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Pie Diab�tico en la Persona Mayor. Abordaje integral a prop�sito de un caso
Diabetic Foot in the Elderly. Comprehensive approach to a case
P� Diab�tico no Idoso. Abordagem abrangente de um caso
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Correspondencia: Jhon.ponce@utm.edu.ec
Ciencias de la Salud ���
Art�culo de Investigaci�n
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* Recibido: 23 de diciembre de 2022 *Aceptado: 12 de enero de 2023 * Publicado: 17 de febrero de 2023
- Doctor en Medicina y Cirug�a. Especialista en Diabetolog�a y Geriatr�a, Diplomado en Pie Diab�tico y Cicatrizaci�n de Heridas, Docente Investigador Departamento Ciencias M�dicas Universidad T�cnica de Manab�, Portoviejo, Ecuador.
- M�dico Cirujano. Mag�ster en Seguridad y Salud Ocupacional, Certificaci�n en Riesgo Laboral y Auditor�a Interna, M�dico Residente del �rea de Emergencia Materno Infantil Carlos Morales Locke, Jun�n, Ecuador.
- Licenciada en Nutrici�n y Diet�tica, Diplomatura Universitaria en S�ndrome Metab�lico, Maestrante en Salud P�blica, Nutricionista en Ponce Medical Center, Portoviejo, Ecuador.
- Medica Cirujana. Especialista en Orientaci�n Familiar Integral, M�dica Tratante en Consultorio Integral CASMO, Puerto L�pez, Ecuador.
- M�dico Cirujano. Especialista en Orientaci�n Familiar Integral, M�dico Tratante en Consultorio Integral CASMO, Puerto L�pez, Ecuador.
Resumen
La Diabetes Mellitus es una enfermedad cr�nica no transmisible con gran connotaci�n degenerativa ligada a la interacci�n de varios factores etiopatog�nicos, resaltando los h�bitos, estilos de vida, la carga gen�tica y el envejecimiento. Siendo el pie diab�tico una de sus m�s dram�ticas complicaciones microangiop�ticas con alto valor pron�stico de mortalidad, sobre todo ante la presencia de �reas anat�micas amputadas. El siguiente reporte de caso tuvo como objetivo demostrar la importancia de la valoraci�n del pie diab�tico y el tratamiento oportuno tanto cl�nico como de curaci�n avanzada de las lesiones presentes. La metodolog�a es descriptiva de las caracter�sticas cl�nicas de un caso de pie diab�tico, sus antecedentes, evoluci�n y tratamiento. Argumentando referentes te�ricos mediante b�squeda de t�rminos espec�ficos como descriptores de salud y la revisi�n documental de art�culos disponibles en bases de datos como Scielo, Dialnet y Science, y en libros concernientes de la tem�tica, cumpliendo los criterios de selecci�n de la informaci�n. La discusi�n contribuyo a la actualizaci�n de conocimientos en la valoraci�n integral y las estrategias terap�uticas sin�rgicas con metas individualizadas para un mejor control metab�lico y la consecuente reducci�n de las complicaciones como riesgo de fragilidad. Concluyendo que la educaci�n diabetol�gica, la exploraci�n rutinaria de los pies y las estrategias de autocuidado, constituyen grandes aliados en la promoci�n y prevenci�n del pie diab�tico en la persona mayor.
Palabras Clave: Diabetes mellitus; complicaciones; pie diab�tico; persona mayor.
Abstract
Diabetes Mellitus is a chronic non-communicable disease with a great degenerative connotation linked to the interaction of various etiopathogenic factors, highlighting habits, lifestyles, genetic load and aging. The diabetic foot being one of its most dramatic microangiopathic complications with a high prognostic value for mortality, especially in the presence of amputated anatomical areas. The following case report aimed to demonstrate the importance of diabetic foot assessment and timely treatment, both clinical and advanced healing of the present lesions. The methodology is descriptive of the clinical characteristics of a case of diabetic foot, its history, evolution and treatment. Arguing theoretical references through the search for specific terms such as health descriptors and the documentary review of articles available in databases such as Scielo, Dialnet and Science, and in books concerning the subject, fulfilling the information selection criteria. The discussion contributed to the updating of knowledge in comprehensive assessment and synergistic therapeutic strategies with individualized goals for better metabolic control and the consequent reduction of complications such as risk of frailty. Concluding that diabetes education, routine foot examination and self-care strategies are great allies in the promotion and prevention of diabetic foot in the elderly..
Keywords: Mellitus diabetes; complications; diabetic foot; old person.
Resumo
A Diabetes Mellitus � uma doen�a cr�nica n�o transmiss�vel com grande conota��o degenerativa ligada � intera��o de v�rios fatores etiopatog�nicos, destacando-se h�bitos, estilos de vida, carga gen�tica e envelhecimento. Sendo o p� diab�tico uma das suas complica��es microangiop�ticas mais dram�ticas com alto valor progn�stico para mortalidade, principalmente na presen�a de �reas anat�micas amputadas. O relato de caso a seguir teve como objetivo demonstrar a import�ncia da avalia��o do p� diab�tico e tratamento oportuno, tanto cl�nico quanto cicatriza��o avan�ada das les�es presentes. A metodologia � descritiva das caracter�sticas cl�nicas de um caso de p� diab�tico, sua hist�ria, evolu��o e tratamento. Argumentar o referencial te�rico por meio da busca de termos espec�ficos como descritores de sa�de e da revis�o documental de artigos dispon�veis em bases de dados como Scielo, Dialnet e Science, e em livros sobre o assunto, cumprindo os crit�rios de sele��o das informa��es. A discuss�o contribuiu para a atualiza��o do conhecimento em avalia��o integral e estrat�gias terap�uticas sin�rgicas com metas individualizadas para melhor controle metab�lico e consequente redu��o de complica��es como risco de fragilidade. Concluindo que a educa��o em diabetes, o exame rotineiro dos p�s e as estrat�gias de autocuidado s�o grandes aliados na promo��o e preven��o do p� diab�tico no idoso.
Palavras-chave: diabetes mellitus; complica��es; p� diab�tico; pessoa maior.
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Introducci�n
La Diabetes Mellitus (DM) es una de las enfermedades m�s frecuentes, constituyendo una patolog�a metab�lica, de etiolog�a heterog�nea, que con el paso del tiempo va generando da�o estructural y funcional de �rganos espec�ficos, lo que se traduce en una significativa reducci�n de la calidad y de la expectativa de vida (Maiz, et.al, 2014).
Estim�ndose que para el a�o 2025 se incremente a 380 millones los casos de DM, sobre todo la Diabetes tipo 2 (DM2) que se ha convertido en la principal causa de enfermedad y muerte temprana en la mayor�a de los pa�ses del mundo, principalmente por aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares
En este contexto en los �ltimos a�os se ha ido incrementando considerablemente los casos de DM, alcanzando cifras epid�micas, relacionadas con la adopci�n de h�bitos y estilos de vida poco saludables, con baja actividad f�sica, que da lugar al sedentarismo, la obesidad y el envejecimiento prematuro.
Teniendo en cuenta que un 15% de las personas con DM van a sufrir a lo largo de su vida una infecci�n del pie, con una incidencia anual del 1-4%, precedida en m�s del 80% de los casos de una �lcera en el pie (Blanes, et.al, 2011).
Pero esta �lcera puede no alcanzar una evoluci�n terap�utica adecuada, evolucionando irremediablemente a la amputaci�n, con disminuci�n en la funcionalidad y la calidad de vida. Posicion�ndose esta situaci�n como un gran problema de Salud P�blica, lo cual tiene implicaciones biol�gicas, psicol�gicas y sociales que genera un alto costo para el usuario de salud, su entorno familiar y los sistemas de salud.
De acuerdo a la Organizaci�n Mundial de la Salud (OMS), el concepto de Pie Diab�tico (PD) comprende la infecci�n, ulceraci�n y destrucci�n de los tejidos profundos, asociadas con anormalidades neurol�gicas y vasculopat�a perif�rica de diversa gravedad, da�o articular, dermatol�gico y de tejidos blandos (OMS, 2021).
Actualmente esta entidad patol�gica constituye el S�ndrome del Pie Diab�tico (SPD) que a su vez es la complicaci�n cr�nica m�s grave de la DM y como tal engloba una serie de alteraciones que incluyen la vasculopat�a, la neuropat�a perif�rica, la neuroartropat�a de Charcot, las �lceras plantares y la osteomielitis. Afectando la inmunidad, que condiciona infecci�n, ulceraci�n y gangrena de las extremidades inferiores, cuyo principal desenlace es la necesidad de hospitalizaci�n o cirug�a mutilante capaz de incapacitar parcial o definitivamente al paciente (Boada, 2012) ���������(Prompers, 2013).
En primer lugar la �lcera del pie constituye la precursora de m�s del 85% de las amputaciones no traum�ticas de las extremidades inferiores, llegando hacer efectiva la amputaci�n en el 14 - 20% de las ocasiones, interaccionando factores neurop�ticos, angiop�ticos e infecciosos que favorecen el da�o tisular y la evoluci�n hacia la gravedad, sobre todo si la infecci�n se asocia a isquemia (Blanes, et.al, 2011) (Del Castillo, et.al, 2014).
De acuerdo a Ugwu, et.al (2019) y Pereira, et.al (2018) posterior a una amputaci�n la supervivencia es significativamente peor que la del resto de la poblaci�n y a�n menor si han sufrido otra amputaci�n previa. Por lo tanto, el riesgo de amputaci�n aumenta 8 veces, una vez que se presenta una �lcera, siendo a su vez 15 veces mayor este riesgo en personas diab�ticas que en personas sanas, variando la mortalidad de 39% a 80% a 5 a�os en pacientes con amputaciones mayores a causa de complicaciones de la DM.
Despu�s de la amputaci�n de una extremidad inferior, la incidencia de una nueva �lcera y/o amputaci�n contralateral a los 2-5 a�os es del 50%. De esta poblaci�n s�lo el 50% y 40% sobreviven a los 3 y 5 a�os de una amputaci�n, empeorando el pron�stico conforme se eleva el nivel donde se realiza la misma (Pereira, et.al, 2018).��������������
De manera que evaluar el PD resulta clave en el reconocimiento de la �lcera, la presencia de infecci�n, as� como del estado vascular del miembro afectado, enfocando el tratamiento principalmente en los mecanismos patog�nicos desencadenantes, requiriendo una atenci�n multi e interdisciplinaria para un pron�stico que se proyecte en el aumento de la sobrevida y mejor calidad de vida.
A partir del presente caso cl�nico, se demuestra la importancia de la correcta valoraci�n del PD, el estadiaje de las lesiones, el oportuno tratamiento cl�nico de la enfermedad de base, y la curaci�n avanzada de las lesiones presentes, con la finalidad de evitar complicaciones graves como la amputaci�n de una extremidad totalmente funcional.
Caso cl�nico
Var�n de 71 a�os de edad, natural y procedente de una zona rural de la provincia de Manab� con antecedentes familiares de DM2 por la l�nea materna. Diagnosticado de DM2, no tiene buena adherencia al tratamiento que lo ha dejado en varias ocasiones y no tiene apego a un plan nutricional. Se desempe�a como trabajador del �rea de agricultura.
Acudi� a consulta por presentar lesi�n ulcerativa en hallux y segundo dedo del pie derecho que causa dolor, edema e impotencia funcional (imagen 1).
La evaluaci�n se centr� en los siguientes aspectos:
- Historia cl�nica general
DM2 hace 10 a�os, en tratamiento m�dico actual con insulina NPH 6 unidades antes del desayuno y 8 unidades antes de la merienda, metformina 500 mg v�a oral despu�s del desayuno y despu�s de la merienda. Mal control gluc�mico con valores de glucosa basal que oscilan entre 350 y 400 mg/dl y glucosa postprandial que llegan casi a los 500 mg/dl.
Dislipemia diagnosticada hace 5 a�os en tratamiento con Simvastatina 20 mg v�a oral una vez al d�a. Hipertensi�n arterial diagnosticada hace 3 a�os en tratamiento actual con Losart�n 100 mg v�a oral una vez al d�a.
Mal estado nutricional con p�rdida considerable de peso en los �ltimos 6 meses.
Apendicectom�a a los 35 a�os, no refiere hospitalizaciones previas.
- Historia cl�nica del pie y la herida: Evaluaci�n dermatol�gica, osteoarticular, neurol�gica y vascular
Lesi�n ulcerativa tipo sacabocados en la cara interna y externa del hallux y la cara interna del segundo dedo del pie derecho cada una de 3, 2 y 2 cm respectivamente, que aparecieron aproximadamente hace dos meses con evoluci�n t�rpida (imagen 2 - 3), se observa secreci�n purulenta y mal olor en la lesi�n. Presenta podotipo pronovaro, porque en la relaci�n antepi� � retropi� es evidente la elevaci�n de la cabeza del primer metatarsiano y el segundo dedo es m�s largo que el primero (imagen 4). El tipo de calzado es inadecuado, sin plantilla de amortiguaci�n, totalmente cerrado con evidente presi�n de ajuste. Presenta sequedad e hiperqueratosis en ambos pies con presencia de helomas en estos dos dedos y tercio anterior del �rea plantar, engrosamiento ungueal y onicomicosis en todos los ortejos.
Enrojecimiento de ambos pies con temperaturas de 32,5 �C para el pie derecho y 31,4�C para el izquierdo, ausencia de vello en los ortejos del pie derecho, pulsos pedios y tibiales posteriores bilaterales presentes.
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El �ndice tobillo brazo (ITB) del miembro inferior derecho fue de 0,89 y del izquierdo fue 0,95, lo que nos indica insuficiencia arterial perif�rica grado II y grado I respectivamente con posible claudicaci�n intermitente a 150 metros de deambulaci�n.
Reflejos aquilianos bilaterales presentes, p�rdida en la sensibilidad t�ctil a trav�s del monofilamento de Semmes � Weinstein, sensibilidad barest�sica, palest�sica y dolorosa ausente, que nos indica la presencia de neuropat�a.
Agreg�ndose la presencia de Pie de Charcot derecho
grado I � II (imagen 5) seg�n la clasificaci�n de Eichenholz, con signos
cl�nicos de desarticulaci�n interfal�ngica y oniquia del hallux. Se diagnostica
al paciente con una lesi�n Wagner grado 2 (imagen 6) y seg�n la International
Working Group on the Diabetic Foot (IWGDF) lesi�n grado 2 (Tabla 1).
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- Evaluaci�n del lecho de la herida
A la exploraci�n f�sica del pie lesionado de acuerdo a las caracter�sticas cl�nicas se trata de un cuadro de �lcera neurop�tica.
Se procede a aplicar la estrategia TIME (Restrepo, 2016) como herramienta de diagn�stico y de decisi�n terap�utica del lecho de la herida para restablecer las fases de cicatrizaci�n normal de la herida cr�nica (imagen 7).
- Evaluaci�n del proceso infeccioso
En los estudios paracl�nicos (tabla 2) se observa leucocitosis de 10.125 / ul compatible con posible infecci�n, teniendo en cuenta posibles pat�genos asociados, por lo que se decide tratar al paciente de manera ambulatoria con antibioticoterapia emp�rica mientras se esperan los resultados de la muestra tomada de las lesiones para cultivo. Impresiona la glucosa basal de 380 mg/dl y hemoglobina glicosilada del 12% por lo que se recomienda al paciente un plan nutricional adecuado, buen apego al tratamiento, curaci�n avanzada de lesi�n del pie, controles peri�dicos de su enfermedad de base y comorbilidades para alcanzar las metas terap�uticas adecuadas.
Otros datos paracl�nicos llamativos los podemos apreciar en la tabla 2:
- Abordaje terap�utico
Una vez realizado el diagn�stico de �lcera neurop�tica de pie derecho y un cuadro de DM2 mal controlada se decide realizar el siguiente esquema terap�utico:
- Valoraci�n nutricional y plan de alimentaci�n (esquema 1):
a. Normocal�rico � hipohidrocarbonada � hipoproteica.
b. Modificaci�n de nutrientes y estilo de vida, con la finalidad de tratar antecedentes y prevenir comorbilidades.
c. Prevalecer alimentos con alto contenido de fibra soluble e insoluble, como granos enteros, frutas y vegetales.
d. Educaci�n Alimentaria al paciente y al familiar.
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- Medidas generales de autocuidado de las comorbilidades y sus complicaciones.
- Automonitoreo de glucosa en ayunas dos veces a la semana y antes de la merienda una vez a la semana.
- Terapia bolo basal inicial: Insulina NPH 18 unidades subcut�neas en ayunas y 10 unidades subcut�neas antes de la merienda (c�lculo realizado multiplicando 0,5 x 56 kg = 28 unidades; se fracciona la dosis 2/3 y 1/3).
En las siguientes semanas se comenz� a incrementar la dosis de insulina con la finalidad de alcanzar niveles glic�micos adecuados, pero en las dos �ltimas semanas se disminuy� progresivamente la dosis de insulina con la finalidad de prevenir episodios de hipoglicemia.
- Metformina 500 mg v�a oral 2 veces al d�a.
- Amlodipino 10 mg v�a oral 1 vez al d�a.
- Bisoprolol 2.5 mg v�a oral 1 vez al d�a.
- Indapamida 1.5 mg v�a oral 1 vez al d�a.
- Simvastatina 20 mg v�a oral 1 vez al d�a.
- Pentoxifilina 400 mg v�a oral 2 veces al d�a.
- Toma de muestras para cultivo e inicio inmediato de tratamiento antibi�tico emp�rico con Amoxicilina 875 mg /�cido Clavul�nico 125 mg v�a oral 3 veces al d�a. El resultado 48 horas despu�s fue Staphylococcus aureus y colonias de Staphylococcus epidermidis.
- Curaci�n avanzada de heridas (imagen 8) cada 3 d�as duchoterapia con soluci�n salina al 0.9%, aplicaci�n t�pica de rifamicina, secado con gasas est�riles y debridaci�n autol�tica inicial con gel hidrocoloide las primeras 3 semanas de curaciones. A partir de la cuarta semana se empez� la colocaci�n de ap�sitos impregnadas en Sulfadiazina de Plata 1 g / Vitamina A 248.000 UI / Lidoca�na 0,666 g. Desde la novena curaci�n hasta la final se utiliz� ung�ento a base de Factor de crecimiento epid�rmico, Pycnogenol, Betasitosterol, Aceite de Em� y Centella Asi�tica (tabla 3).
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En cada curaci�n se procedi� a cubrir con gasas est�riles y vendaje de gasa orillada para fijar el procedimiento realizado.
- Ecodoppler arterial de ambos miembros inferiores (imagen 9) cuyo informe revela: enfermedad ateromatosa generalizada � placas blandas en zonas de bifurcaci�n sin estenosis significativa � flujo distal derecho 25% e izquierdo 30% - Flujo arterial lateral pie derecho disminuido � Quiste de Baker calcificado en fosa popl�tea izquierda � adenopat�as inguinales bilaterales.
- Radiograf�a para control de indemnidad �sea (imagen 10) cuyo informe revela datos sugestivos de calcificaci�n en partes blandas, mal perforante plantar, aumento de espacios inter�seos, no signos de osteomielitis.
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- Evoluci�n cl�nica
Los objetivos de la terapia m�dica y nutricional establecidos fueron:
- Lograr niveles de glucosa pre y postprandial cercanos al valor normal.
- Alcanzar un perfil lip�dico que reduzca el riesgo de enfermedad macro y microvascular.
- Niveles adecuados de presi�n sangu�nea que reduzca el riesgo de cardiovascular.
- Cambios en el estilo de vida y evaluaci�n de necesidades nutricionales.
- Prevenir y tratar complicaciones cr�nicas como el PD.
Despu�s de varias curaciones se observ� poco a poco la presencia de tejido de granulaci�n, ausencia de biofilm y reepitelizaci�n progresiva (imagen 11) en la lesi�n, considerando al tratamiento indicado exitoso y sin complicaciones posteriores.
De acuerdo al automonitoreo (AMG) los niveles de glucosa en ayunas fueron disminuyendo, llegando a establecerse entre 115 - 120 mg/dl en ayunas y de 130 mg/dl postprandial (tabla 4).
Al finalizar el tratamiento, el paciente refiere buen apego al plan nutricional indicado por nutri�loga y al esquema de insulinizaci�n, presenta glicemia en ayunas al azar de 120 mg/dl y postprandial de 130 mg/dl, la lesi�n en hallux y segundo dedo del pie derecho est� completamente curada, despu�s de 11 semanas de tratamiento (imagen 11).
Discusi�n
El envejecimiento es un proceso complejo, variable y multidimensional, que se acompa�a de cambios f�sicos, psicol�gicos y sociales, para irse adaptando a las limitaciones que se van presentando, sacando provecho a las experiencias ganadas en el trayecto de la vida (Ponce, 2021).
Por lo tanto, de acuerdo a estos factores fisiol�gicos del envejecimiento, se puede tener una vejez sin patolog�as descompensadoras, pero si estos factores influyen de forma m�s agresiva, se podr�an generar patolog�as cr�nicas asociadas con comorbilidades o la presencia de �S�ndromes Geri�tricos� que conllevar�an a la fragilidad.
Teniendo en consideraci�n a prop�sito del presente caso, al referirnos a la morfofisiolog�a del� pie, con� el� paso� inevitable de� los� a�os se producir� atrofia de las c�lulas fibroadiposas del tal�n que condicionan un apoyo excesivo sobre el hueso calc�neo; al� mismo� tiempo� tiene� lugar� una� disminuci�n� en� la� movilidad� de� las� articulaciones� del� metatarso� y� del� tarso,� fruto� de� los cambios degenerativos del cart�lago, a lo que hay que unir cierto grado de atrofia muscular (G�mez, 2008) �y los efectos de las complicaciones de la DM2 sobre la piel debido a que la hiperglicemia aumenta la expresi�n del inhibidor de cinasas dependientes de ciclina (CDK), que inhibe la proliferaci�n, diferenciaci�n y migraci�n de los queratinocitos por interrupci�n del ciclo celular (Criz�n y Morales, 2020).
As� mismo los productos finales de glicaci�n avanzada (AGES) favorecen la formaci�n y acumulaci�n de especies reactivas de ox�geno que alteran el funcionamiento de prote�nas intra y extracelulares que inducen la s�ntesis de citocinas proinflamatorias a trav�s de la cascada de se�alizaci�n del factor nuclear en la piel (Criz�n y Morales, 2020).
Todos estos cambios se suman a la variabilidad biomec�nica en el pie predisponiendo a un aumento de la presi�n en determinadas �reas y una fricci�n cr�nica al andar que pueden formar helomas o callos. Incrementando la presi�n plantar y, por lo tanto, aumentar� el riesgo de �lceras (Boada, 2012).
En el caso antes presentado, se puede determinar que la neuropat�a sumada al antecedente de traumas constantes y la condici�n microangiop�tica interaccionan en la g�nesis de �lceras en el pie diab�tico, tomando en cuenta el mecanismo de producci�n (algoritmo 2), para realizar un correcto diagn�stico, estadiaje y tratamiento de la lesi�n.
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A partir de la descripci�n proporcionada se logr� evitar la complicaci�n principal del SPD que es la amputaci�n de un miembro completamente funcional, gracias a una valoraci�n y tratamiento oportuno tanto cl�nico como de curaci�n avanzada de las lesiones presentes.
Tal y como refieren� Paiva y Rojas (2016) que en la medida en que logremos dar una atenci�n integral al paciente diab�tico, que incluya la evaluaci�n del pie adem�s de un muy buen control metab�lico, podremos reducir las cifras de ulceraci�n y amputaci�n.
Es importante se�alar que, a pesar de la valoraci�n cl�nica y funcional de la extremidad afectada, se deben realizar m�s estudios complementarios para descartar posible compromiso arterial, como se hizo en este caso al enviar Ecodoppler y de acuerdo al grado de afectaci�n se tomara la decisi�n derivar para la revascularizaci�n una vez que est� controlada la infecci�n.
Tal y cual lo refiere Garc�a Herce (2017) sobre la importancia de evaluar la perfusi�n de las extremidades inferiores como un paso vital en el tratamiento de pacientes con ulceraci�n en el pie diab�tico, a fin de comprender el riesgo de amputaci�n y la probabilidad de curaci�n de las heridas.
En el contexto de este paciente, podemos tener en cuenta que se trata de una persona mayor con mal control metab�lico sin apego al tratamiento y con diagn�stico de DM2 de larga evoluci�n, y comorbilidades como HTA y Dislipemia. Todo lo cual suma como factores de riesgo cardiovascular y vascular perif�rico para presentar complicaciones en este caso; SPD.
A prop�sito de referirnos a este paciente como persona mayor y no cl�sicamente llamarlo adulto mayor, es debido, que a partir de la �Segunda Asamblea Mundial de Envejecimiento y Vejez de Madrid� llevada a cabo en el a�o 2002, se revalu� el contexto ling��stico y sus implicaciones discriminatorias, al no ser una terminolog�a que incluyera el g�nero, limitando al individuo envejeciente como adulto (concepci�n exclusivamente masculina) y no como persona (concepci�n que adopta el enfoque de g�nero). De manera que usar la terminolog�a adecuada no solo apoyar� a reivindicar derechos desde el reconocimiento, sino que tambi�n influir� en su salud f�sica y psicol�gica (Ponce, 2021) incentivando estrategias de autocuidado para la minimizaci�n del impacto de las comorbilidades.
De manera que al controlar estas comorbilidades en el presente caso, sobre todo la enfermedad de base (DM2) se logr� mejorar la evoluci�n de la curaci�n del SPD, tal y como menciona Quispe et.al (2017) en la Gu�a cl�nica para la prevenci�n, diagn�stico y tratamiento multidisciplinario del Pie Diab�tico existe una estrecha correlaci�n entre la hiperglucemia y la aparici�n y gravedad de la neuropat�a diab�tica acompa�ante del pie diab�tico, que forma parte de los factores de riesgo para �lceras en el pie.��
En concordancia con esto, las gu�as ALAD (2019) recomiendan individualizar los objetivos gluc�micos y los par�metros metab�licos, priorizando la normoglucemia, evitando hipoglucemias, sin exclusiones gluc�micas prolongadas, controlando las comorbilidades y educando a todos los pacientes en los cuidados del pie haciendo referencia a la neuropat�a diab�tica.
La educaci�n de la persona con DM y las estrategias de autocuidado son b�sicas para lograr la adherencia terap�utica y reducir la progresi�n a complicaciones, siendo muy bajo el apego a las recomendaciones de cuidado de pies (Aphang, 2017), es muy necesario tener presente las siguientes recomendaciones (Diab�tica, 2020) �en el cuidado de los pies:
- Revisar los pies todos los d�as, usando un espejo para las plantas.
- Lav�rselos diariamente con agua templada y s�quelos con cuidado.
- Aplicar crema hidratante, pero no entre los dedos.
- Cortar las u�as rectas, nunca m�s cortas que el dedo.
- No caminar descalzo y usar zapatos c�modos adaptados al pie.
- Inspeccionar los zapatos por dentro antes de ponerlos.
- Evitar el calor y el fr�o intensos, y no usar sustancias irritantes en los pies.
- Revisi�n regular consultando cualquier herida que se presente en los pies.
Por consiguiente, es m�s que justificable lo imperativo de un adecuado tratamiento, enfocado no solo en controlar los niveles de glicemia, sino tambi�n en tratar los estados proaterog�nicos y proinflamatorios de la DM y de las comorbilidades presentes en el caso presentado. De hecho, al prevenir la morbilidad, la dependencia y la discapacidad, se buscar� constantemente minimizar la progresi�n de episodios de hipoglicemia que se van a ir presentando con mayor frecuencia en las personas mayores, debido a su vulnerabilidad y el mayor riesgo de evolucionar r�pidamente a la fragilidad (Diab�tica, 2020).
Conclusiones
El SPD ha representado un problema de Salud P�blica, tanto por sus implicaciones m�dicas, psicol�gicas y sociales.
Considerando que a m�s de una complicaci�n es una urgencia cl�nico - quir�rgica, por lo que realizar un diagn�stico precoz es de vital importancia para evitar complicaciones, favorecer una r�pida recuperaci�n y asegurar la reinserci�n funcional de la persona mayor en sus labores cotidianas.
Hacer la valoraci�n cl�nica general y de la lesi�n descartando o confirmando enfermedad arterial es necesaria en este tipo de patolog�as.
Por lo tanto, la educaci�n diabetol�gica, la exploraci�n rutinaria de los pies, las estrategias de autocuidado y la modificaci�n de h�bitos nutricionales a trav�s de un adecuado plan de alimentaci�n personalizado, constituyen grandes aliados en la promoci�n y prevenci�n del SPD en la persona mayor.
Siendo en definitiva decisiva esta estrategia para el manejo adecuado de las lesiones de acuerdo con el estadiaje de la lesi�n y el lecho de la herida, recomendando los controles y seguimientos peri�dicos para reafirmar la adherencia al tratamiento de la enfermedad de base y comorbilidades asociadas para obtener resultados favorables en esta poblaci�n particularmente vulnerable.
Referencias
- ALAD. (2019). Gu�as ALAD sobre el Diagn�stico, Control y Tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 2 con Medicina Basada en Evidencia Edici�n 2019. Revista de la Asociaci�n Latinoamericana de Diabetes; https://revistaalad.com/guias/5600AX191_guias_alad_2019.pdf
- Aphang M, Lazo-Porras M, Beltr�n-Ale G, C�rdenas-Montero D, Vera R, M�laga G. (2017). Adherencia y cumplimiento de las recomendaciones de cuidado y prevenci�n del pie diab�tico por parte de m�dicos tratantes en dos hospitales de Lima, Per�. Acta M�dica Peru. 2017;34(3):168-72. http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1728-59172017000300002
- Blanes J, Clara A, Lozabo F, Doiz E, Merino R, Gonz�lez J, et al. (2011). Documento de consenso sobre el tratamiento de las infecciones en el pie del diab�tico. Rev Espec En Quimioter. 2011;24(4):233-62.
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