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Drenaje del canal raqu�deo con el tubo de Polyethy para la raquianestesia continua
Drainage of
the spinal canal with the Polyethy tube for
continuous spinal anesthesia
Drenagem do canal medular com tubo de polietileno para
raquianestesia cont�nua
Viviana Beatriz
V�squez Baja�aIII vivianavasquezbajana@gmail.com �https://orcid.org/0000-0001-9423-8156 |
Correspondencia: lore_estef19@hotmail.es
Ciencias
M�dicas ���
Art�culo de Investigaci�n
��
*
Recibido:
20 de diciembre de 2023 *Aceptado: 12 de enero de 2024
* Publicado: 30 de abril de 2024
- M�dico; Investigador Independiente;
Guayaquil, Ecuador.
- M�dico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador.
- M�dico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador.
- M�dico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador.
Resumen
La
raquianestesia es una t�cnica ampliamente utilizada en la actualidad. Una buena
t�cnica a la hora de utilizarla garantiza resultados exitosos y evitar
complicaciones. Es importante que los profesionales m�dicos cuenten con un
excelente conocimiento del m�todo a usarse y una preparaci�n adecuada del
paciente, lo que incluye una serie de factores entre los que se destacan los
materiales. Resulta fundamental la reducci�n de los riesgos del proceso con
dicha preparaci�n aunado a la debida monitorizaci�n del paciente. En
consecuencia, el objetivo de esta investigaci�n es plasmar las generalidades de
la raquianestesia continua y del uso del tubo de polietileno en la misma. Con
esta revisi�n se espera aportar un material bibliogr�fico novedoso que
contribuya a la actualizaci�n de conocimientos, as� como servir de base a
futuras investigaciones. El enfoque metodol�gico de la investigaci�n es una
revisi�n bibliogr�fico � documental, apoyado por diversas bases de datos, para
la obtenci�n de informaci�n relevante en base al tema de estudio. Con relaci�n
al uso de tubos de polietileno en este procedimiento no se encontraron estudios
recientes disponibles, no obstante, en algunos estudios antiguos se destacan
algunas bondades del material como la flexibilidad y facilidad de inserci�n,
asimismo que su uso contribuye a la reducci�n del riesgo de complicaciones y la
comodidad del paciente. Tampoco fueron encontrados estudios que comparen el uso
de los tubos de polietileno en este tipo de anestesia con tubos de otros materiales.
En este sentido, se destac� el desarrollo del uso de este tipo de material en
cat�teres vasculares los cuales est�n relacionados con aumento del riesgo de
infecci�n, sobre otros materiales como la silicona y el poliuretano.
Palabras Clave: Tubo, Polietileno, Anestesia, Espinal, Continua.
Abstract
Spinal
anesthesia is a technique widely used today. A good technique when using it
guarantees successful results and avoid complications. It is important that
medical professionals have excellent knowledge of the method to be used and
adequate preparation of the patient, which includes a series of factors, among
which the materials stand out. It is essential to reduce the risks of the
process with said preparation coupled with proper monitoring of the patient.
Consequently, the objective of this research is to capture the generalities of
continuous spinal anesthesia and the use of the polyethylene tube in it. This
review is expected to provide novel bibliographic material that contributes to
updating knowledge, as well as serving as a basis for future research. The
methodological approach of the research is a bibliographic - documentary
review, supported by various databases, to obtain relevant information based on
the topic of study. Regarding the use of polyethylene tubes in this procedure,
no recent studies were found available, however, some old studies highlight
some benefits of the material such as flexibility and ease of insertion, also
that its use contributes to reducing the risk of complications and patient
comfort. Nor were any studies found that compare the use of polyethylene tubes
in this type of anesthesia with tubes made of other materials. In this sense,
the development of the use of this type of material in vascular catheters was
highlighted, which is related to an increased risk of infection, over other
materials such as silicone and polyurethane.
Keywords: Tube, Polyethylene, Anesthesia, Spinal, Continuous.
Resumo
A raquianestesia � uma t�cnica amplamente utilizada
atualmente. Uma boa t�cnica na sua utiliza��o garante resultados de sucesso e
evita complica��es. � importante que o profissional m�dico tenha excelente
conhecimento do m�todo a ser utilizado e preparo adequado do paciente, o que
inclui uma s�rie de fatores, entre os quais se destacam os materiais. �
fundamental reduzir os riscos do processo com o referido preparo aliado ao
acompanhamento adequado do paciente. Conseq�entemente, o objetivo desta pesquisa
� capturar as generalidades da raquianestesia cont�nua e o uso do tubo de
polietileno nela. Espera-se que esta revis�o forne�a material bibliogr�fico
in�dito que contribua para a atualiza��o do conhecimento, bem como sirva de
base para pesquisas futuras. A abordagem metodol�gica da pesquisa � uma revis�o
bibliogr�fica - documental, apoiada em diversas bases de dados, para obter
informa��es relevantes com base no tema de estudo. Quanto ao uso de tubos de
polietileno neste procedimento, n�o foram encontrados estudos recentes
dispon�veis, por�m, alguns estudos antigos destacam alguns benef�cios do
material como flexibilidade e facilidade de inser��o, tamb�m que seu uso
contribui para redu��o do risco de complica��es e conforto do paciente . Tamb�m
n�o foram encontrados estudos que comparassem o uso de tubos de polietileno
nesse tipo de anestesia com tubos de outros materiais. Neste sentido,
destacou-se o desenvolvimento da utiliza��o deste tipo de material em cateteres
vasculares, o que est� relacionado com um risco aumentado de infec��o, em
detrimento de outros materiais como o silicone e o poliuretano.
Palavras-chave: Tubo, Polietileno, Anestesia, Raquidiana, Cont�nua.
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Introducci�n
La raquianestesia (RA) tambi�n conocida como anestesia
espinal, anestesia subaracnoidea, anestesia intratecal o anestesia raqu�dea, constituye
un pilar fundamental dentro de la pr�ctica habitual cl�nica. Es una t�cnica que
requiere de una punci�n lumbar, habilidad f�cil de adquirir al cabo de pocos
procedimientos; no obstante, su seguridad como t�cnica anest�sica depende de la
correcta comprensi�n de los cambios fisiol�gicos que se suceden, provocados por
las variables anat�micas del lugar de punci�n, los f�rmacos administrados, su
concentraci�n, baricidad, masa, volumen y velocidad
de inyecci�n, entre otros (1).
La raquianestesia es una t�cnica de anestesia utilizada
desde hace m�s de 120 a�os y ha experimentado un resurgimiento en las �ltimas
d�cadas, como lo atestigua el n�mero de publicaciones recientes sobre ella.
Pese a la seguridad y la sencillez de la RA, asociadas a una curva de
aprendizaje r�pida, no se deben minimizar sus riesgos. El conocimiento de las
variaciones anat�micas del paciente, los aspectos t�cnicos con una buena preparaci�n y una buena colocaci�n del paciente, del
anest�sico local y de los adyuvantes, as� como de la difusi�n y de la duraci�n
deseada y la correcta elecci�n del material han permitido optimizar la
seguridad y adaptarla a los distintos modos de tratamiento quir�rgico (2).
La raquianestesia continuada es una variaci�n de esta
t�cnica donde se utilizan peque�as dosis de anest�sico local, administradas
intermitentemente en el espacio subaracnoideo a trav�s de un cat�ter. La mayor
ventaja de la raquianestesia continua es el mejor control del nivel de
intensidad y duraci�n de la analgesia espinal. Con el advenimiento de los
cat�teres intermediarios (cat�ter por fuera de la aguja) y por su baja
incidencia de cefalea y s�ntomas neurol�gicos, la t�cnica ha venido ganando
credibilidad (3).
La preparaci�n para la realizaci�n de esta t�cnica considera
el equipo y la elecci�n de la o las drogas a utilizar, dependiendo de variables
como las caracter�sticas del paciente: edad, par�metros biom�tricos, condici�n
fisiol�gica, del tipo de cirug�a, para determinar el nivel anest�sico que se
busca, y la duraci�n de �sta. Es fundamental reducir los riesgos tanto locales
como sist�micos del procedimiento, lo cual se logra con la preparaci�n
mencionada y una adecuada monitorizaci�n del paciente (4).
Dado que la preparaci�n y
buena ejecuci�n de la t�cnica entre varios factores considera la elecci�n del
material a utilizar, surge la necesidad de desarrollar el presente estudio, el
cual tiene como objetivo plasmar las generalidades de la raquianestesia
continua y del uso del tubo de polietileno en la misma. Con esta revisi�n se
espera aportar un material bibliogr�fico novedoso que contribuya a la
actualizaci�n de conocimientos, as� como servir de base a futuras
investigaciones.
Materiales y M�todos
El desarrollo del presente trabajo de investigaci�n se
llev� a cabo mediante una metodolog�a
de revisi�n documental bibliogr�fica. Para ello se realiz� una b�squeda de
informaci�n se utilizaron diversas bases de datos, entre las que figuran:
PubMed, Biblioteca Virtual de la Salud (BVS), SciELO, Medigraphic,
Dialnet, ELSEVIER, Cochrane, entre otras. Se llev� a cabo una b�squeda
aleatoria y consecutiva, usando las expresiones o descriptores siguientes: �raquianestesia�, �raquianestesia continua +
tubos + cat�teres� y �raquianestesia continua + tubo de polietileno�. Los
resultados se filtraron seg�n criterios de idioma, el cual se consider� el
espa�ol y el ingl�s, relevancia, correlaci�n tem�tica y fecha de publicaci�n en
los �ltimos ocho a�os, con excepci�n de unos registros de data anterior, pero
con contenido vigente y relevante para el presente estudio.
El material bibliogr�fico recolectado consisti� en
art�culos cient�ficos, en general, gu�as cl�nicas, e-books, ensayos cl�nicos,
consensos, protocolos, tesis de posgrado y doctorado, noticias cient�ficas,
boletines y/o folletos de instituciones oficiales o privadas de reconocida
trayectoria en el �mbito cientificoacad�mico y dem�s
documentos e informaciones, considerados de inter�s y con valor de la evidencia
cient�fica a criterio del equipo investigador.
Resultados
La raquianestesia
La anestesia espinal es una herramienta fundamental en la
pr�ctica anestesiol�gica. Es considerada muchas veces como sin�nimo de
anestesia regional, aunque �sta claramente abarca otras t�cnicas neuro axiales
y perif�ricas (5).
La raquianestesia se trata de la administraci�n de un
anest�sico local en el espacio subaracnoideo o intradural, con el fin de
bloquear el est�mulo nervioso (sensitivo, auton�mico y motor). Con esta
anestesia se consigue un bloqueo secuencial, comenzando por las fibras
nerviosas m�s delgadas (auton�micas y termoalg�sicas) y terminando por las m�s
gruesas (tacto, presi�n y motricidad). Para realizar la anestesia raqu�dea, se
introduce una aguja de peque�o calibre en la espalda para alcanzar el espacio
subaracnoideo, dentro de la columna vertebral. En seguida, se inyecta un
anest�sico en el l�quido cefalorraqu�deo, produciendo relajaci�n muscular y
adormecimiento temporal (6).
Historia y evoluci�n.
La primera descripci�n de una anestesia espinal
planificada como tal fue realizada por el cirujano alem�n August Bier en agosto de 1898 para manejo quir�rgico de una lesi�n
de tobillo. En su publicaci�n de 1899 presenta los resultados de seis pacientes
adem�s de la experiencia aplicada en �l mismo y su ayudante. En este relato ya
se describe el curso diferenciado del bloqueo de distintas sensibilidades y
motor: �Con la inyecci�n hubo sensaci�n de calor; a los 7 minutos, pinchazos en
el muslo y cosquillas en las plantas de los pies son apenas percibidos; a los 8
minutos, una peque�a incisi�n en el muslo y la introducci�n de una aguja hasta
el f�mur no causan dolor, sino que solo sensaci�n de presi�n�. Tambi�n describe
trastornos cl�nicos que hoy suponemos asociados a cambios hemodin�micos y m�s
de 50% de cefalea post procedimiento. La cefalea fue descrita en estos
t�rminos: �a las 15 horas present� cefalea intensa y mareos, especialmente, al
levantarse; todos sus s�ntomas se reproduc�an al levantarse y desaparec�an al
acostarse�. Para llegar a este punto inicial, han debido suceder varios otros
descubrimientos y desarrollos. Elementos que ayer, hoy y ma�ana seguir�n siendo
fundamentos en el conocimiento y pr�ctica de esta t�cnica: anatom�a,
fisiolog�a, farmacolog�a, desarrollo de agujas y otros elementos t�cnicos (5).
Tipos
Existen tres formas de anestesia espinal: inyecci�n
�nica, anestesia espinal-epidural combinada y anestesia espinal continua con
peque�as agujas espinales y cat�teres (7).
Usos
La anestesia raqu�dea se utiliza en una amplia gama de intervenciones,
ya que, a partir del an�lisis de grandes grupos de pacientes, se ha llegado a
la conclusi�n de que el pron�stico a corto, medio y largo plazo de los
pacientes que reciben anestesia locorregional es
mejor que el de los pacientes sometidos a otras t�cnicas. El uso de
opi�ceos por v�a intratecal ha mostrado excelentes resultados, y su efectividad
analg�sica se ha atribuido a sus efectos sobre el neuroeje gracias a la acci�n
ejercida sobre receptores localizados en el asta dorsal
de la m�dula espinal (8).
Complicaciones
Es importante destacar que la incidencia de las
complicaciones por anestesia raqu�dea es muy baja, en comparaci�n con los
beneficios que dichas t�cnicas ofrecen, sobre todo en el �rea de la
obstetricia. Las principales complicaciones en la anestesia raqu�dea son:
punci�n hem�tica, parestesias, n�useas y v�mitos, retenci�n urinaria, lumbalgia
y cefalea post-punci�n. Las complicaciones
neurol�gicas en anestesia raqu�dea son de las m�s temidas por m�dicos,
pacientes y familiares, entre ellas el da�o neurol�gico y complicaciones
cardiovasculares, tales como, hipotensi�n, bradicardia o paro cardiaco. Una
complicaci�n asociada con la aplicaci�n de los anest�sicos en el canal medular
es el s�ndrome neurol�gico transitorio (SNT), el cual se manifiesta
cl�nicamente por dolor gl�teo que se irradia a miembros inferiores (9).
Raquianestesia continuada
Fue descrita por Dean en 1907 con el objeto de aumentar
el tiempo de efecto de la anestesia para poder realizar cirug�as m�s
prolongadas. El f�rmaco disponible era la proca�na, cuya acci�n anest�sica dura
aproximadamente 45 minutos. Preconizaba la punci�n del espacio subaracnoide y el mantenimiento de la aguja in situ para
reinyecciones, seg�n lo requiriese el caso, ya que la raquianestesia de la
�poca se efectuaba exclusivamente con ese medicamento, de corta duraci�n para
las necesidades quir�rgicas de una especialidad en evoluci�n. La gran
incidencia de trauma neural y la ruptura de las agujas determinaron que la
t�cnica fuese abandonada (10).
Seg�n los fundamentos de Whizar
et al., (2017) la anestesia raqu�dea continua tuvo varias modificaciones hasta
que Hurley y Lambert introdujeron el uso de la t�cnica espinal con microcatet�res muy delgados, de tama�o 32. M�s
recientemente, este procedimiento se considera subutilizado, debido al reporte
de varios casos de s�ndrome de cauda equina (SCE) por lo cual, en Estados
Unidos, la Administraci�n de Alimentos y Drogas (Food
and Drug Administration,
FDA) recomend� retirar la t�cnica en 1992 (7).
Actualmente, los equipos en uso son los micro cat�teres
insertados a trav�s de una aguja espinal fina de 25G y el cat�ter sobre la
aguja. En la t�cnica cat�ter sobre aguja, en primer lugar, se localiza el
espacio peridural con un trocar biselado 18G. Por el interior de �ste se
desliza una aguja espinal con punta biselada 27G, que lleva montado un cat�ter
22G. Al atravesar la duramadre se observa salida de l�quido cefalorraqu�deo (LCR)
por el extremo proximal del cat�ter, se desliza sobre la aguja 1-2 cm retirando
posteriormente la aguja. Los resultados de ventajas y desventajas de uno u otro
son controversiales (4).
Una vez instalado el cat�ter, se administran peque�as
dosis de anest�sicos, que se titulan hasta alcanzar el nivel requerido.
Alcanzada una dosis que se ha estimado suficiente y no habiendo obtenido
anestesia cl�nica adecuada se ha sugerido cambiar de baricidad,
cambiar de anest�sico local o abandonar la t�cnica por riesgo a que se est�
frente a una situaci�n de mala distribuci�n y riesgo de da�o neurol�gico.
Recomendaciones de buena pr�ctica cl�nica incluyen el no sobrepasar dosis
normales de inyecci�n �nica y si no hay evidencia de bloqueo alguno, no
insistir con la t�cnica. Las ventajas frente a una t�cnica de inyecci�n �nica
son un menor riesgo de efectos hemodin�micos y respiratorios adversos y el
tener un cat�ter que puede prolongar la anestesia o la analgesia
postoperatoria. Las desventajas son una mayor tasa de fallas, riesgo de
aparici�n de cefalea entre 1 y 10% y un te�rico mayor riesgo de infecci�n por
dejar un cuerpo extra�o (11).
Cat�ter o tubo para la raquianestesia
continua
Como se mencion� anteriormente, en la anestesia espinal
continua, un cat�ter fino (tubo) se deja en el lugar, en el espacio
subaracnoideo para inyecciones adicionales del agente anest�sico, lo que
asegura un adormecimiento durante todo el procedimiento (4). Los
cat�teres son de diferentes materiales de pl�stico flexible y marcados con
referencias para saber cu�nto se ha introducido. Hay diferentes modalidades
comercializadas, los hay m�s o menos r�gidos, con y sin fiador y los de
estructura reforzada. De la misma manera los hay con un simple orificio distal
o multiperforados. Los m�s usados son los menos
r�gidos, sin fiador y multiperforados. A lo largo del
tiempo se han utilizado diversas agujas, materiales, cat�teres y anest�sicos
locales en un intento de reducir las complicaciones presuntamente, inherentes a
esta t�cnica.�
La anestesia regional y la ecograf�a se han usado
conjuntamente en la anestesia espinal. A la dificultad en la identificaci�n de
estructuras nerviosas se a�ade la de visualizar en el ec�grafo el material de
punci�n conforme se realizan las t�cnicas analg�sicas o anest�sicas. La
ecogenicidad de agujas y cat�teres se debe a la reflexi�n del ultrasonido en la
superficie de estos. Para incrementar su visualizaci�n y facilitar al
anestesi�logo la t�cnica, se han desarrollado nuevos dispositivos y avances en
los acabados de estos materiales de punci�n. Por ejemplo, el cat�ter neuroestimulante para BCNP SilverStimSM
(Vygon, Aachen, Alemania)
est� recubierto en toda su longitud (salvo los 3 mm del extremo) de una
impregnaci�n de plata (bajo un aislante de polietileno) que act�a como
conductor el�ctrico y reflectante ultras�nico. El aumento de la ecogenicidad en
los cat�teres tambi�n podr�a suponer una importante aportaci�n en seguridad y
eficacia en t�cnicas neuroaxiales: en la poblaci�n
pedi�trica facilitar�a la colocaci�n de cat�teres en el segmento metam�rico
�ptimo a nivel epidural, pudiendo objetivarse los frecuentes acodamientos tras
su inserci�n a ciegas a nivel caudal (12).
M�s recientemente, se han introducido en la pr�ctica
cl�nica dispositivos de cat�ter intratecal que utilizan un dise�o de cat�ter
sobre aguja y un material m�s suave y flexible con el objetivo de reducir
algunas de las complicaciones, como dolores de cabeza pospunci�n
dural y parestesias observadas con versiones
anteriores de cat�teres intratecales (13).
Entre sus ventajas se cuentan:
- Preservar la estabilidad hemodin�mica del paciente
- Posibilidad de titular adecuadamente la dosis de analg�sicos
- 10 veces menos dosis para conseguir el mismo efecto
- Indicador definitivo de la posici�n correcta
- Anestesia m�s r�pida
- Reducci�n de la cefalea postpunci�n dural (14).
Entre los materiales para la elaboraci�n del tubo o
cat�ter para la anestesia espinal continua se encuentra el Polietileno. Este material
es uno de los pol�meros m�s importantes y �tiles que se ha estudiado
ampliamente para su uso como material pl�stico. Los beneficios de utilizar
polietileno como material pl�stico comercial incluyen sus excelentes
propiedades mec�nicas, buena flexibilidad, buena resistencia qu�mica,
propiedades livianas, buena estabilidad t�rmica y rendimiento de alto costo. El
polietileno tiene numerosas aplicaciones en una amplia gama de industrias,
incluida la medicina (15).
Infecciones por materiales del
cat�ter
Entre los factores de riesgo de una infecci�n por
cat�ter, en el caso de cat�teres vasculares, cuentan con evidencia cient�fica
en la literatura, entre otros, el material de fabricaci�n de los cat�teres, y
son los de cloruro de polivinilo y polietileno los que tienen mayor riesgo
frente a los de tefl�n o de poliuretano (16).
En este sentido, Brenner et al, (2003) con base en su
investigaci�n manifiesta que la mayor parte de los cat�teres venosos centrales
que se usan actualmente son de poliuretano, debido a que se han asociado en
estudios no comparativos a una menor frecuencia de infecciones que los
cat�teres de PVC o de polietileno. In vitro estos cat�teres dificultan en mayor
grado la adherencia de algunas especies bacterianas que los cat�teres de
silicona o PVC. Por otra parte, algunos aspectos de la respuesta inmune como la
s�ntesis de radicales super�xidos son inhibida por tefl�n, PVC o silicona,
aunque la relevancia cl�nica de este aspecto no ha sido evaluada. Los cat�teres
de PVC y polietileno tienen adem�s el inconveniente de su rigidez, lo que
facilita su fractura y su mayor trombogenicidad en
comparaci�n con los de poliuretano. A pesar de no contar con estudios
comparativos directos, estos antecedentes hacen recomendable el uso de
cat�teres de poliuretano sobre los otros tipos (17).
T�cnica para la fijaci�n del tubo
de polyethylene en raquianestesia continuada
P�jaro Pe�aranda, (1954)
describe en su estudio su t�cnica para la fijaci�n de este tipo de tubo de la
siguiente manera:
Por medio de un adaptador
especial, se fija el tubo de polyethylene a una
jeringuilla de 10 cc., la cual se toma entre la palma
y los dedos medio, anular y me�ique, de la mano izquierda. Los dedos pulgar e �ndice, que han
quedado libres, servir�n para sostener el tubo de polyethylene,
el cual estar� dando varias vueltas de rosca, seg�n sea su longitud. Se retira
entonces el mandril de la aguja nuevamente, y tomando el extremo del tubo entre
los dedos pulgar e �ndice de la mano derecha, se introduce por la luz de la
aguja de punci�n. Como al retirar dicha aguja para dejar el tubo, es muy
probable que �ste se salga del espacio aracnoideo, es necesario introducir
dentro del canal raqu�deo, otro tanto del tubo igual a la longitud de la aguja
de punci�n, m�s uno o dos cent�metros, y luego retirar juntos aguja y tubo,
quedando as� solamente dentro del canal los dos cent�metros de seguridad que
hemos introducido �ltimamente. Sucede muchas veces que al llegar el tubo al
espacio aracnoideo encuentra un obst�culo que le impide seguir progresando, es
la resistencia producida por el filum terminale contra el cual va a chocar, pero que se vence
f�cilmente, retirando un poco el tubo, y volvi�ndolo a introducir suave y
firmemente, haci�ndolo rotar entre los dedos pulgar e �ndice de la mano derecha
que lo introducen. Con esa maniobra se consigue que ese tubito extremadamente
delgado y flexible, el cual est� detenido por un obst�culo, al ser impulsado
firmemente, haga un seno entre la punta de la aguja de punci�n y su extremo
libre detenido por el obst�culo. Se comprende pues, como al hacer rotar, su punta
resbala y sigue la longitud del canal raqu�deo. Se debe introducir la aguja de
punci�n lo m�s oblicuamente posible de abajo hacia arriba y hacerla luego rotar
para que su bisel quede tambi�n mirando arriba y pueda el tubo de polyethylene deslizar se por el canal raqu�deo, tomando la
misma direcci�n. Con esta t�cnica, no se tiene necesidad del uso de la aguja
especial de Touchy, que es de punta curva. Si se trata de una anestesia alta, con el paciente de
c�bito lateral, se introduce la cantidad de tubo necesario, hasta alcanzar la
altura deseada y luego seg�n la misma f�rmula se retira la aguja de punci�n. Si
hubiera quedado algo de humedad en el sitio por donde penetr� el tubo en la
piel, se secar� con una gasa, y luego haci�ndole un peque�o seno, se fija con
un esparadrapo. Queda en esta forma el paciente listo para recibir la primera
dosis de anest�sico, cuando el Cirujano lo desee. Es bueno recordar que,
durante la introducci�n del tubo para anestesias altas, el paciente no
experimente ninguna clase de molestias por razonamiento, debido a lo delgado y
flexible del tubo (18).
Conclusi�n
La raquianestesia continuada
es un tipo de anestesia raqu�dea que implica insertar una aguja gu�a est�ril en
el espacio alrededor del canal espinal y luego pasar el tubo a trav�s de la
aguja. Una vez que el tubo est� colocado, el medicamento anest�sico se puede
administrar de forma continua, lo que proporciona un alivio duradero del dolor.
Esta modalidad anest�sica ha cobrado popularidad en la actualidad, dados los
avances en materia de mejoramiento de la ejecuci�n de la t�cnica y el
mejoramiento de los materiales a usarse, entre otros.
Con respecto al uso de tubos
de polietileno en este procedimiento no se encontraron estudios recientes
disponibles, no obstante, en algunos estudios antiguos se destaca la flexibilidad
y facilidad de inserci�n de estos, reduciendo el riesgo de complicaciones y
mejorando la comodidad del paciente.
Tampoco se encontraron
estudios que comparen el uso de los tubos de polietileno en este tipo de
anestesia con tubos de otros materiales. Sin embargo, se encontr� en la
revisi�n que este tipo de material en cat�teres vasculares aumenta el riesgo de
infecci�n, sobre otros materiales como la silicona y el poliuretano.
Sobre la base de este estudio
se hace necesario otras investigaciones que permitan evidenciar y actualizar el
conocimiento acerca del uso de los diferentes materiales que existen en el
mercado para la ejecuci�n de esta t�cnica con la finalidad de mejorarla y
reducir el numero de complicaciones asociadas.�
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