�a que laboran en el hospital General del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de la ciudad de Babahoyo, Ecuador.
Gr�fico 1. Medias aritm�ticas de las dimensiones del Estilo de Vida Profesionales de enfermer�a del Hospital General del IESS de la ciudad de Babahoyo, Ecuador. 2021
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Fuente: Echeverria et al., (2022)
Con respecto a la medias aritm�ticas de las dimensiones del Estilo de Vida, la condici�n actividad f�sica y deporte obtuvo un valor de 2,02 correspondiendo a un nivel bajo, para la recreaci�n y manejo del tiempo libre fue 2,69 alcanzando un nivel moderado, el autocuidado y cuidado m�dico reflej� una media de 2,89 ubicada en un nivel moderado, en los h�bitos alimenticios fue de 2,73 calific�ndose en nivel moderado, para el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas fue 1,65 quedando en un nivel muy bajo, mientras que el sue�o con 2,77 se ubic� en un nivel moderado. El valor promedio del estilo de vida fue de 2,46 evidenciando que este en el profesional de enfermer�a del Hospital General del IESS de la ciudad de Babahoyo, Ecuador se encuentra en un nivel bajo.
El grafico 2 muestra los resultados de las dimensiones de la calidad del cuidado de los profesionales de enfermer�a que laboran en el hospital General del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de la ciudad de Babahoyo, Ecuador.
Gr�fico 2. Medias aritm�ticas de las dimensiones de la Calidad del Cuidado Profesionales de enfermer�a del Hospital General del Instituto Ecuatoriano de seguridad Social (IESS) de la ciudad de Babahoyo, Ecuador. 2021
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Fuente: Echeverria et al. (2022)
Al analizar las medias aritm�ticas de las dimensiones de la calidad de la atenci�n, se evidencia que la participaci�n de la enfermera en asuntos del centro arroj� un valor de 1,69 correspondiendo a un nivel bajo, para el fundamento enfermero de la calidad de los cuidados fue 2,76 alcanzando un nivel moderado, la capacidad, liderazgo y apoyo a las enfermeras por parte de los gestores enfermeros obtuvo una media de 2,19 ubicada en un nivel bajo, en la dimensi�n de la plantilla y adecuaci�n de los recursos humanos fue de 1,97 estando en nivel bajo, para las relaciones entre m�dicos y enfermeras la media fue 2,62 ubic�ndose en un nivel moderado.
Siguiendo los criterios del instrumento utilizado para evaluar la calidad de atenci�n, las dimensiones antes se�aladas, fueron evaluadas en base al valor de las medias aritm�ticas, de forma que valores superiores a 2,5 se considera el entorno favorable para la pr�ctica profesional de calidad. El promedio por encima de 2,5 puntos en solo en una dimensi�n se considera un ambiente de trabajo desfavorable para la calidad; mientras que si se presenta este puntaje en dos o tres dimensiones corresponde a un ambiente mixto y si ocurre en cuatro o cinco de estas, indican un ambiente favorable para una pr�ctica profesional de enfermer�a de calidad.
De forma que, seg�n los resultados obtenidos el hospital en estudio es de tipo mixto, con un valor promedio para la variable de 2,28 demostrando que la calidad del cuidado en el Hospital General del IESS de la ciudad de Babahoyo, Ecuador se encuentra en un nivel bajo.
Discusi�n
Los resultados de la investigaci�n identifican conductas de riesgo que condicionan un estilo de vida poco saludable en los profesionales de enfermer�a, mientras que la calidad del cuidado aleja al centro hospitalario de alcanzar certificaciones como la de hospital magn�tico, iniciada por la Academia Americana de Enfermer�a (AAN) en la d�cada de 1980 para reconocer instituciones que ejercen una excelente pr�ctica de enfermer�a a trav�s del liderazgo transformacional; empoderamiento de la estructura e imagen de la enfermer�a; ejercicio de pr�ctica ejemplar; implementaci�n de mejoras y perfeccionamiento de los resultados. (Echeverr�a et al, 2022, LLop et al. 2016, Yanarico et al. 2020, Cassiani y Lira 2018, Parisi y Melleiro, 2016)
Estos resultados sustentan la propuesta de alternativas de intervenci�n con un enfoque enfoque educativo, de sensibilizaci�n y gesti�n, para promover un estilo de vida saludable en el personal de enfermer�a que a su vez mejore su disposici�n para mejorar continuamente la calidad del cuidado como eje central de sus funciones asistenciales.
Alternativas de intervenci�n propuestas para mejorar el estilo de vida del personal de enfermer�a.
En este orden de ideas, se propone dictar 3 talleres te�rico-pr�cticos en 2 a 3 sesiones mensuales para cada uno, los cuales podr�n repetirse de forma trimestral. �stos ser�n coordinados por la investigadora quien se encargar� de programar los horarios a conveniencia de las partes (facilitadores y asistentes) as� como de
conformar un equipo multidisciplinario capacitado para abarcar las siguientes tem�ticas:
1.�������� H�bitos de alimentaci�n saludable: Detecci�n de factores de riesgo (�ndice de masa muscular, circunferencia abdominal, entre otros), distribuci�n cal�rica diaria, demostraci�n de preparaci�n de alimentos bajos en calor�as, interpretaci�n del etiquetado de los alimentos empacados comercialmente, propuesta de dietas balanceadas accesibles, sensibilizaci�n para una alimentaci�n balanceada desde el hogar.
Una dieta saludable forma parte importante para mejorar la salud y prevenir enfermedades metab�licas y cardiovasculares tales como la diabetes, infartos o accidentes cerebrovasculares. Adem�s, mantiene un �ptimo estado de energ�a y mejora el rendimiento laboral en el hospital, hogar y entorno social. (Aguasaco, 2016)
El personal de enfermer�a por extensas jornadas de trabajo y alta demanda de cuidados de los pacientes, suelen solicitar domicilios en los restaurantes y consumir comidas r�pidas, d�ndose poca oportunidad de preparar comidas balanceadas con un adecuado aporte cal�rico seg�n la edad y estado f�sico.
Al interior de los hospitales se deben promover los h�bitos saludables que parten de una alimentaci�n equilibrada para que el auxiliar de enfermer�a pueda mejorar su estado de salud, ser m�s productivos y prevenir el padecimiento de patolog�as relacionadas con un inadecuado estado nutricional (obesidad, depresi�n, estr�s, alteraciones fisiol�gicas). Los programas de nutrici�n deben incluir:
���������� Incluir en la jornada laboral el tiempo que utilizar� el personal de enfermer�a para consumir los alimentos sin premuras ni interrupciones y ofrecer orientaci�n nutricional dentro de la instituci�n.
���������� Sensibilizar y capacitar al personal de enfermer�a sobre la importancia de seleccionar los alimentos bajos en azucares, grasas, sodio, colorantes y preservantes qu�micos en su dieta diaria.
���������� Implementar un programa educativo en las instalaciones del hospital con el apoyo del servicio de Nutrici�n y diet�tica para la adopci�n de h�bitos saludables en el personal de salud que involucre pr�cticas en el n�cleo familiar para tener un mayor �xito en el cambio de conductas.
2.�������� Pr�ctica de actividad f�sica regular: Ejercicio f�sico dentro y fuera del contexto de trabajo. Las personas que disminuyen la actividad f�sica diaria tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades cr�nicas, problemas cardiovasculares, algunos tipos de c�ncer, artrosis, disminuci�n de la densidad del tejido �seo y otras relacionadas al estado de salud mental como es la depresi�n y el estr�s, teniendo todas �stas un origen similar como es el sedentarismo cr�nico. El cuerpo humano est� dise�ado para estar en movimiento, cuando no hay actividad f�sica el cuerpo de cansa con facilidad por tal motivo es necesario regularlo por medio de ejercicio ya que la estimulaci�n produce mayor fuerza y resistencia entre otras caracter�sticas propias de un buen estado de salud.(Aguasaco, 2106)
Los profesionales que dedican buena parte del d�a al cumplimiento de sus labores suelen afirmar que no hacen ejercicio en forma frecuente por falta de tiempo. Es necesario sensibilizarlos para que dediquen media hora diaria a la pr�ctica de alg�n
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tipo de actividad f�sica (caminatas, bailoterapia, yoga, pilates, aerobics), esto aporta m�ltiples beneficios a la salud de forma integral, contribuye entre otros aspectos a regular el peso corporal, mejorar las funciones metab�licas, conciliar mejor el sue�o, liberar las tensiones del estr�s, recuperar energ�as y subir el autoestima. Para promover la actividad regular en el personal de enfermer�a se debe tener en cuenta:
���������� Ofrecer una valoraci�n m�dica antes de iniciar una actividad f�sica de rutina para conocer cu�l es la actividad m�s recomendada seg�n el estado de salud y capacidad f�sica actual (caminar, nadar, bailar, aerobics, entre otras).
���������� Habilitar en el hospital un espacio f�sico con equipos b�sicos como caminadoras y bicicletas fijas para que el personal se ejercite en las pausas que pueda tener durante la jornada laboral.
���������� Incluir pausas activas durante la jornada laboral: Es una actividad f�sica combinada con ejercicios de 10 o 20 minutos que los trabajadores realizan en horas laborales, estos movimientos se realizan en un orden c�falo caudal con el fin de relajar los m�sculos por las largas horas laborales o por posiciones est�ticas que generan tensi�n, estos ejercicios se pueden hacer tanto f�sicos como mentales (respiraci�n-meditaci�n) para revitalizar la energ�a corporal.
���������� Elaborar gu�as ilustrativas de ejercicios de estiramiento y relajaci�n muscular, liberadores del estr�s para que el personal los practique en los momentos de descanso o en el hogar.
���������� Realizar caminatas en grupo que pudieran efectuarse antes o despu�s de la jornada laboral y compartir estas experiencias con otros compa�eros de trabajo.
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���������� Cerrar la semana laboral con alguna sesi�n de actividad f�sica supervisada por un profesional tal como baile, aerobics, yoga, pilates, de forma que se combine el ejercicio con la relajaci�n.
3.�������� Descanso y sue�o reparador: Estas intervenciones involucran la pr�ctica de ejercicios de relajaci�n, manejo del estr�s, meditaci�n, pautas activas. De acuerdo con Aguasaco (2016) liberar el estr�s diario es fundamental para lograr el descanso f�sico y mental que conduce a su vez un sue�o reparador. Atender estos aspectos contribuyen con el autocuidado junto con la alimentaci�n y ejercicio f�sico.
En los hospitales se debe tener en cuenta los factores de riesgo causantes del estr�s como son la sobrecarga laboral, tareas repetitivas, falta de apoyo, ambiente de trabajo inseguro y los horarios prolongados que limitan la vida familiar y social. Ante esto se deben realizar actividades para controlar estos riesgos antes de que impacten de forma negativa en la salud y conducta del trabajador.
Para manejar el estr�s y lograr el descanso corporal, mental y emocional a trav�s de la relajaci�n y sue�o reparador es importante tener en cuenta:
���������� Posturas de sue�o. En los momentos de descanso se debe tener una postura adecuada, esta se puede apoyar con la ayuda de almohadas en las articulaciones como son rodillas, pies, espalda y cadera, en un ambiente seguro, c�lido y tranquilo.
���������� Relajaci�n y meditaci�n. Esto implica dejar de pensar en los inconvenientes que se presentan, dejar descansar el cuerpo de las tensiones y cansancio del d�a, busca obtener una relajaci�n profunda focaliz�ndose en la respiraci�n
consciente, im�genes agradables, movimientos lentos y frases motivadoras. Esto puede ir acompa�ado de m�sica relajante.
���������� Masajes: Presionar con una intensidad adecuada determinadas zonas del cuerpo para relajar los m�sculos despu�s de una extensiva jornada laboral.
���������� Descanso mental: Consiste en imaginar situaciones agradables para relajar la mente, evitar pensar en las tareas que realiz� en el d�a y las que tiene para el d�a siguiente.
���������� Tiempo de sue�o: Se aprovechar del tiempo dedicado al sue�o de forma corrida (8 horas diarias) y no utilizar este tiempo para otras actividades ni compensarlo con siestas.
���������� Cambios de vida. Buscar actividades de distracci�n y recreaci�n que permitan desconectar con el trabajo, olvidar los problemas y eliminar el estr�s acumulado por ejemplo cine, lectura, deportes, paseos, manualidades, entre otras.
���������� Evitar el consumo de f�rmacos, licor y tabaco ya que puede potenciar los qu�micos estimulantes en el cuerpo. Tener una dieta equilibrada y saludable de acuerdo con el gasto energ�tico en el trabajo.
Cada taller debe ser dise�ado con el equipo de profesionales para definir el cronograma de trabajo, contenido tem�tico y las actividades pr�cticas a desarrollar en espacios f�sicos del hospital con el uso de materiales y recursos disponibles. Adem�s deben incluir la modalidad de intervenci�n y control, basados con estrategias de educaci�n y comunicaci�n acerca de los factores que permiten conservar la salud.
Una vez dise�ado el taller la coordinadora se encargar� de difundir la convocatoria a trav�s de publicaciones en carteleras y redes sociales, asimismo cada jefe de secci�n debe promover la asistencia del personal a las actividades programadas. Los talleres iniciaran con una din�mica de grupo para �romper el hielo� y motivar la cooperaci�n en un ambiente entusiasta. Posteriormente se desarrollar� el contenido incluyendo����������� informaci�n��� te�rica y��������� actividades���� pr�cticas�������� demostrativas y participativas. En la fase de cierre los participantes realizar�n una breve exposici�n de los saberes adquiridos, expectativas y reflexiones.
La coordinadora supervisar� el cumplimiento de los cronogramas de trabajo y desarrollo de los contenidos durante el desarrollo de los talleres, asimismo gestionar� la obtenci�n de los materiales e insumos necesarios para las actividades pr�cticas y dar a conocer recomendaciones previas para los participantes (asistencia puntual, llevar ropa c�moda, entre otras). De forma semestral se realizar� un conversatorio con las personas que asistieron a los talleres para evaluar la puesta en pr�ctica de las recomendaciones, aclarar dudas y hacer seguimiento a las recomendaciones aportadas.
Estrategias de gesti�n para la mejora continua de la calidad del cuidado enfermero.
En otro orden de ideas, la calidad del cuidado se considera un elemento unificador debido a que: permiten el desarrollo de la disciplina, exigen a los profesionales trabajar con un m�todo evaluando sistem�ticamente los cuidados y posicionan a los profesionales enfermeros como parte importante del equipo de salud. En este sentido, es importante entender que la calidad debe ser gestionada como un
proceso que permita mediciones que se traduzcan en mejoras significativas, as� como comprender cu�l es la labor actual de la enfermer�a y su evoluci�n, con el fin de incorporar la calidad como eje esencial en los procesos desarrollados. (Torres et al., 2020). Al respecto, se plantean las siguientes estrategias que de acuerdo con Febr� et al. (2018) pueden contribuir con la mejora continua de la calidad del cuidado en el Hospital IES de Babahoyo, Ecuador.
���������� Definir indicadores para evaluar la motivaci�n y liderazgo, apoyo al cuidado enfermero por el equipo de trabajo y necesidad de recursos humanos para cubrir la demanda de pacientes que a su vez reflejen c�mo se integran estos aspectos en el control de la calidad de los procesos enfermeros en la instituci�n.
���������� Monitorizar la calidad de atenci�n, con el objetivo de comparar instituciones, identificar oportunidades de mejora y evaluar el impacto de las intervenciones
���������� Definir indicadores de calidad en enfermer�a de forma planificada y sistem�tica para identificar situaciones que deben ser estudiadas en profundidad. Esto es una puerta de entrada a la din�mica de los ciclos de mejora y un componente ineludible de las actividades de dise�o o planificaci�n de la calidad.
���������� El personal de enfermer�a debe participar en la toma de decisiones en cuanto a acciones de mejora en estructura, proceso y resultado del cuidado.
���������� Medir a trav�s de cuestionarios las percepciones del personal de enfermer�a, sobre las razones que causaron omisi�n de procesos dentro de los protocolos de cuidado, con el objetivo de entregar datos tangibles a los gestores en enfermer�a para pueden tomar decisiones orientadas a fortalecer la continuidad del cuidado.
Estas estrategias tienen como meta garantizar la calidad del cuidado enfermero en la instituci�n, para su alcance se deben realizar esfuerzos colaborativos de los distintos niveles de atenci�n en enfermer�a, para la definici�n de un conjunto de indicadores (cumplimiento, proceso y resultado) orientados a evaluar la gesti�n del cuidado, que sean creados y validados por profesionales de enfermer�a. Esto permitir�a, estructurar acciones de gesti�n dirigidas a generar impactos positivos en la salud de los usuarios, as� como definir est�ndares de aquellos productos, servicios y procesos del trabajo enfermero que evidencien el comportamiento de las diferentes instituciones de salud desde el punto de vista de calidad del cuidado enfermero. (Fabr� et al., 2018)
Conclusiones
La puesta en pr�ctica de los talleres y estrategias de gesti�n contempladas como alternativas de intervenci�n, es factible ya que utilizar� la capacidad econ�mica y operativa del Hospital IES de Babahoyo, Ecuador (espacios f�sicos, materiales y equipos) para implementar las actividades propuestas previa aprobaci�n por parte de los directivos de la instituci�n.
Considerando que los talleres se basan en pr�cticas en las que se utilizar�n insumos que la instituci�n tiene en inventario, no se amerita de un presupuesto adicional para llevarlos a cabo, sino la autorizaci�n de la direcci�n y departamento encargado para disponer de los ingredientes y materiales para la preparaci�n de comidas saludables de forma demostrativa. Tambi�n se puede manejar como alternativa, solicitar a los proveedores de insumos alimenticos la donaci�n de ingredientes necesarios para la realizaci�n de los talleres.
Otro aspecto que aporta viabilidad a esta propuesta es el aprovechamiento de capacidades en el talento humano y de los recursos estrat�gicos que tiene el hospital. Como se mencion� anteriormente, los talleres ser�n facilitados por profesionales de la misma instituci�n (m�dicos, psic�logos, terapeutas, enfermeros, nutricionistas, laboratoristas, entre otros) a quienes se les solicitar� por intermediaci�n de la direcci�n, su participaci�n voluntaria en estas actividades en beneficio de la instituci�n.
En este sentido se plantean las siguientes l�neas estrat�gicas se apoyan la viabilidad antes descrita:
���������� Implementar tres talleres te�rico-pr�cticos de forma mensual dirigido al personal de enfermer�a para capacitarlos sobre el cambio de h�bitos que contribuyen a seguir un estilo de vida saludable para que est�n en mejor disposici�n de prestar cuidados de calidad a los pacientes.
���������� Organizar los talleres para abordar los temas de la pr�ctica de la actividad f�sica regular, alimentaci�n saludable, pausas activas, relajaci�n y descanso.
���������� Promover los talleres a trav�s de carteleras disponibles en el hospital y redes sociales con mensajes que estimulen la participaci�n.
���������� Informar por medio de las redes sociales las actividades realizadas en los talleres y los logros obtenidos.
���������� Aportar las recomendaciones que deben seguirse en el hogar para lograr el cambio de h�bitos en el n�cleo familiar.
���������� Dictar clases demostrativas sobre la preparaci�n de los alimentos utilizando bajo contenido de azucares, sodio y grasas saturadas.
���������� Instruir al personal de enfermer�a sobre la informaci�n del etiquetado de los alimentos envasados, respecto al contenido cal�rico, grasas saturadas y colesterol, para una adecuada selecci�n al momento de su compra.
���������� Planificar los talleres que realizar�n en el centro hospitalario en horarios que sean accesibles al personal para facilitar la asistencia.
���������� Conformar un equipo multidisciplinario con profesionales del mismo hospital que se encargue del dictado de los talleres: M�dicos internistas, licenciados en enfermer�a, nutricionistas, personal encargado del comedor, psic�logos, terapeutas f�sicos, laboratoristas cl�nicos (auxiliar�as, bioanalistas), entre otros.
���������� Plantear estrategias de gesti�n de la calidad del cuidado en enfermer�a desde un abordaje multimodal.
���������� Involucrar a la gerencia del hospital en los talleres a desarrollar, solicitando la aprobaci�n y apoyo de los directivos y jefes de servicios, en cuanto a la participaci�n de los profesionales en el dictado de los talleres, utilizaci�n de los espacios f�sicos, recursos e insumos para las actividades y la inclusi�n de estas actividades en el cronograma del personal de enfermer�a a quienes est�n dirigidos los talleres.
Adicionalmente las actividades y estrategias propuestas son factibles ya que para su puesta en pr�ctica se utilizar�n recursos econ�micos, humanos, materiales y tecnol�gicos propios del hospital d�ndole sostenibilidad a este proyecto a largo plazo o durante el tiempo que se estime necesario para contribuir con la mejora del estilo de vida del personal de enfermer�a y de la calidad del cuidado. Adem�s, es importante desatacar que la propuesta est� alineada con las metas estrat�gicas, misi�n y visi�n del hospital de IEES de Babahoyo, Ecuador. �
Referencias
- Aguasaco, D. (2016) Gu�a de mejoramiento de h�bitos saludables en los auxiliares de�� enfermer�a����� que����� presentan������� sobrecarga����� laboral����������� Recuperado��� de: https://repository.uamerica.edu.co/bitstream/20.500.11839/661/1/07111508106- 2016-2-GTH.pdf
- Argibay, M. (2014) Seguridad y salud laboral en la oficina. Espa�a: Editorial IdeasPropias.
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