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Efectos producidos en la infecci�n cr�nica por Helicobacter pylori en el microbioma y la aparici�n del c�ncer g�strico

 

Effects produced by chronic Helicobacter pylori infection on the microbiome and the appearance of gastric cancer

 

Efeitos produzidos pela infec��o cr�nica por Helicobacter pylori no microbioma e no aparecimento do c�ncer g�strico

Carla Crisley Ca�afe-Carpio I
carlacrisley15@gmail.com 
https://orcid.org/0009-0005-7181-4284
1.	
,Nah�n Sebastian Pedrera-Quezada II
nahins@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-6002-8463
Edward Saul Saraguro-Calberto III
edwards@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-0227-1389

,Santiago Alfonso Asanza-Vega IV
santiagoa@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-6723-0180
Victor Euclides Briones-Morales V
victore@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-7808-8726
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: carlacrisley15@gmail.com

 

Ciencias de la Salud

Art�culo de Investigaci�n

 

* Recibido: 29 de julio de 2024 *Aceptado: 12 de agosto de 2024 * Publicado: �06 de septiembre de 2024

 

          I.            Estudiante de Medicina, Carrera de Medicina, Facultad de Ciencias Qu�micas y de la Salud, Universidad T�cnica de Machala, Machala, Ecuador.

        II.            Estudiante de Medicina, Carrera de Medicina, Facultad de Ciencias Qu�micas y de la Salud, Universidad T�cnica de Machala, Machala, Ecuador.

      III.            Estudiante de Medicina, Carrera de Medicina, Facultad de Ciencias Qu�micas y de la Salud, Universidad T�cnica de Machala, Machala, Ecuador.

      IV.            Estudiante de Medicina, Carrera de Medicina, Facultad de Ciencias Qu�micas y de la Salud, Universidad T�cnica de Machala, Machala, Ecuador.

        V.            Esp. PhD(C). M�dico Neum�logo, Docente de Medicina, Carrera de Medicina, Facultad de Ciencias Qu�micas y de la Salud, Universidad T�cnica de Machala, Machala, Ecuador.

 


Resumen

Introducci�n: El c�ncer g�strico es una proliferaci�n descontrolada de c�lulas mutadas en la pared g�strica, siendo el quinto c�ncer con mayor incidencia y el cuarto en mortalidad. En 2020, se estimaron 770,000 muertes anuales relacionadas. En Latinoam�rica, la infecci�n por H. pylori causa disbiosis del microbioma g�strico, disminuyendo la diversidad microbiana y contribuyendo a condiciones preneopl�sicas y neopl�sicas.

Objetivo: El objetivo de este estudio es revisar la relaci�n entre las alteraciones del microbioma inducidas por la infecci�n cr�nica por Helicobacter pylori y el desarrollo del c�ncer g�strico. Metodolog�a: El estudio se basa en un enfoque cualitativo, no experimental y descriptivo. Se utilizaron t�rminos espec�ficos para buscar art�culos en PubMed, aplicando filtros para ensayos cl�nicos y revisiones recientes. De 105 art�culos iniciales, se seleccionaron 27 relevantes para el estudio.

Resultados: La infecci�n cr�nica por H. pylori provoca gastritis cr�nica, que puede progresar a gastritis atr�fica, metaplasia intestinal, displasia y, finalmente, adenocarcinoma g�strico. Este proceso, conocido como la cascada de Correa, destaca el papel crucial de H. pylori en la carcinog�nesis g�strica. La disbiosis microbiana crea un entorno proinflamatorio y genot�xico en la mucosa g�strica, favoreciendo la progresi�n hacia el c�ncer. H. pylori desempe�a un papel esencial en el desarrollo del c�ncer g�strico a trav�s de la alteraci�n del microbioma g�strico y la inducci�n de una cascada de cambios histol�gicos.

Conclusiones: Comprender estos mecanismos puede mejorar los m�todos diagn�sticos y las estrategias de tratamiento, incluyendo enfoques no farmacol�gicos como la modificaci�n de la dieta para restaurar el equilibrio microbiano normal.

Palabras Claves: Helicobacter pylori; Stomach Neoplasm; Microbiota.

 

Abstract

Introduction: Gastric cancer is an uncontrolled proliferation of mutated cells in the gastric wall, being the fifth cancer with the highest incidence and the fourth in mortality. In 2020, there were an estimated 770,000 related deaths annually. In Latin America, H. pylori infection causes dysbiosis of the gastric microbiome, decreasing microbial diversity and contributing to preneoplastic and neoplastic conditions.

Objective: The objective of this study is to review the relationship between microbiome alterations induced by chronic Helicobacter pylori infection and the development of gastric cancer. Methodology: The study is based on a qualitative, non-experimental and descriptive approach. Specific terms were used to search for articles in PubMed, applying filters for clinical trials and recent reviews. Of 105 initial articles, 27 relevant for the study were selected.

Results: Chronic H. pylori infection causes chronic gastritis, which can progress to atrophic gastritis, intestinal metaplasia, dysplasia and, finally, gastric adenocarcinoma. This process, known as the Correa cascade, highlights the crucial role of H. pylori in gastric carcinogenesis. Microbial dysbiosis creates a pro-inflammatory and genotoxic environment in the gastric mucosa, favoring progression towards cancer. H. pylori plays an essential role in the development of gastric cancer through alteration of the gastric microbiome and induction of a cascade of histological changes.

Conclusions: Understanding these mechanisms can improve diagnostic methods and treatment strategies, including non-pharmacological approaches such as dietary modification to restore normal microbial balance.

Keywords: Helicobacter pylori; Stomach Neoplasm; Microbiota.

 

Resumo

Introdu��o: O c�ncer g�strico � uma prolifera��o descontrolada de c�lulas mutadas na parede g�strica, sendo o quinto c�ncer com maior incid�ncia e o quarto em mortalidade. Em 2020, ocorreram cerca de 770.000 mortes relacionadas anualmente. Na Am�rica Latina, a infec��o por H. pylori causa disbiose do microbioma g�strico, diminuindo a diversidade microbiana e contribuindo para condi��es pr�-neopl�sicas e neopl�sicas.

Objetivo: O objetivo deste estudo � revisar a rela��o entre altera��es do microbioma induzidas pela infec��o cr�nica por Helicobacter pylori e o desenvolvimento de c�ncer g�strico. Metodologia: O estudo baseia-se numa abordagem qualitativa, n�o experimental e descritiva. Termos espec�ficos foram utilizados para busca de artigos no PubMed, aplicando filtros para ensaios cl�nicos e revis�es recentes. Dos 105 artigos iniciais, foram selecionados 27 relevantes para o estudo.

Resultados: A infec��o cr�nica por H. pylori causa gastrite cr�nica, que pode evoluir para gastrite atr�fica, metaplasia intestinal, displasia e, por fim, adenocarcinoma g�strico. Este processo, conhecido como cascata de Correa, destaca o papel crucial do H. pylori na carcinog�nese g�strica. A disbiose microbiana cria um ambiente pr�-inflamat�rio e genot�xico na mucosa g�strica, favorecendo a progress�o para o c�ncer. H. pylori desempenha um papel essencial no desenvolvimento do c�ncer g�strico atrav�s da altera��o do microbioma g�strico e da indu��o de uma cascata de altera��es histol�gicas.

Conclus�es: A compreens�o desses mecanismos pode melhorar os m�todos diagn�sticos e as estrat�gias de tratamento, incluindo abordagens n�o farmacol�gicas, como a modifica��o da dieta para restaurar o equil�brio microbiano normal.

Palavras-chave: Helicobacter pylori; Neoplasia Est�mago; Microbiota.

 

Introducci�n

Helicobacter pylori es una de las principales causas de c�ncer g�strico porque puede provocar una cadena de cambios da�inos en el revestimiento del est�mago, conocida como la denominada cascada de Correa a la secuencia o progresi�n fisiopatol�gica desde la gastritis aguda hasta adenocarcinoma g�strico.4 La infecci�n cr�nica por H. pylori provoca inicialmente gastritis cr�nica, que puede progresar a gastritis atr�fica, donde se pierde tejido glandular. Esta atrofia puede llevar a la metaplasia intestinal, un cambio adaptativo del epitelio g�strico al intestinal. Posteriormente, puede surgir displasia, caracterizada por alteraciones precancerosas en las c�lulas. Finalmente, la displasia puede evolucionar a carcinoma g�strico. Este proceso secuencial de cambios histol�gicos subraya por qu� H. pylori es un factor de riesgo significativo en la carcinog�nesis g�strica.4

A pesar de los estudios actuales, existe una parte de toda esta fisiopatolog�a que es objeto de estudio reciente, las alteraciones en el microbioma y c�mo se relacionan con el c�ncer g�strico. A la fecha, se han planteado m�ltiples teor�as sobre la inflamaci�n cr�nica relacionada a HP y sus mecanismos para alterar el ambiente microbiano g�strico, algunos implican un cambio en el ambiente el cual deriva en una disminuci�n de bacterias protectoras y un aumento de bacterias comensales.

Por los hechos expuestos, el presente art�culo de revisi�n bibliogr�fica se plantea la siguiente pregunta: �Qu� relaci�n tienen los efectos producidos por Helicobacter pylori en el microbioma y la aparici�n del c�ncer g�strico?

El estudio en esa zona permitir� implementar nuevos horizontes en m�todos diagn�sticos, como la identificaci�n de perfiles microbianos que se relacionen directamente con estadio en la cascada de carcinog�nesis g�strica; adem�s en aspectos como el tratamiento, se podr�an implementar estrategias no farmacol�gicas como una dieta individualizada que permita mejorar los niveles de bacterias pertenecientes al microbioma normal y reducir el ambiente patol�gico interno.

 

Objetivo�����������

Revisar la relaci�n entre las alteraciones del microbioma inducidas por la en la infecci�n cr�nica por Helicobacter pylori y el desarrollo del c�ncer g�strico.

 

Materiales y M�todo

El presente trabajo investigativo se sustenta en el paradigma positivista con un enfoque cualitativo, de tipo b�sico con un dise�o no experimental, con una modalidad descriptiva sobre los efectos de Helicobacter pylori en el microbiota y su relaci�n con el c�ncer g�strico.

La formulaci�n del t�tulo y objetivos de la investigaci�n se realiz� siguiendo los lineamientos de modelos DQP/CEA/EDREPA. Para la definici�n de las palabras claves se emple� la b�squeda de t�rminos en las listas Tesauro dentro del descriptor MeSH de National Library of Medicine, el cual presenta conexi�n directa con la base de datos PubMed, facilitando la b�squeda de informaci�n.

Para la b�squeda de informaci�n se utilizaron los t�rminos: �Helicobacter pylori� AND �Stomach Neoplasm� AND �Microbiota� colocados en las bases de datos PubMed, adem�s se aplicaron filtros para obtener ensayos cl�nicos, art�culos de meta-an�lisis y art�culos de revisiones de casos con una antig�edad de m�ximo 5 a�os de publicaci�n, incluidos en revistas indexadas o en gu�as de instituciones nacionales e internacionales.

Con la b�squeda en las bases de datos, al inicio se identificaron 105 art�culos sin aplicar filtros de criterios de inclusi�n; con esto se logr� una recolecci�n de 46 art�culos, de los cuales fueron seleccionados 27 art�culos considerados de importancia y relevancia para el objetivo del estudio.

 

Criterios de inclusi�n

         Revisiones bibliogr�ficas

         Art�culo de revisiones sistem�ticas

         Art�culos con antig�edad m�xima de 5 a�os

         Art�culos con textos de libre acceso

         Idiomas: ingl�s y espa�ol

 

Criterios de exclusi�n

         Art�culos de opini�n

         Estudios que nos posean una metodolog�a organizada

         Estudios que no hayan tomado muestras en pacientes con c�ncer g�strico

 

Marco conceptual

Helicobacter pylori

El descubrimiento de Helicobacter pylori (H. pylori) constituy� un hito significativo en la medicina moderna, desmantelando un dogma establecido sobre la esterilidad del est�mago humano. Durante mucho tiempo, se crey� que el ambiente �cido del est�mago imped�a la supervivencia de cualquier microorganismo. Sin embargo, esto cambi� en 1979, cuando el m�dico australiano el Dr. Warren, un pat�logo del Hospital Royal Perth en Australia, identific� bacterias en estrecho contacto con el epitelio g�strico en biopsias de pacientes con gastritis cr�nica.5,6

La resistencia inicial de la comunidad m�dica a aceptar estos hallazgos fue considerable, debido en parte a la creencia en la esterilidad g�strica y a la falta de m�todos eficaces para cultivar estas bacterias. No obstante Warren encontr� un aliado en Barry Marshall. Juntos, llevaron a cabo investigaciones que demostraron no solo la presencia de bacterias en el est�mago, sino su implicaci�n en la gastritis y las �lceras p�pticas. Este descubrimiento se consolid� en 1982 cuando Marshall, mediante experimentos con cultivos y estudios cl�nicos, proporcion� evidencias convincentes de la relaci�n entre H. pylori y la inflamaci�n g�strica.5,6

Esta bacteria se caracteriza por su morfolog�a espiral, aunque puede adoptar una forma cocoide en cultivos con condiciones adversas. Sus dimensiones var�an entre los 0.5 a 1.0 micr�metros de ancho y aproximadamente 3 de largo.7 Presenta de 2 a 6 flagelos unipolares, lo que le confiere movilidad. El H. Pylori crece �ptimamente a 37 �C en condiciones de microaer�filo, requiriendo medios suplementados con suero o sangre entre el 5% y el 10%.7 H. pylori es quimiorganotrofo, con un metabolismo respiratorio, y forma colonias peque�as, gris�ceas y brillantes de aproximadamente 1 mm de di�metro en medios de cultivo​.7

 

 

 

Patogenicidad y Mecanismos de Infecci�n

Citotoxina asociada a la prote�na A (CagA): Inoculada directamente a las c�lulas del epitelio g�strico. Una vez dentro de ellas, altera diversas v�as de se�alizaci�n celular, promoviendo la inflamaci�n. Las cepas de H. pylori que expresan CagA est�n fuertemente asociadas con enfermedades m�s graves, como el adenocarcinoma g�strico.7

Citotoxina vacuolizante (VacA): Toxina formadora de vacuolas secretada por H. pylori y capaz de modular la respuesta inmunol�gica. Esta toxina tambi�n contribuye a la colonizaci�n bacteriana, al interferir en la respuesta inmunitaria. Las variaciones en la estructura gen�tica de VacA influyen en su capacidad patog�nica y en la severidad de las enfermedades asociadas.7

Gen promotor de �lcera duodenal (dupA): DupA se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar �lceras duodenales y gastritis.7 Aunque su papel exacto en la patogenicidad de H. pylori es objeto de debate debido a resultados contradictorios en diferentes estudios, se considera un factor importante en la virulencia de ciertas cepas bacterianas.7

Proteasa de alta temperatura requerida A (HtrA): Proteasa que contribuye a que el H. pylori pueda adaptarse a condiciones estresantes del ambiente g�strico. Adem�s, HtrA degrada prote�nas clave del hu�sped, como la E-cadherina, permitiendo la bacteriana causar da�o a la barrera epitelial g�strica.7

La adhesi�n de H. pylori al epitelio g�strico es un proceso complejo mediado por diversas adhesinas bacterianas. Entre las m�s estudiadas se encuentran BabA y SabA, que se unen a los ant�genos de los grupos sangu�neos Lewis b y sialil-Lewis x, respectivamente. Una vez adherida la bacteria secreta ureasa, que neutraliza el �cido g�strico convirtiendo la urea en amon�aco, creando un microambiente menos �cido y m�s favorable para su supervivencia.8,9

Adem�s, H. pylori produce prote�nas de choque t�rmico y otras prote�nas adaptativas que le permiten resistir las condiciones de estr�s del ambiente g�strico. Estas estrategias combinadas de adhesi�n y adaptaci�n aseguran que pueda mantener una infecci�n cr�nica, contribuyendo a la progresi�n de enfermedades g�stricas cr�nicas.​8,9

Uno de los m�todos m�s significativos del H. Pylori para garantizar la evasi�n de la respuesta inmune es la modulaci�n de la respuesta inmune natural y adquirida del hu�sped.10,11 A su vez el lipopolisac�rido (LPS) presenta una baja actividad endot�xica, lo que disminuye la activaci�n del sistema inmunol�gico y ayuda a la bacteria a pasar desapercibida​.10,11

 

Microbiota Gastrointestinal

         Composici�n y funciones:

         Principales grupos bacterianos presentes

Firmicutes: Poseen una gran capacidad de fermentar carbohidratos complejos y fibra diet�tica, produciendo �cidos grasos de cadena corta (AGCC)12 , los mismos tienen efectos beneficiosos en la salud metab�lica.12

Bacteroidetes: Especialistas en la degradaci�n de polisac�ridos no digeribles y en la producci�n de metabolitos como el acetato, propionato y butirato.12 Tienen efectos antiinflamatorios y ayudan a mantener la integridad de la barrera intestinal.12

Actinobacteria: Beneficiosas para la salud intestinal debido a su papel en la digesti�n de la fibra diet�tica, la producci�n de vitaminas del complejo B y la competencia por nutrientes con pat�genos potenciales.12

Proteobacteria: Aunque algunas especies pueden ser pat�genas, muchas proteobacterias son comensales importantes en el intestino, ayudando en la s�ntesis de vitaminas y en la competencia por recursos con otros microorganismos.12

 

Funciones en la salud digestiva y sist�mica

       Digesti�n de Nutrientes12

       Modulaci�n del Sistema Inmunitario12

       Producci�n de Vitaminas y Metabolitos Bioactivos12

       Interacciones con el Sistema Nervioso y Metab�lico12

 

Factores que influyen en la composici�n del microbiota

       Medicamentos (antibi�ticos, probi�ticos)

Los medicamentos como los antibi�ticos pueden alterar significativamente la composici�n y funci�n del microbiota intestinal al eliminar tanto bacterias pat�genas como beneficiosas. Esta disrupci�n puede incrementar el riesgo de efectos adversos como la diarrea asociada a antibi�ticos y predisponer a infecciones oportunistas. Por otro lado, los probi�ticos, que son microorganismos vivos beneficiosos, pueden ayudar a restaurar el equilibrio microbiano y mejorar la salud intestinal.12

       Factores gen�ticos y ambientales

Los factores gen�ticos pueden influir en la composici�n inicial del microbiota de una persona, determinando qu� tipos de bacterias predominan y c�mo responden a cambios ambientales y diet�ticos a lo largo de la vida.13 Por otro lado, el ambiente juega un papel crucial en la modulaci�n continua del microbiota. Factores como la dieta, el estilo de vida, el uso de medicamentos (como antibi�ticos), el estr�s y la exposici�n a microorganismos ambientales pueden alterar la diversidad y la funci�n del microbiota intestinal.13

 

Resultados

Cambios en la diversidad y composici�n bacteriana

La presencia de H. pylori en el ambiente g�strico act�a como un agente perturbador, alterando el delicado equilibrio de la comunidad microbiana residente. Los estudios recientes han revelado patrones consistentes de cambio en la diversidad y composici�n bacteriana:

a) Alteraciones en la abundancia relativa de phyla bacterianos:

Existe un aumento considerable en la proporci�n de Proteobacteria, phylum al que pertenece H. pylori. Simult�neamente, se registra una disminuci�n en la abundancia relativa de otros phyla importantes, como Firmicutes, Actinobacteria y Bacteroidetes.

b) Cambios en g�neros bacterianos espec�ficos:

Algunos estudios han reportado una reducci�n en la abundancia de g�neros como Lactobacillus y Bifidobacterium, conocidos por sus propiedades probi�ticas. Por otro lado, se document� la presencia de g�neros potencialmente pat�genos.14,15

c) Formaci�n de nichos microbianos �nicos:

H. pylori puede crear microambientes espec�ficos en la mucosa g�strica, favoreciendo el crecimiento de ciertas especies bacterianas adaptadas a estas condiciones particulares.

Impacto en las funciones inmunol�gicas y metab�licas

a) Alteraciones metab�licas:

         Modificaci�n en la producci�n de �cidos grasos de cadena corta (AGCC)14,15: La disminuci�n de bacterias productoras de AGCC puede reducir la disponibilidad de estos compuestos importantes para la salud de la mucosa g�strica y la regulaci�n inmunol�gica.14,15

         Cambios en el metabolismo del nitr�geno: H. pylori y los cambios asociados en el microbiota pueden alterar el ciclo del nitr�geno en el est�mago, potencialmente influyendo en la producci�n de compuestos N-nitrosos.14,15

         Alteraciones en la degradaci�n de carbohidratos complejos: Los cambios en la composici�n bacteriana pueden afectar la capacidad del microbioma para metabolizar ciertos carbohidratos, influyendo en la disponibilidad de nutrientes para el hu�sped.14,15

b) Modulaci�n de la respuesta inmune:

         Estimulaci�n cr�nica del sistema inmune: La presencia persistente de H. pylori y los cambios en el microbiota pueden mantener una inflamaci�n cr�nica de bajo grado en la mucosa g�strica.14,15

         Alteraci�n en la producci�n de citocinas: Puede dar lugar a una descompensaci�n en la producci�n de citocinas pro y antiinflamatorias, lo que puede influir en la progresi�n de enfermedades g�stricas.14,15

         Modificaci�n de la barrera mucosa: Los cambios en el microbiota pueden afectar la integridad de la barrera mucosa g�strica, alterando su funci�n protectora y la interacci�n con el sistema inmune.14,15

 

Relaci�n entre la disbiosis del microbiota y la progresi�n a gastritis cr�nica

La intrincada relaci�n entre el microbiota g�strica y Helicobacter pylori en la patog�nesis de la gastritis cr�nica ha emergido como un fascinante campo de estudio en la gastroenterolog�a moderna. La colonizaci�n por H. pylori no solo altera el ambiente g�strico de manera directa, sino que tambi�n estimula cambios considerables en la diversidad y composici�n del microbiota residente, un fen�meno conocido como disbiosis.16,17

En condiciones normales, el est�mago alberga una comunidad microbiana diversa que contribuye a la homeostasis del �rgano. Sin embargo, la introducci�n de H. pylori en este ecosistema desencadena una cascada de eventos que perturban este delicado equilibrio. Inicialmente, H. pylori domina el nicho ecol�gico g�strico, reduciendo la abundancia y diversidad de otras especies bacterianas. 16,17

A medida que la infecci�n por H. pylori persiste, se observa una transici�n gradual en la composici�n del microbiota. Estudios recientes han revelado un aumento en la abundancia relativa de Proteobacteria, particularmente del g�nero Proteus, acompa�ado de una disminuci�n en Bacteroidetes. Este cambio en la proporci�n de filos bacterianos se correlaciona estrechamente con la progresi�n de la gastritis aguda a cr�nica.16,17

La disbiosis inducida por H. pylori no solo altera la composici�n taxon�mica del microbiota, sino que tambi�n modifica sus capacidades funcionales. Se han identificado cambios en numerosas v�as metab�licas y funcionales, evidenciados por alteraciones en m�s de 200 caracter�sticas funcionales. Estas modificaciones funcionales pueden ayudar a la formaci�n de un medio proinflamatorio y potencialmente procarcinog�nico en la mucosa g�strica.16,17

Un aspecto particularmente intrigante es la relaci�n entre la disbiosis y la gastritis no atr�fica. En este contexto, la alteraci�n del microbiota parece preceder y posiblemente contribuir a los cambios histol�gicos caracter�sticos de la gastritis cr�nica. La p�rdida de diversidad microbiana y el aumento de especies potencialmente pat�genas pueden exacerbar la inflamaci�n cr�nica, perpetuando un ciclo de da�o tisular y alteraci�n de la funci�n g�strica.16,17

Adem�s, la disbiosis asociada a H. pylori parece seguir un modelo "conductor-pasajero". En este modelo, H. pylori act�a inicialmente como el "conductor", induciendo cambios en el ambiente g�strico que favorecen la colonizaci�n por otras especies bacterianas "pasajeras". Conforme avanza la patolog�a hacia la gastritis cr�nica, se observa un enriquecimiento de bacterias comensales orales e intestinales, como Streptococcus, Veillonella y Prevotella, mientras que la abundancia relativa de H. pylori tiende a disminuir.16,17

 

Impacto del microbiota en la formaci�n de �lceras p�pticas

El papel del microbiota en la patog�nesis de las �lceras p�pticas ha emergido como un �rea de creciente inter�s en la gastroenterolog�a moderna. Tradicionalmente, la formaci�n de �lceras p�pticas se ha atribuido principalmente a la infecci�n por H. pylori y al uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).18 Sin embargo, investigaciones recientes han descubierto que la interacci�n entre el microbiota g�strico y estos factores desempe�an un papel importante en el desarrollo y progresi�n de las �lceras p�pticas.18

La colonizaci�n por H. pylori altera significativamente este equilibrio microbiano. H. pylori no solo compite directamente con otros microorganismos, sino que tambi�n modifica el ambiente g�strico de manera que favorece la proliferaci�n de ciertas especies bacterianas mientras suprime otras. Esta disbiosis inducida por H. pylori puede exacerbar la inflamaci�n de la mucosa y comprometer los mecanismos de defensa naturales del est�mago, facilitando as� la formaci�n de �lceras.18

Un estudio reciente utilizando t�cnicas de secuenciaci�n de pr�xima generaci�n revel� un aumento en la abundancia relativa de Proteobacteria y una disminuci�n en Bacteroidetes en pacientes con �lceras p�pticas.18 Estos cambios en la composici�n microbiana se asociaron con alteraciones en v�as metab�licas clave, incluyendo el metabolismo de �cidos grasos y la bios�ntesis de peptidoglicanos, lo que podr�a contribuir a la patog�nesis de las �lceras.18

 

Conexi�n entre el microbiota alterado y el riesgo de c�ncer g�strico

En condiciones normales, esta comunidad microbiana mantiene un delicado equilibrio que contribuye a la homeostasis g�strica. Sin embargo, diversos factores, siendo la infecci�n por H. pylori el m�s notorio, pueden alterar significativamente este equilibrio, conduciendo a un estado de disbiosis.19�21

La disbiosis g�strica asociada al c�ncer g�strico se caracteriza por cambios significativos en la diversidad y composici�n del microbiota. Estudios recientes utilizando t�cnicas de secuenciaci�n de alto rendimiento han revelado patrones distintivos de alteraci�n microbiana en pacientes con c�ncer g�strico. Se ha observado un aumento en la abundancia relativa de ciertos filos bacterianos, como Proteobacteria, Firmicutes y Actinobacteria, acompa�ado de una disminuci�n en Bacteroidetes. A nivel de g�nero, se ha reportado un enriquecimiento de bacterias potencialmente pat�genas como Peptostreptococcus, Streptococcus y Fusobacterium, mientras que g�neros considerados beneficiosos, como Bifidobacterium y Lactobacillus, tienden a disminuir.19�21

Los mecanismos propuestos a trav�s de los cuales el microbiota alterado contribuye a la carcinog�nesis son m�ltiples y complejos:

1.      Inflamaci�n cr�nica: Un desequilibrio ecol�gico en el est�mago puede mantener una inflamaci�n cr�nica de bajo grado y crear un microambiente que promueve la transformaci�n neopl�sica.19�21

2.      Producci�n de metabolitos genot�xicos: Ciertas bacterias enriquecidas en el contexto de la disbiosis pueden producir metabolitos con potencial genot�xico, capaces de inducir da�o al ADN y promover mutaciones.19�21

3.      Modulaci�n de la respuesta inmune: La alteraci�n del microbiota puede conducir a una desregulaci�n de la respuesta inmune local, comprometiendo los mecanismos de vigilancia antitumoral.19�21

4.        Alteraci�n de v�as de se�alizaci�n celular: Se ha demostrado que ciertos miembros del microbiota alterado pueden interactuar con v�as de se�alizaci�n cruciales implicadas en la proliferaci�n celular y la apoptosis.19�21

5.      Sinergia con H. pylori: La disbiosis puede potenciar los efectos carcinog�nicos de H. pylori, creando un ambiente m�s favorable para su persistencia y virulencia.19�21

 

Asociaci�n entre la microbiota y enfermedades metab�licas en presencia de H. pylori

La presencia de H. pylori transforma significativamente la composici�n y funci�n de la microbiota g�strica e intestinal, un fen�meno conocido como disbiosis. Un estudio reciente demostr� que la infecci�n por H. pylori disminuye la variedad microbiana g�strica y altera la abundancia relativa de varios g�neros bacterianos, incluyendo un aumento en Prevotella y una disminuci�n en Bifidobacterium. Estos cambios en el microbiota pueden tener repercusiones de largo alcance en el metabolismo del hu�sped.19

En relaci�n a diabetes mellitus tipo 2, se ha observado una asociaci�n intrigante con la infecci�n por H. pylori. Se encontr� que la infecci�n por H. pylori se asocia con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.20 Los mecanismos propuestos incluyen la secreci�n alterada de hormonas gastrointestinales como la grelina y la leptina, que juegan roles cruciales en el metabolismo de la glucosa y la regulaci�n del apetito.20 Adem�s, la inflamaci�n cr�nica causada por H. pylori puede contribuir a la resistencia a la insulina, una caracter�stica distintiva de la diabetes tipo 2.20

El s�ndrome metab�lico es un conjunto de factores de riesgo cardiovascular que tambi�n se asocia a la infecci�n por H. pylori. La prevalencia de s�ndrome metab�lico era significativamente mayor en individuos H. pylori positivos en comparaci�n con los H. pylori negativos. Se ha propuesto que la inflamaci�n sist�mica de bajo grado inducida por H. pylori, junto con las alteraciones en el microbiota, podr�a contribuir al desarrollo de este s�ndrome.21

 

 

 

Influencia del microbioma en la respuesta inmune contra H. pylori

La influencia del microbioma en la respuesta inmune contra H. pylori es multifac�tica y bidireccional. Por un lado, la composici�n del microbioma preexistente puede modular la susceptibilidad inicial a la colonizaci�n por H. pylori y la intensidad de la respuesta inmune subsiguiente. Por otro lado, la presencia de H. pylori induce cambios en el microbioma que, a su vez, influyen en la evoluci�n de la respuesta inmune.22

Uno de los aspectos m�s interesantes de esta interacci�n es el microbioma en la polarizaci�n de las respuestas inmunes. Las especies bacterianas comensales pueden promover una respuesta inmune reguladora (Treg), que podr�a favorecer la persistencia de H. pylori. Por ejemplo, se ha observado que la abundancia de Bifidobacterium y Lactobacillus se correlaciona con una mayor producci�n de interleucina-10 (IL-10), citocina antiinflamatoria que act�a en la regulaci�n de la respuesta inmune contra H. pylori.22

Por otro lado, otras especies bacterianas pueden potenciar la respuesta inmune proinflamatoria. Se ha observado que la disbiosis inducida por H. pylori puede llevar a un aumento en la abundancia de bacterias productoras de lipopolisac�ridos (LPS), como ciertas especies de Proteobacteria. El LPS es un potente activador de la respuesta inmune innata, que puede exacerbar la inflamaci�n g�strica y potencialmente contribuir al desarrollo de patolog�as asociadas a H. pylori.22

La interacci�n entre el microbioma y H. pylori tambi�n influye en la funci�n y activaci�n de las c�lulas presentadoras de ant�genos (APC). Estudios recientes han demostrado que metabolitos producidos por ciertas bacterias comensales pueden modular la capacidad de las c�lulas dendr�ticas para procesar y presentar ant�genos de H. pylori, influyendo as� en la magnitud y calidad de la respuesta de c�lulas T espec�ficas.22

Adem�s, el microbioma es importante en el desarrollo y mantenimiento del tejido linfoide asociado a la mucosa (MALT) g�strica. La presencia de un microbiota variado es sustancial para la formaci�n de fol�culos linfoides g�stricos, que son importantes sitios de inducci�n de la respuesta inmune contra H. pylori. La disbiosis inducida por H. pylori puede alterar la arquitectura y funci�n de estos tejidos linfoides, lo que a su vez afecta la eficacia de la respuesta inmune.22

Un aspecto particularmente fascinante es el papel del microbioma en la modulaci�n de la autoinmunidad asociada a H. pylori. Se ha observado que ciertas cepas de H. pylori pueden inducir una respuesta autoinmune contra las c�lulas parietales g�stricas, un fen�meno que podr�a estar influenciado por la composici�n del microbioma. Algunos estudios sugieren que un microbioma diverso podr�a proteger contra esta autoinmunidad, posiblemente a trav�s de la inducci�n de c�lulas T reguladoras.22

 

Papel del microbioma en la modulaci�n de la inflamaci�n g�strica

El est�mago, lejos de ser un simple �rgano de digesti�n, es un ecosistema complejo donde billones de microorganismos coexisten en un delicado equilibrio con nuestro sistema inmunol�gico. Este conjunto de microorganismos, conocido como microbioma g�strico, desempe�a un papel fundamental en la regulaci�n de la inflamaci�n del est�mago.23

La interacci�n entre el sistema inmune y el microbioma es bidireccional. Por un lado, ciertas bacterias beneficiosas pueden ayudar a mantener un ambiente antiinflamatorio en el est�mago. Estas bacterias producen metabolitos que favorecen la seguridad de la barrera epitelial g�strica y regulan la activaci�n de c�lulas inmunes. Por otro lado, un desequilibrio en la composici�n del microbioma (disbiosis) puede provocar una respuesta inflamatoria exacerbada.23

Uno de los mecanismos clave en esta modulaci�n es la producci�n de �cidos grasos de cadena corta (AGCC) por parte de ciertas bacterias.23 Los AGCC, como el butirato, tienen propiedades antiinflamatorias y pueden influir en la diferenciaci�n de c�lulas T reguladoras, fundamentales para controlar la inflamaci�n.23

Adem�s, el microbioma g�strico puede influir en la producci�n de citocinas, mol�culas mensajeras del sistema inmune. Un microbioma saludable promueve la secreci�n de citocinas antinflamatorias como la IL-10, mientras que un microbioma alterado puede conducir a la producci�n de citocinas proinflamatorias como el TNF-α o la IL-1β.23

La comprensi�n de estas interacciones abre nuevas v�as para el desarrollo de tratamientos basadas en la regulaci�n del microbioma. Estrategias como el uso de probi�ticos espec�ficos o la manipulaci�n diet�tica para favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas podr�an ser eficaces en el manejo de enfermedades inflamatorias g�stricas.23

Sin embargo, es importante se�alar que la relaci�n entre el microbioma y la inflamaci�n g�strica es altamente compleja y espec�fica de cada individuo. Factores como el estilo de vida, la dieta, la gen�tica y el empleo de f�rmacos pueden influir en esta interacci�n.23

 

 

 

Interacciones entre el sistema inmunitario y el microbiota en presencia de H. pylori

La colonizaci�n del est�mago por Helicobacter pylori desencadena una compleja serie de interacciones entre el pat�geno, el sistema inmunitario del hu�sped y el microbiota g�strico residente. Estas interacciones tienen profundas implicaciones para la salud g�strica y la progresi�n de enfermedades asociadas a H. pylori.24

La respuesta inmunitaria desencadenada por H. pylori no solo afecta al pat�geno, sino que tambi�n influye en la composici�n del microbiota g�strico. La inflamaci�n cr�nica inducida por H. pylori puede crear un medio que favorece el crecimiento de ciertas especies bacterianas mientras que inhibe el crecimiento de otras. Por ejemplo, la producci�n de citocinas proinflamatorias como IL-1β e IL-8 puede alterar el pH g�strico y la producci�n de moco, afectando as� el nicho ecol�gico de otras bacterias.24

La interacci�n entre H. pylori y otras especies bacterianas en el est�mago no se limita a efectos indirectos mediados por el sistema inmunitario. Se han documentado casos de competencia directa por recursos y nichos ecol�gicos, as� como posibles relaciones de cooperaci�n. Por ejemplo, algunas cepas de Lactobacillus han mostrado actividad antagonista contra H. pylori in vitro, mientras que otras especies pueden proporcionar nutrientes que favorecen el crecimiento de H. pylori.25

 

Conclusiones

El descubrimiento de Helicobacter pylori ha revolucionado nuestra comprensi�n de las enfermedades g�stricas y su relaci�n con el microbiota intestinal. Esta bacteria, capaz de colonizar el hostil ambiente �cido del est�mago, no solo es un agente causal directo de patolog�as como la gastritis cr�nica, �lceras p�pticas y c�ncer g�strico, sino que tambi�n act�a como un importante modulador del ecosistema microbiano g�strico.

La infecci�n por H. pylori induce una disbiosis significativa en el microbiota g�strico, alterando la diversidad y composici�n de las comunidades bacterianas residentes. Estos cambios no son meros efectos colaterales, sino que tienen profundas implicaciones en la patog�nesis de las enfermedades asociadas. La disbiosis inducida por H. pylori puede exacerbar la inflamaci�n cr�nica, comprometer la integridad de la barrera mucosa y crear un ambiente propicio para la carcinog�nesis.

La interacci�n entre H. pylori, el microbiota y el sistema inmunitario del hu�sped es compleja y bidireccional. Por un lado, la respuesta inmune contra H. pylori puede alterar el nicho ecol�gico de otras especies bacterianas. Por otro lado, el microbiota residente puede modular la intensidad y la naturaleza de la respuesta inmune contra H. pylori, influyendo as� en el curso de la infecci�n y sus consecuencias patol�gicas.

Adem�s, la influencia de H. pylori se extiende m�s all� del tracto gastrointestinal, con evidencias crecientes que sugieren su implicaci�n en trastornos metab�licos sist�micos como la diabetes tipo 2 y el s�ndrome metab�lico. Estos hallazgos subrayan la importancia de considerar las infecciones por H. pylori en un contexto m�s amplio de salud sist�mica.

La comprensi�n de estas intrincadas interacciones abre nuevas v�as para el desarrollo de estrategias terap�uticas y preventivas. El uso de probi�ticos espec�ficos, la modulaci�n diet�tica del microbioma y enfoques que busquen restaurar el equilibrio ecol�gico g�strico podr�an complementar las terapias antimicrobianas tradicionales contra H. pylori.

 

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� 2024 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)

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