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Cuidado humanizado en adultos mayores con riesgo de sufrimientos espiritual
Humanized care for older adults at risk of spiritual suffering
Assist�ncia humanizada ao idoso em risco de sofrimento espiritual
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Correspondencia: Anthony.veraol@ug.edu.ec
Ciencias de la Salud
Art�culo de Investigaci�n
* Recibido: 13 de diciembre de 2024 *Aceptado: 24 de enero de 2025 * Publicado: �28 de febrero de 2025
I. Licenciado en Enfermer�a, Universidad de Guayaquil, Ecuador.
II. Licenciado en Enfermer�a, Universidad de Guayaquil, Ecuador.
III. Doctora en Ciencias de la Enfermer�a, Docente Carrera de Enfermer�a Universidad de Guayaquil, Ecuador.
IV. Doctora en Ciencias de la Enfermer�a, Docente Carrera de Enfermer�a Universidad de Guayaquil, Docente Escuela de Enfermer�a Universidad de Especialidades Esp�ritu Santo, Ecuador.
Resumen
El cuidado humanizado en adultos mayores con riesgo de sufrimiento espiritual es fundamental para abordar sus necesidades f�sicas, emocionales, sociales y espirituales. Este enfoque integral promueve una atenci�n digna y compasiva, mejorando la calidad de vida y abordando los desaf�os del envejecimiento.
Objetivo: Describir el cuidado humanizado en adultos mayores con riesgo de sufrimiento espiritual desde la perspectiva de estudiantes de enfermer�a de la Universidad de Guayaquil.
M�todos: Se aplic� una metodolog�a cualitativa descriptiva basada en entrevistas semiestructuradas a cinco estudiantes en pr�cticas preprofesionales en un centro de salud comunitario. Los datos fueron codificados y categorizados para determinar los componentes esenciales del cuidado humanizado y las estrategias implementadas.
Resultados: La empat�a, la escucha activa, el respeto a las creencias y valores, y el apoyo emocional constituyen elementos clave. Sin embargo, se identificaron barreras como la falta de formaci�n y limitaciones de tiempo. Los estudiantes resaltaron la importancia de generar v�nculos de confianza con los adultos mayores y sus familias, adaptando intervenciones a sus necesidades individuales. Finalmente, el cuidado humanizado resulta esencial para atender las necesidades emocionales y espirituales de esta poblaci�n.
Conclusi�n: Esta visi�n fomenta la participaci�n de la familia, favorece la expresi�n de sentimientos y refuerza la dimensi�n espiritual, brindando confort y esperanza ante la vulnerabilidad de la vejez. Promover estrategias basadas en la empat�a, el respeto y la comunicaci�n efectiva contribuye a mejorar su calidad de vida y fortalece la formaci�n profesional de los estudiantes, quienes adquieren habilidades para ofrecer una atenci�n integral y compasiva.
Palabras clave: Cuidado Humanizado; Adultos Mayores; Sufrimiento Espiritual; Enfermer�a Geri�trica; Empat�a.
Abstract
Humanized care in older adults at risk of spiritual suffering is essential to address their physical, emotional, social, and spiritual needs. This comprehensive approach promotes dignified and compassionate care, improving quality of life and addressing the challenges of aging.
Objective: To describe humanized care in older adults at risk of spiritual suffering from the perspective of nursing students at the University of Guayaquil.
Methods: A descriptive qualitative methodology was applied based on semi-structured interviews with five students in pre-professional practices at a community health center. The data were coded and categorized to determine the essential components of humanized care and the strategies implemented.
Results: Empathy, active listening, respect for beliefs and values, and emotional support are key elements. However, barriers such as lack of training and time constraints were identified. Students highlighted the importance of generating bonds of trust with older adults and their families, adapting interventions to their individual needs. Finally, humanized care is essential to address the emotional and spiritual needs of this population.
Conclusion: This vision encourages family participation, favors the expression of feelings and reinforces the spiritual dimension, providing comfort and hope in the face of the vulnerability of old age. Promoting strategies based on empathy, respect and effective communication contributes to improving the quality of life and strengthens the professional training of students, who acquire skills to offer comprehensive and compassionate care.
Keywords: Humanized Care; Older Adults; Spiritual Suffering; Geriatric Nursing; Empathy.
Resumo
O atendimento humanizado a idosos em risco de sofrimento espiritual � essencial para satisfazer as suas necessidades f�sicas, emocionais, sociais e espirituais. Esta abordagem abrangente promove cuidados dignos e compassivos, melhorando a qualidade de vida e enfrentando os desafios do envelhecimento.
Objectivo: Descrever o cuidado humanizado em idosos em risco de sofrimento espiritual na perspectiva dos estudantes de enfermagem da Universidade de Guayaquil.
M�todos: Foi aplicada uma metodologia qualitativa descritiva baseada em entrevistas semiestruturadas a cinco estudantes em est�gios pr�-profissionais num centro de sa�de comunit�rio. Os dados foram codificados e categorizados para determinar os componentes essenciais dos cuidados humanizados e as estrat�gias implementadas.
Resultados: A empatia, a escuta ativa, o respeito pelas cren�as e valores e o apoio emocional s�o elementos-chave. No entanto, foram identificadas barreiras como a falta de forma��o e restri��es de tempo. Os alunos destacaram a import�ncia de construir confian�a com os idosos e as suas fam�lias, adaptando as interven��es �s suas necessidades individuais. Por fim, o atendimento humanizado � essencial para atender �s necessidades emocionais e espirituais desta popula��o.
Conclus�o: Esta vis�o estimula a participa��o familiar, favorece a express�o de sentimentos e refor�a a dimens�o espiritual, proporcionando conforto e esperan�a face � vulnerabilidade da velhice. Promover estrat�gias baseadas na empatia, no respeito e na comunica��o eficaz contribui para melhorar a qualidade de vida e fortalece a forma��o profissional dos estudantes, que adquirem compet�ncias para oferecer um cuidado integral e compassivo.
Palavras-chave: Assist�ncia Humanizada; Adultos mais velhos; Sofrimento Espiritual; Enfermagem Geri�trica; Empatia.
Introducci�n
El cuidado humanizado ha ganado un papel preponderante en la atenci�n de adultos mayores, ya que permite ofrecer un enfoque integral que considera las dimensiones f�sicas, emocionales, sociales y espirituales del paciente. En el contexto del envejecimiento, los adultos mayores enfrentan m�ltiples desaf�os, como la p�rdida de autonom�a, enfermedades cr�nicas y el aislamiento social, lo que los coloca en una posici�n vulnerable ante el sufrimiento espiritual. El cuidado humanizado es especialmente relevante en esta poblaci�n, pues contribuye a mejorar su calidad de vida al abordar sus necesidades hol�sticas, m�s all� de lo biol�gico, o lo f�sico (Tejeda, Suarez, & Dandicourt, 2021).
El sufrimiento espiritual lo define la NANDA como el "Deterioro de la capacidad para experimentar e integrar el significado y prop�sito de la vida mediante la conexi�n con el yo, los otros, el arte, la m�sica, la literatura, la naturaleza, o un poder superior al propio yo", y entre sus factores relacionados o causales se�ala muerte, agon�a, enfermedad, dolor y se manifiesta con expresiones de ausencia de esperanza, significado y prop�sito en la vida, paz, perd�n as� mismo entre otros (NANDA, 2024) situaciones que los adultos mayores en soledad, o por diversas circunstancias pueden experimentar.
Entre los antecedentes latinoamericano de esta problem�tica, en M�xico alrededor del 12% de la poblaci�n est� conformada por personas mayores de 60 a�os, y se espera que esta cifra siga aumentando. Estudios realizados en centros geri�tricos mexicanos han revelado que aproximadamente el 30% de los adultos mayores presentan s�ntomas de sufrimiento espiritual, como depresi�n, desesperanza y aislamiento social. Sin embargo, solo un peque�o porcentaje de ellos recibe intervenciones espec�ficas que abordan estas necesidades. Investigaciones en hospitales de Ciudad de M�xico y otras regiones han se�alado que el 70% del personal de enfermer�a no cuenta con formaci�n suficiente en estrategias de cuidado humanizado que incluyan el apoyo espiritual, lo que genera una brecha significativa en la atenci�n integral de esta poblaci�n (Delf�n, Cano, & Mendoza, 2023).
Un estudio en Brasil, el 14% de la poblaci�n constituida por adultos mayores de 60 a�os, seg�n el Instituto Brasile�o de Geograf�a y Estad�stica (IBGE). Este aumento plantea desaf�os significativos en el sistema de salud, especialmente en la atenci�n de las necesidades espirituales y emocionales de los adultos mayores. Investigaciones recientes en el pa�s han revelado que alrededor del 35% de los adultos mayores en instituciones de atenci�n a largo plazo presentan signos de sufrimiento espiritual, caracterizados por sentimientos de desesperanza, ansiedad y aislamiento social. A pesar de la alta prevalencia de este problema, menos del 20% de los pacientes recibe un cuidado humanizado que incluye un enfoque espiritual en su atenci�n. Adem�s, un estudio realizado en varios hospitales brasile�os mostr� que m�s del 50% del personal de 7 enfermer�a no cuenta con formaci�n adecuada en cuidados humanizados, lo que limita la capacidad de ofrecer una atenci�n integral (Poveda, 2023).
En Ecuador seg�n datos del Instituto Nacional de Estad�stica y Censos (INEC) alrededor del 12% de la poblaci�n total son adultos mayores, Este incremento ha tra�do consigo mayores desaf�os para el sistema de salud, particularmente en lo que respeta a la atenci�n integral de los adultos mayores. Seg�n Machado, Moreta, & Mullo (2021) indican que aproximadamente el 25% de los adultos mayores en Ecuador experimentan sufrimiento espiritual, especialmente aquellos que padecen enfermedades cr�nicas o que residen en centros geri�tricos. Sin embargo, menos del 15% de estas personas recibe alg�n tipo de intervenci�n dirigida a abordar sus necesidades espirituales, evidenciando una brecha importante en la atenci�n humanizada.
Adem�s, se ha reportado que un 60% del personal de salud en centros de cuidado geri�trico en el pa�s carece de formaci�n espec�fica en estrategias de apoyo espiritual, lo que limita la capacidad de ofrecer un cuidado integral que considere tanto el bienestar f�sico como el emocional y espiritual de los pacientes. Esta situaci�n subraya la necesidad urgente de fortalecer el enfoque del cuidado humanizado en los servicios de salud para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores en Ecuador (Machado, Moreta, & Mullo, 2021).
El hecho cient�fico se ha derivado de un fen�meno observado en un centro de salud del primer nivel de atenci�n del ministerio de salud p�blica, designado para rotaci�n de enfermer�a comunitaria para estudiantes de pr�cticas preprofesionales de la universidad de Guayaquil, en donde se observ� en las visitas domiciliarias, situaciones en las que se brinda atenci�n biom�dica enfocada �nicamente en el cuidado enfermedades cr�nicas y la atenci�n f�sica, dejando de lado aspectos fundamentales como el cuidado� emocional, mental y espiritual obteniendo diagn�stico enfermero de riesgo de sufrimiento espiritual, como sentimientos de desesperanza, soledad, tristeza, angustia y p�rdida de sentido en sus vidas.
La carencia de enfoque en estos aspectos nos genera inquietud, ya que ignorarlos puede conducir a un deterioro en su calidad de vida y a desenlaces negativos en su salud. Esta situaci�n evidencia un problema en la atenci�n comunitaria que requiere una investigaci�n profunda, con el objetivo de describir el cuidado humanizado en adultos mayores y conocer intervenciones de enfermer�a que respondan eficazmente a sus necesidades espirituales y emocionales. Por ello el objetivo de esta investigaci�n fue describir el cuidado humanizado en adultos mayores con riesgo de sufrimiento espiritual desde la perspectiva de los estudiantes de Enfermer�a de la Universidad de Guayaquil.
M�todos
La presente investigaci�n se caracteriza por una modalidad cualitativa, adecuada para profundizar en la comprensi�n del cuidado humanizado en adultos mayores con riesgo de sufrimiento espiritual, de tipo descriptivo, fenomenol�gica e interpretativa.
Los informantes claves fueron cinco estudiantes de la Universidad de Guayaquil, de la carrera de Enfermer�a, quienes realizaban sus pr�cticas preprofesionales en la rotaci�n de enfermer�a comunitaria en un centro de salud ubicado en el norte de la ciudad de Guayaquil. La selecci�n de estos participantes se realiz� mediante un muestreo intencional, considerando que su contacto directo con adultos mayores en riesgo de sufrimiento espiritual los convierte en fuentes de informaci�n valiosas para el estudio.
Como t�cnica de recolecci�n de datos se utiliz� las entrevistas semiestructuradas las cuales constaron de 11 preguntas en las que figuraban interrogante sobre significado del cuidado humanizado, sobre la formaci�n acad�mica en cuidado humanizado, experiencias del cuidado, integraci�n del cuidado espiritual al cuidado enfermero, retos o dificultades para brindar cuidado espiritual.
La t�cnica de an�lisis cualitativo fue el an�lisis de contenido. El an�lisis comenz� con la transcripci�n detallada de las entrevistas, seguida de una lectura minuciosa para identificar c�digos significativos. Los c�digos extra�dos se organizar�n en categor�as y subcategor�as que capturen las diferentes facetas del cuidado humanizado en el contexto geri�trico. Se utilizar� una comparaci�n constante para relacionar y contrastar los datos, facilitando la identificaci�n de patrones y la construcci�n de un dise�o te�rico que refleje las realidades del tema de estudio. Adem�s, se desarrollar� una matriz que permitir� elaborar la aproximaci�n te�rica, otorgando un marco s�lido para entender las pr�cticas de cuidado humanizado en adultos mayores con riesgo de sufrimiento espiritual, espec�ficamente en el �mbito de los estudiantes de enfermer�a en pr�cticas preprofesionales.
Resultados y discusi�n
Significado del cuidado humanizado en los estudiantes
El significado del cuidado espiritual en la pr�ctica de enfermer�a se erige como un pilar fundamental para promover un cuidado humanizado, especialmente en adultos mayores que enfrentan el riesgo de sufrimiento espiritual.� El v�nculo entre el estudiante de enfermer�a y el adulto mayor con riesgo de sufrimiento espiritual se manifiesta a trav�s de una atenci�n que trasciende lo f�sico para abordar sus necesidades emocionales y espirituales. E1 expres�: "No se trata solo de atender sus necesidades f�sicas; se trata de entender sus emociones, sus miedos y estar ah� para ellos." Por su parte, E3 a�adi�: "La conexi�n con el paciente se fortalece cuando mostramos inter�s genuino, escuchamos activamente y validamos sus sentimientos."
Estas respuestas evidencian c�mo la empat�a, la escucha activa y el inter�s aut�ntico son esenciales para construir una relaci�n de confianza que permita atender integralmente las dimensiones emocionales y espirituales del adulto mayor. Seg�n Cruz (2020), el cuidado hol�stico en enfermer�a es un enfoque que prioriza las necesidades integrales del paciente, considerando sus dimensiones f�sicas, emocionales, sociales y espirituales. Este tipo de cuidado se basa en la empat�a, el respeto y la comunicaci�n efectiva, promoviendo una relaci�n de confianza y entendimiento mutuo. El autor destaca que, al brindar un cuidado humanizado, no solo se mejora la experiencia del paciente, sino que tambi�n se fomenta el desarrollo profesional y personal del enfermero, quien encuentra en esta pr�ctica una forma de fortalecer su vocaci�n y compromiso �tico.
�La relaci�n entre el estudiante de enfermer�a y el paciente adulto mayor con riesgo de sufrimiento espiritual es una dimensi�n esencial del cuidado humanizado, construida a partir de relaciones transpersonales que trascienden lo f�sico para abarcar lo emocional y espiritual. Este v�nculo se fortalece mediante la comunicaci�n transpersonal, la empat�a emocional y un ambiente curativo. E3 mencion�: "Siempre intento que mis pacientes sientan que pueden contar conmigo. Escucho m�s que hablo, porque muchas veces lo que necesitan es alguien que les d� su tiempo y atenci�n." E1 agreg�: "Se trata de asegurarse de que el adulto mayor se sienta valorado y comprendido, especialmente cuando enfrenta un sufrimiento espiritual. Es como construir un puente entre lo f�sico y lo emocional."
Estas respuestas reflejan c�mo la comunicaci�n efectiva y el respeto espiritual permiten generar un ambiente curativo en el que el paciente se siente emocionalmente sostenido. E5 destac�: "Cuando un paciente siente que realmente escuchas lo que est� diciendo y que respetas sus creencias, se abre m�s y se siente m�s c�modo contigo." La Empat�a e inter�s por el adulto mayor en el cuidado humanizado se sustenta en la capacidad del profesional de enfermer�a para establecer conexiones profundas con los pacientes, considerando sus dimensiones emocionales y espirituales. Seg�n Casta�eda et al, (2023) esta relaci�n implica un acto de cuidado intencionado, donde la comunicaci�n aut�ntica y la empat�a crean un espacio de confianza y bienestar emocional.
Este enfoque transpersonal fomenta un ambiente en el que los pacientes se sienten valorados y comprendidos, facilitando el proceso de atenci�n. Seg�n E3: "La presencia no es solo estar f�sicamente ah�, sino demostrar que realmente est�s disponible para ellos, que no son una obligaci�n m�s, sino que su bienestar es importante para ti." Este enfoque permite al adulto mayor sentirse acompa�ado y valorado en momentos de vulnerabilidad. E4 agrega: "Es importante sonre�r con ellos, conversar y mostrar afecto, porque estos peque�os gestos les hacen sentir que realmente te importan." E5 destaca: "A veces, solo necesitas quedarte un poco m�s y escuchar. Aunque no hablen, saben que est�s ah� para ellos y eso les da tranquilidad." Estos testimonios reflejan c�mo la presencia del cuidado espiritual trasciende lo verbal, convirti�ndose en una herramienta poderosa para aliviar el sufrimiento espiritual y fortalecer la relaci�n de cuidado.
Seg�n Rivera y Triana (2023), la presencia significativa no solo implica la disponibilidad f�sica, sino tambi�n una conexi�n emocional que permita al paciente percibir que su cuidado es genuino y personalizado. Los autores destacan que esta presencia se manifiesta a trav�s de peque�os gestos como la escucha activa, el contacto visual y el tiempo compartido, los cuales generan confianza y tranquilidad en el paciente. Adem�s, se�alan que este enfoque fortalece la percepci�n de seguridad emocional y promueve un ambiente donde el paciente puede expresar sus necesidades espirituales y emocionales, contribuyendo as� a su recuperaci�n integral.
Experiencia pr�ctica del cuidado humanizado y espiritual del adulto mayor
La Experiencia pr�ctica del cuidado humanizado representa el proceso mediante el cual los estudiantes de enfermer�a enfrentan los desaf�os y aprendizajes derivados de la atenci�n directa a los pacientes.� El Cuidado individualizado y adaptado para el adulto mayor, que aborda c�mo los estudiantes adaptan el cuidado a las necesidades individuales de los pacientes E3 se�al�: "Al principio, cuando empiezas, todo es t�cnica. Pero con el tiempo aprendes a leer al paciente, a adaptar lo que haces seg�n sus necesidades espec�ficas." Este testimonio ilustra el crecimiento profesional desde el nivel principiante hacia competencias avanzadas. El impacto de los peque�os gestos tambi�n es destacado por los entrevistados. E4 mencion�: "A veces, lo m�s significativo para ellos no es un tratamiento complejo, sino algo simple, como escuchar o acompa�arlos en silencio."
Este comentario refleja c�mo las acciones cotidianas y aparentemente sencillas tienen un profundo efecto en el bienestar emocional y espiritual del paciente. Finalmente, E2 enfatiz�: "La experiencia no solo te ense�a t�cnicas, sino tambi�n a ser m�s humano en el trato con los pacientes. Aprendes a valorar los momentos peque�os, esos que marcan una diferencia en sus vidas." Este enfoque resalta c�mo la experiencia pr�ctica no solo mejora las habilidades t�cnicas, sino tambi�n las interacciones humanas y transpersonales.
La Atenci�n personalizada experiencial encuentra sustento en las ideas de Montano (2024), quien destaca que el desarrollo de competencias en el cuidado humanizado no se limita a la adquisici�n de habilidades t�cnicas, sino que incluye la capacidad de adaptarse a las necesidades espec�ficas de cada paciente. Seg�n el autor, las experiencias pr�cticas permiten a los profesionales aprender a valorar los peque�os gestos y las interacciones significativas, elementos que tienen un impacto profundo en el bienestar emocional y espiritual de los pacientes. Montano tambi�n enfatiza que estas vivencias promueven un crecimiento progresivo en la empat�a y en la capacidad de establecer relaciones aut�nticas, fortaleciendo la calidad del cuidado y generando un impacto positivo tanto en el paciente como en el profesional.
Las entrevistas revelaron varias limitaciones que enfrentan los estudiantes al intentar brindar un cuidado humanizado. E1 mencion�: "Aunque, sinceramente, no estoy seguro de qu� t�cnicas usar�a, ser�a algo m�s bien intuitivo," lo que evidencia la falta de formaci�n espec�fica o herramientas claras para implementar este tipo de cuidado. Por otro lado, E3 destac�: "Es la falta de recursos, tanto de tiempo como de personal,"
subrayando c�mo las condiciones estructurales limitan la capacidad de ofrecer una
atenci�n integral. Finalmente, E4 se�al�: "Es dif�cil dedicar el tiempo que realmente
quisieras a cada paciente," resaltando c�mo la carga laboral y las restricciones temporales dificultan una conexi�n m�s profunda y personalizada con los pacientes. Estas barreras reflejan la necesidad de mayor capacitaci�n, recursos y tiempo para garantizar un cuidado verdaderamente humanizado en la pr�ctica diaria.
Boh�rquez (2021) se�ala que, aunque la conexi�n emocional es un elemento esencial para brindar un cuidado humanizado, existen barreras significativas que dificultan su implementaci�n. Entre estas se encuentran la falta de tiempo y recursos, que limitan la capacidad del profesional para establecer v�nculos significativos con el paciente. Adem�s, el autor resalta que la ausencia de formaci�n continua en competencias como la empat�a y la escucha activa representa otro obst�culo, afectando no solo el bienestar emocional del paciente, sino tambi�n la calidad de la relaci�n terap�utica.
Estas limitaciones reflejan la necesidad de estrategias concretas para superar las barreras estructurales y emocionales que impiden un cuidado verdaderamente humanizado.� E2 mencion�: "Es importante organizar las prioridades del cuidado seg�n lo que realmente necesitan en ese momento, porque no siempre podemos aplicar lo mismo a todos los pacientes." Este testimonio evidencia c�mo el aprendizaje experiencial permite a los estudiantes de enfermer�a desarrollar competencias al adaptarse a diferentes contextos y necesidades.
La colaboraci�n interdisciplinaria tambi�n emerge como una herramienta clave; E5 se�al�: "Trabajar con otros profesionales, como psic�logos, nos permite atender mejor las dimensiones emocionales y espirituales del paciente." Adem�s, E4 resalt�: "Crear espacios espirituales o incluso momentos de tranquilidad en medio de la rutina puede marcar una gran diferencia en c�mo los pacientes enfrentan su d�a." Estas respuestas subrayan que la capacidad de adaptarse a las necesidades espec�ficas del paciente tiene un impacto positivo en su bienestar integral.
Por otra parte, Altamira (2021) resalta la importancia de ajustar el cuidado a las necesidades espec�ficas del paciente y al entorno, consider�ndolo esencial para garantizar una atenci�n integral y humanizada. Seg�n el autor, este enfoque permite al profesional priorizar intervenciones relevantes, optimizando los recursos disponibles y teniendo en cuenta las limitaciones del contexto. Adem�s, Altamira enfatiza que la colaboraci�n interdisciplinaria es fundamental, ya que facilita un abordaje m�s completo de las dimensiones f�sicas, emocionales y espirituales del paciente. Este proceso no solo mejora la calidad del cuidado, sino que tambi�n tiene un impacto positivo en el bienestar integral del paciente.
Por otra parte, la cuarta subcategor�a, Estrategias para el cuidado humanizado, aborda las herramientas y enfoques empleados por los estudiantes para ofrecer una atenci�n centrada en las necesidades del paciente. A continuaci�n, se presentar�n las respuestas m�s relevantes de los entrevistados. E2 destac�: "El juicio cl�nico implica entender lo que necesita cada paciente en su contexto. Muchas veces, lo emocional es igual o m�s importante que lo f�sico." La colaboraci�n interdisciplinaria tambi�n es una herramienta fundamental para enriquecer el juicio cl�nico. E5 se�al�: "Trabajar con psic�logos y trabajadores sociales nos permite atender al paciente de manera m�s integral�. Cada profesional aporta una perspectiva diferente que enriquece el cuidado."���������
Por otro lado, la capacidad de reflexionar sobre la pr�ctica cotidiana es esencial para mejorar el juicio cl�nico. E1 mencion�: "Cada interacci�n con un paciente es una oportunidad para aprender. Reflexionar sobre lo que funciona y lo que no nos ayuda a adaptarnos mejor en futuras situaciones." Esto resalta la relaci�n entre la experiencia vivida y la capacidad de personalizar el cuidado.
Seg�n Do C�u, et. al. (2022), los autores destacan que estas estrategias deben basarse en la combinaci�n de habilidades t�cnicas, juicio cl�nico contextual y una profunda comprensi�n de las necesidades emocionales y espirituales del paciente.
Adem�s, subrayan que la colaboraci�n interdisciplinaria es clave para enriquecer el cuidado, ya que permite integrar perspectivas complementarias que mejoran las decisiones cl�nicas. Garz�n et al. enfatizan que la reflexi�n continua sobre la pr�ctica profesional es esencial para identificar �reas de mejora y desarrollar intervenciones m�s efectivas y personalizadas, lo que impacta directamente en el bienestar y calidad de vida del paciente.
Conclusi�n
Los estudiantes destacan que el cuidado humanizado no solo busca atender las necesidades f�sicas, sino tambi�n crear un entorno de confianza, respeto y empat�a que dignifique la atenci�n y favorezca la calidad de vida de los adultos mayores. Desde la perspectiva de los estudiantes de enfermer�a, se concluye que los estudiantes perciben este concepto como una pr�ctica centrada en la empat�a, la escucha activa y el respeto por la singularidad de cada paciente.
�El cuidado humanizado trasciende los procedimientos t�cnicos, fomentando una conexi�n genuina que permite atender el sufrimiento espiritual y emocional del adulto mayor de manera integral, los estudiantes destacan que peque�as acciones, como recordar detalles personales o respetar los rituales espirituales del paciente, tienen un impacto significativo en su bienestar emocional y espiritual. Estas vivencias resaltan la importancia de personalizar el cuidado y fomentar la empat�a en cada interacci�n.
Se sugiere fomentar y estructurar pr�cticas cl�nicas en escenarios reales, donde los estudiantes interact�en directamente con adultos mayores en riesgo de sufrimiento espiritual. Estas pr�cticas deben estar supervisadas por profesionales experimentados que gu�en y refuercen la importancia de personalizar el cuidado y aplicar principios humanizados en cada interacci�n. Proponer talleres y actividades formativas que permitan a los estudiantes de Enfermer�a desarrollar habilidades como la escucha activa, la validaci�n emocional y la identificaci�n de necesidades espirituales. Estas actividades deben complementarse con simulaciones y an�lisis de casos pr�cticos para afianzar el aprendizaje.
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� 2025 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).
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